Perfil
Lord Cameron, regreso a la política británica del hombre odiado por el Brexit
Rishi Sunak echa mano del polémico ex primer ministro para dirigir la diplomacia de Reino Unido
El día en el que un joven llamado David Cameron tuvo su primera entrevista para trabajar en el Partido Conservador, la formación recibió una misteriosa llamada de Buckingham Palace avisando de la visita de un «muchacho prometedor excepcional». Nadie sabe a día de hoy quién la hizo.
Educado en el elitista colegio de Eton y luego en Oxford, «Dave» (como le conocen los suyos), no destacó especialmente por ser un líder. Era un tipo atractivo, seguro de sí mismo y rodeado de hijas de diplomáticos. Tenía un discurso elocuente, pero nadie hubiera dicho que estaba interesado en la política. Prefería jugar al tenis, escuchar a Phil Collins y pasarse horas en «The Hi-Lo Café», un pub caribeño.
Pero tenía muy claros sus objetivos y en 2010 se convirtió en el primer ministro más joven desde 1812. Tenía solo 43 años, frente a los 65 de Winston Churchill cuando se mudó por primera vez a Downing Street. Cameron modernizó a la formación con leyes históricas como la del matrimonio homosexual. Había grandes expectativas puestas en él, pero en 2016 quedó reducido a la humillación y el ostracismo. El Brexit le convirtió en el hombre más odiado de Reino Unido, según las encuestas.
«¿Lamenta haber celebrado el referéndum?», le preguntó un periodista en septiembre de 2019 cuando Westminster estaba sumido en el caos más absoluto. «No. Pero lamento haberlo perdido y las dificultades que estamos teniendo para implementar el resultado», respondió antes de comenzar su sesión de running acompañado por sus guardaespaldas.
Nadie, absolutamente nadie esperaba su regreso a la política. Pero siete años después de su dimisión, ha vuelto convertido en titular de Exteriores en la apuesta más arriesgada realizada por el actual primer ministro Rishi Sunak cuando apenas queda un año para las próximas elecciones en las que la oposición laborista saca más de veinte puntos de ventaja. ¿Jugada maestra o pura desesperación? ¿Qué credibilidad da esto a Sunak cuando hace tan solo unos días se presentaba como el «candidato del cambio»?
El actual líder tory defiende que Cameron «es una persona con gran experiencia y ayudará a Reino Unido a navegar en los momentos actuales tan difíciles». Sus defensores –hoy en minoría– aseguran que los seis años que pasó como primer ministro y los once al frente de la formación le confieren gran cantidad de contactos y elogian un «estilo personal, agradable y serio» como eficaz herramienta diplomática en un momento de múltiples crisis internacionales. «Para los conservadores moderados, centristas, fiscalmente conservadores y socialmente liberales como yo, es un buen día», aseguraba Ian Dale, columnista de The Telegraph, biblia para los tories.
Con todo, el fichaje de Lord Cameron –ha sido necesario meterle en la Cámara Alta no electa, ya que no tenía escaño– ha incrementado aún más las tensiones en la formación. El giro al centro que representa su figura enciende sobremanera al núcleo duro conservador, que se sienten traicionados doblemente, ya que la entrada del nuevo titular de Exteriores coincide con la destitución de la radical Suella Braverman como ministra de Interior.
Por otra parte, su regreso tampoco agrada a los sinoescépticos del partido, quienes no ven con buenos ojos sus estrechos vínculos con China. Los medios estatales del gigante asiático esperan que el nombramiento «insufle una nueva etapa en la relación entre ambos países». Fue bajo su mandato cuando Londres y Pekín inauguraron una «nueva era dorada» sellada con la cerveza que Cameron y Xi Jinping tomaron en 2015 en el pub local de Chequers. Y las relaciones las ha seguido manteniendo luego.
Sin ir más lejos, el pasado mes de septiembre Cameron voló a los Emiratos Árabes Unidos para recaudar inversiones para Port City Colombo, parte del amplio plan de la Ruta de la Seda China con la que quiere aumentar su poder e influencia en toda Asia. El exlíder conservador Iain Duncan Smith, que ha sido sancionado por Pekín por criticar su historial de derechos humanos, dice que parece haber «claros conflictos de intereses» en las actividades de Cameron.
Aunque Tom Fletcher, un exdiplomático, asegura que la visión de Cameron respecto a China es más escéptica de la que pintan. «Cree que no debemos ser ni mejores amigos ni oponernos completamente a ellos. Su posición era mucho más cercana a la de Estados Unidos, que es que hay algunas áreas en las que necesitamos cooperar, como el cambio climático y la Inteligencia Artificial», matiza.
Fletcher entrevistó al nuevo titular de Exteriores hace dos meses para un documental de Radio 4, cuando ninguno sabía que sería nombrado luego ministro, donde le recalcó la importancia de reforzar las democracias liberales para hacer frente a autocracias como Rusia. «Creo que será pragmático y realista en su trabajo», matiza.
Aparte del histórico Brexit, Libia fue en términos de impacto a largo plazo el otro gran desastre de su política exterior, ya que la intervención de Reino Unido y Francia contribuyó al colapso de ese Estado. Cameron fue recibido como un héroe en 2011 después de que Muamar Gadafi fuera derrocado. Pero Libia acabó convertida luego en otro Irak.
En cualquier caso, su regreso ha sido bien recibido tanto en la UE como en Washington. Cameron conoce al presidente Joe Biden, desde la época en que era vicepresidente de Barack Obama. Asimismo, también conoce al ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y si bien las relaciones entre Reino Unido y Rusia están congeladas debido a la guerra en Ucrania –donde el pasado jueves realizó [[LINK:INTERNO|||Article|||65561969b5afb0e4c1c91a5a|||su primer viaje oficial para reunirse con Zelenski–]] el equilibrio de poder entre los dos hombres es quizá más igualado que las relaciones anteriores.
El nuevo titular de la diplomacia británica también tiene fuertes vínculos con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el presidente palestino Mahmud Abás. Antes de que Sunak visitara Oriente Medio al comienzo de la crisis actual, Cameron fue el último primer ministro británico en visitar Israel y Cisjordania, en 2014.
Por otra parte, guarda también estrecha relación con el controvertido príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman, con el que se ha reunido en varias ocasiones, algunas no exentas de polémica como cuando compartieron viaje privado de lujo en el desierto mientras Cameron trabajaba para Greensill Capital, la firma financiera a la que asesoraba tras abandonar su cargo y que quebró en 2021. El exlíder tory estuvo en el centro de la polémica después de mandar mensajes de texto y correos electrónicos al Gobierno para que la compañía tuviera acceso a determinados préstamos.
En definitiva, muchos retos pendientes y poco apoyo público. Tras su fichaje, la oposición laborista ha aumentado aún más su ventaja en los sondeos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar