Oriente Próximo
Netanyahu promete elevar «la presión política y militar» sobre Hamás con la incursión en Rafah
El primer ministro israelí pone la mira en el extremo sur de la Franja de Gaza tras cerrar el capítulo de escalada con Irán
En sus primeras declaraciones públicas desde que Irán lanzara la semana pasada un ataque sin precedentes contra Israel, el primero desde su territorio, el ayatolá Alí Jamenei elogió a la Guardia Revolucionaria Islámica por su «éxito en los acontecimientos recientes». «Las Fuerzas Armadas mostraron una buena imagen de sus capacidades y poder y una imagen admirable de la nación iraní», apuntó el líder supremo. «También demostraron el surgimiento del poder de la determinación de la nación iraní a nivel internacional».
Los comentarios de Jamenei suceden después del ataque israelí del viernes contra una base aérea militar iraní en la provincia central de Isfahán, un hecho que el ayatolá ni siquiera mencionó. La ofensiva sobre la base aérea iraní era una respuesta al ataque iraní con unos 350 misiles y drones contra Israel, que fue en sí mismo una respuesta por un ataque aéreo atribuido a Israel contra el edificio consular de Irán en Damasco, en una espiral infinita de ataques de represalia en Oriente Medio.
El ataque en la capital siria arrasó el anexo consular de la Embajada iraní y mató a siete miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, incluidos dos generales. Israel, por su parte, presumió de haber interceptado el 99 por ciento de los misiles que le dispararon, con la ayuda de Estados Unidos y otros aliados, y que los que lograron atravesar causaron sólo daños menores.
En alusión al ataque de su país contra Israel, Jamenei dijo que «la cuestión del número de misiles disparados o de los misiles que alcanzaron el objetivo» era «secundaria». «La cuestión principal es el surgimiento de la fuerza de voluntad de la nación iraní y de las fuerzas armadas en el ámbito internacional», justificó.
Tras el ataque del viernes, y las muchas respuestas verbales iraníes restándole importancia e incluso negándolo, parece que el inminente peligro de una guerra más amplia queda aplazado. El ministro de Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, dijo a NBC News que «no hubo ataque» y que las armas utilizadas estaban «al nivel de juguetes». El jefe de la diplomacia iraní agregó que, si no había «una nueva aventura» por parte de Israel, entonces Irán «no tendrá respuesta».
Una imagen difundida por Iran International, un medio de comunicación de la oposición iraní, parecía mostrar daños significativos a un sistema de radar cerca de un sitio nuclear secreto iraní. Los restos destruidos de lo que era supuestamente una estación de radar móvil antiaéreo se podían ver en la imagen de satélite publicada con el suelo a su alrededor carbonizado.
Las imágenes captadas antes del presunto ataque del viernes mostraban el mismo radar intacto y rodeado por una serie de cuatro lanzadores móviles de misiles antiaéreos S-300 de fabricación rusa y otros vehículos relacionados con el sistema de defensa aérea. El New York Times informó el sábado que Israel utilizó un misil de alta tecnología que pudo evadir los sistemas de radar de Irán para atacar el punto en una medida destinada a enviar un mensaje de disuasión al mostrar las capacidades «quirúrgicas» ofensivas de Israel. El diario citó a dos funcionarios iraníes que dijeron que el sistema S-300 fue alcanzado en el ataque y que ese puesto de defensa aérea era parte de un conjunto de protección del cercano sitio nuclear de Natanz, a unos 100 kilómetros de distancia.
Netanyahu y Gaza
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo en un discurso televisado un día antes del comienzo de la Pascua judía, el Pésaj, que prometía «asestar golpes adicionales y dolorosos» a Hamás con el fin de aumentar la presión para que libere a los rehenes. «En lugar de abandonar sus posiciones extremas, Hamás aprovecha nuestra división y se anima con las presiones dirigidas al Gobierno israelí. Como resultado, sólo endurece las condiciones para la liberación de nuestros rehenes», afirmó Netanyahu. «Por lo tanto, le asestaremos golpes adicionales y dolorosos, y eso sucederá pronto». «En los próximos días aumentaremos la presión militar y política sobre Hamás porque es la única manera de liberar a nuestros rehenes y lograr nuestra victoria», afirmó el cuestionado primer ministro.
Netanyahu enmarcó el conflicto actual en términos bíblicos, citando el dicho rabínico de que «en cada generación, se levantan para destruirnos» y afirmando que la ausencia de los rehenes durante la próxima festividad «sólo fortalece nuestra determinación de traerlos de regreso». «Desafortunadamente, hasta ahora, todas las propuestas para la liberación de nuestros rehenes han sido rechazadas rotundamente por Hamás», dijo, respondiendo a las crecientes críticas internas de que no ha hecho lo suficiente para garantizar su libertad.
A principios de abril, Netanyahu declaró que «hay una fecha» para la largamente retrasada operación terrestre israelí en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, pero, según la cadena estadounidense CNN, el primer ministro decidió retrasar la ofensiva después del reciente ataque con misiles y aviones no tripulados de Irán. Este domingo, sin embargo, llegaron informaciones desde Gaza sobre dos ataques aéreos durante la noche sobre la ciudad que habían dejado por lo menos 22 muertos, según el Ministerio de Salud de Hamás, en su mayoría niños.
La violencia aumenta en Cisjordania
El Ejército israelí informó haber concluido una operación de 50 horas de duración en el campo de refugiados de Nur Shams en Cisjordania, adyacente a la ciudad de Tulkarem. «En la redada, las tropas mataron a 14 hombres armados en enfrentamientos, detuvieron a 15 palestinos buscados, descubrieron y destruyeron docenas de explosivos y capturaron armas», decía el comunicado oficial del Ejército israelí. Nueve soldados y un agente de la Policía fronteriza resultaron heridos en la operación.
La violencia en Cisjordania continúa, con redadas israelíes en busca de miembros de Hamás y Yihad Islámica, con palestinos atacando a fuerzas de seguridad israelíes, colonos agrediendo a sus vecinos palestinos y viceversa. En la mañana del domingo, un israelí quiso quitar una bandera palestina plantada en un campo en Cisjordania cerca del asentamiento judío Kojav Hashajar, y al darle una patada hizo estallar un artefacto explosivo que allí había, resultando herido leve.
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