Dos pesos pesados de la escena internacional han aprovechado las dos últimas semanas de enero para realizar sendos viajes al continente africano: China y Estados Unidos. El ministro de Exteriores del gigante asiático, Wang Yi, visitó Egipto, Túnez, Togo y Costa de Marfil entre el 13 y el 18 de enero; del lado estadounidense es Antony Blinken, Secretario de Estado y habitual punta de lanza de la administración Biden en África, quien visite Cabo Verde, Costa de Marfil, Nigeria y Angola entre el 21 y el 26 de enero. El estadounidense incluso acudió a un partido de la Copa Africana de Naciones en Abiyán. Jugaba el equipo anfitrión, Costa de Marfil, contra Guinea Ecuatorial (0-4).

Costa de Marfil

La relación entre China y el fútbol en Costa de Marfil, sin embargo, va más allá de los partidos. Conviene recordar que el estadio más importante que se construyó recientemente para jugar la actual copa fue el Estadio Alassane Ouattara (nombre del presidente de Costa de Marfil, con quien se reunió Yi ayer), que fue diseñado por el Estudio de Diseño Arquitectónico de Pekín y cuyas obras fueron dirigidas por el Grupo de Ingeniería de Construcción de Pekín. Entonces, cada vez que el árbitro pite un gol en la final de la competición, conviene recordar que las porterías las puso China.

La visita de Yi a Ouattara tuvo un desarrollo correcto: se acordó proseguir la inversión china en infraestructura marfileña y el presidente Ouattara reiteró su interés en mantener un partenariado en materia económica con China, que ya se conoce que es un ávido inversor en infraestructura africana. Ninguno de los dirigentes discutió asuntos de política internacional más que en el momento en que el africano mencionó su apoyo a una China única y que incluya la soberanía de Taiwán, un comentario que debió agradar al chino.

Blinken, por otro lado, dijo en la rueda de prensa tras su reunión con Ouattara que “los futuros de Estados Unidos y África, sus pueblos y su prosperidad están vinculados, vinculados y unidos como nunca antes”. Más adelante añadió que “queremos invertir, seguir invirtiendo en los cimientos de la prosperidad de Costa de Marfil, su salud, su medio ambiente y su futuro. Contamos con un acuerdo de la Millennium Challenge Corporation por valor de 500 millones de dólares que construye una importante infraestructura vial y escolar”. Además de expresar su deseo por aumentar la inversión en las infraestructuras, a la cola de China, anunció un paquete de ayudas económicas por valor de 45 millones de dólares para reforzar la seguridad de la región. No son los 3.000 millones de ayuda exterior anual que recibe Israel desde Washington, pero puede que ayude a combatir al yihadismo que ya ha devorado tres naciones.

Seguridad

En lo referente a la guerra de Gaza, el ministro chino ya había defendido el día anterior en el Cairo la celebración de una conferencia de paz que ponga término al conflicto, y reiteró la postura de China a favor de la solución de los dos Estados. También pidió que cesaran los ataques contra buques civiles en el mar Rojo. Que Yi visitara Egipto en primer lugar durante su gira africana debe una parte importante a buscar el posicionamiento de China como nación dialogante en la cuestión israelí, pero también deberían considerarse otros aspectos. China es el mayor exportador de bienes a Egipto, mientras Egipto era en 2021 el tercer país africano que más compraba a China, principalmente maquinaria, textiles y metales procesados. Y, donde Estados Unidos redujo su inversión en Egipto un 31% entre 2017 y 2022, China la aumentó un 317% en el mismo periodo.

En lo que respecta a la reunión de Wang Yi con el presidente de Togo, Faure Gnassingbé, se repitieron patrones como los ocurridos en Costa de Marfil tras afirmar Gnassingbé su posición a favor de una China que incluya Taiwán. El ministro de Exteriores correspondió expresando el interés de China por colaborar con el Programa de Emergencia para la Región de Savannah (PURS), que busca mejorar la situación de seguridad en el norte del país a partir de medidas sociales, como son el desarrollo de la infraestructura, la introducción de mejoras agrarias y de nuevas fuentes de energía para uso de la población local. Togo, que se enfrenta actualmente a la amenaza de la corriente yihadista que desciende desde Burkina Faso, ha optado (de una forma similar a Costa de Marfil) por un tipo de medidas que pretenden evitar que los jóvenes entre la población local se unan a la yihad por cuestiones socioeconómicas.

Wang Yi expresó su intención de apoyar el programa y se prevé un futuro donde los chinos hacen lo que mejor les sale en África: construir infraestructura y acumular deuda. De una forma pacífica y provechosa, China se apunta así un tanto en la seguridad en África Occidental y contribuye a frenar el avance yihadista hacia la costa.

Guerra y paz (Nigeria y Cabo Verde)

Siguiendo con el yihadismo, Blinken se reunió este martes en Nigeria con su actual presidente, Bola Tinubu. Entre otras declaraciones hechas ante la prensa, comunicó que es de “vital importancia” evitar las muertes de civiles en los ataques antiterroristas. En este punto, hacía referencia al creciente uso de drones militares durante las operaciones contra el yihadismo en varios países africanos, incluyendo Nigeria, y que, en ocasiones, han impactado sus misiles contra objetivos erróneos y asesinado a civiles. El secretario de Estado habló de “consideraciones humanitarias” y de “compartir nuestras experiencias”, aunque reiteró el compromiso de su país en seguir apoyando a Nigeria dentro del campo de la seguridad nacional.

Estados Unidos es un importante socio militar para Tinubu. Lo demuestran las ventas hechas a los nigerianos en agosto de 2023 (12 helicópteros de ataque AH-1Z por valor de 997 millones de dólares), además de los 12 A-29 Super Tucano vendidos previamente por 497 millones de dólares. Su experiencia en la lucha antiterrorista en Oriente Medio sirve desde hace años para adiestrar y asesorar a las tropas nigerianas en su pugna contra Boko Haram y el resto de la maraña yihadista. Igualmente, los 45 millones de dólares que Blinken anunció que se destinarían para la seguridad de África Occidental también beneficiarían a los nigerianos, como se han ido beneficiando de diferentes paquetes de ayudas y programas puntuales que mejoran las capacidades militares de Nigeria y de África Occidental.

En Nigeria hay guerra y Cabo Verde es paz, celebración. El archipiélago del Atlántico fue certificado la semana pasada por la OMS como país libre de malaria y Blinken quiso felicitarles durante su visita (la primera en su gira africana) por ser el primer país del continente en conseguirlo desde hace 50 años. Anunció igualmente, entre otros puntos, su interés por cooperar con Cabo Verde en lo referente a la lucha contra el narcotráfico. Aplaudió que las autoridades caboverdianas hayan incautado 30 toneladas del producto en los últimos años, pero Cabo Verde sigue siendo la ruta más rápida para transportar cocaína desde Sudamérica hacia África (para luego subir a Europa) y se conoce que los traficantes utilizan habitualmente sus costas para repostar sus embarcaciones y almacenar la droga.

Al final de su mensaje ante la prensa, con la vista puesta en el partido de Abiyán, dijo: “Y, por supuesto, dejé lo mejor para el final, felicidades por llegar a los octavos de final de la Copa Africana. Estaremos mirando, estaremos observando atentamente y, no se lo digas a nadie, te animaremos.”.