Cargando...

Nicolás Petro

La sospechosa vida de millonario del hijo de Petro

La acusación del fiscal revela el lujo y los excesos a los que se había acostumbrado el ahora encarcelado Nicolás Petro, que ahora implica a la campaña de su padre

Algo no cuadra. La declaración de impuestos de Nicolás Petro Burgos no encaja con su elevado tren de vida. Así lo manifestó el fiscal que dirige la investigación sobre el presunto enriquecimiento ilícito del hijo del presidente de Colombia, Gustavo Petro. El hijo del presidente, ahora en prisión y en el centro de uno de los mayores escándalos de la historia reciente de Colombia, declaraba ingresos de 13 millones de pesos mensuales, poco más de 2.900 euros, pero sus gastos llegaban a los 200 millones, unos 45.000 euros.

Las cosas se complican para él, y para su padre. Después de haber negado inicialmente las acusaciones, Nicolás se vino abajo el jueves y declaró que parte del dinero que recibió de conocidos cabecillas criminales colombianos terminó financiando la campaña electoral de Petro.

La presión parece haber mellado rápidamente la resistencia de Petro hijo, que anunció entre lágrimas ante el juez que de ahora en adelante colaborará con la investigación con la esperanza de obtener una reducción de pena.

El presidente, que hasta ahora había intentado circunscribir toda la responsabilidad a su vástago, ve cómo el escándalo se le acerca peligrosamente. Si se confirma que su campaña recibió donaciones de los narcotraficantes a los que frecuentaba su hijo, la continuidad de Petro en la Casa de Nariño podría quedar en entredicho.

Él trató de apagar el incendio con un desmentido que alimentó las sospechas por su tibieza. En un acto en Sincelejo, dijo: «Lo que nunca va a pasar es que se afirme que el actual presidente de la República haya siquiera sugerido o se vuelto cómplice de que uno de sus hijos o hijas delinca». Pero no desmintió que los fondos terminarán engrosando ilegalmente su campaña.

Colombia.- La oposición denuncia al presidente de Colombia tras la confesión de su hijo Nicolás PetroEuropa Press/Contacto/Chepa BeltEuropa Press

La Fiscalía lo tiene claro. Según la acusación presentada, Petro Burgos recibió dinero en efectivo de conocidos cabecillas criminales colombianos, teóricamente destinados a financiar la campaña electoral que llevó a su padre a la presidencia hace un año, y los entregaba a su entonces mujer, Days Vásquez, quien los almacenaba en maletas para evitar dejar todo rastro bancario.

Ella también está acusada en el proceso, pero ha accedido a colaborar con la Justicia para rebajar su pena. Su testimonio es una de las principales bazas de la Fiscalía y pende ahora como espada de Damocles sobre la cabeza del hijo del presidente.

El mayor problema que tiene Nicolás Petro es la diferencia entre el sueldo que recibía como diputado y los gastos y compras suntuosas en que incurrió. Una de las que más ha llamado la atención de la Fiscalía y del público fue la adquisición de una lujosa casa en la ciudad costera de Barranquilla por un precio cercano a los 400.000 euros.

A eso sumó la compra de otra casa en Tubará, en el departamento de Atlántico, por la que pagó en torno a 80.000 euros. La lista recopilada por la Fiscalía termina con la compra de un automóvil Mercedes-Benz que costó aproximadamente 50.000 euros.

El fiscal Burgos fue demoledor en el reproche a Petro hijo en la sesión de formalización de la acusación. «Todos nos haríamos elegir como diputados. ¡200 millones de pesos, por favor! Señor Nicolás, usted no cuenta con otra actividad económica alguna», le espetó.

Nicolás se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza de Petro, sobre todo desde su detención el pasado sábado junto a su exmujer en la ciudad de Barranquilla. Nicolás ha accedido a declarar y nadie sabe cuán explosivas pueden ser las revelaciones que haga. La primera de ellas, que la campaña sí acabó recibiendo el dinero de los capos de la droga, al contrario de lo que se había pensado hasta ahora, cayó como un obús en la línea de flotación del Gobierno.

Hasta hace poco, Nicolás Petro había sido un diputado que había afianzado su poder político en el departamento de Atlántico, pero los líos de faldas torcieron su suerte.

Según publica la prensa local, su exmujer, ahora procesada junto a él, decidió contar sus prácticas corruptas como venganza después de descubrir que él le había sido infiel. En realidad, las sospechas levantadas por los gustos caros del hijo del presidente habían llegado ya hasta los círculos del poder.

En las conversaciones filtradas de Armando Benedetti, designado por Petro como embajador en Venezuela, y Laura Sarabia, mano derecha del presidente, Benedetti ya afirmaba a modo de advertencia: «Yo tengo unos indicios por lo de Nicolás. Yo siempre he tenido unos indicios muy graves de lo que estaba pasando», se le oye decir.