López Obrador prepara una gira por Sudamérica marcada por la amenaza del narcotráfico y sus malas relaciones con Perú

Mientras el partido Morena que lidera el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, definía a quién propondrá como candidato para buscar el relevo en el poder ejecutivo mexicano, el mandatario anunciaba una agenda internacional que lo llevará, desde este viernes, al sur del continente americano.

Su primera parada será en Colombia, a donde viajará después de hacer su «Mañanera», la rueda de prensa diaria en el palacio presidencial. Viajará con la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena; el secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y el secretario de Marina, José Rafael Ojeda, en un avión militar.

«Es una pequeña comitiva, vamos a tener una reunión por la tarde del viernes con el presidente [Gustavo] Petro. Al día siguiente participamos en un acto recibiendo conclusiones de un plan para enfrentar los problemas relacionados con el narcotráfico, ese es el tema con Colombia», expuso López Obrador la mañana de este miércoles en Ciudad de México.

La visita de AMLO a Colombia no será solo a Bogotá, la capital, sino a Cali donde se desarrollará desde el jueves la primera Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre drogas, convocada por Petro para abordar la fallida estrategia contra el narcotráfico en el continente y el problema de las drogas como un primer paso hacia una gran cumbre mundial.

Al encuentro asistirán representantes de más de 15 países de la región, aunque solo esos dos mandatarios, para abordar «propuestas innovadoras que aborden las realidades que viven nuestros pueblos en relación con el problema mundial de las drogas», según la Cancillería colombiana.

Petro y López Obrador serán los encargados de recibir «las conclusiones» el sábado 9 de septiembre, después de «una especie de reunión de alto nivel de los ministros» que asistan liderada por el canciller colombiano, Álvaro Leyva, explicó la viceministra de Asuntos Multilaterales colombiana, Elizabeth Taylor Jay.

Entre 2018 y 2022, la Defensoría del Pueblo de Colombia emitió más de 20 alertas de que filiales de los cárteles más grandes y poderosos de México estaban activas en suelo colombiano. Unos 40 ciudadanos mexicanos, según la Defensoría, estaban tras las rejas por cargos de narcotráfico en Colombia a principios de 2023.

Se han documentado alianzas rivales entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) con sus pares colombianos como el Ejército de Liberación Nacional, el Clan del Golfo y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En general, las operaciones de carteles mexicanos se han intensificado en territorio colombiano.

Luego, el domingo, López Obrador viajará a Chile para reunirse con el presidente Gabriel Boric, aunque no detalló temas en agenda.

«Tenemos un encuentro, y posteriormente va a haber una reunión con todos los que estuvieron en México cuando [ocurrió] el exilio», durante la dictadura de Augusto Pinochet, apuntó el mandatario mexicano. Recordó que «cuando el golpe de Estado muchos chilenos fueron protegidos en la embajada».

El mandatario mexicano seguirá en suelo chileno el 11 de septiembre y participará en la conmemoración por los 50 años de la muerte deSalvador Allende, «que yo admiro mucho porque siempre buscó la transformación por la vía pacífica y fue víctima de canallas», manifestó este miércoles.

La asistencia a esa ceremonia será el último acto de López Obrador durante su viaje a Sudamérica, que representa apenas su sexta gira al exterior tras casi cinco años de mandato. Un periplo que implicará tomar una ruta aérea más larga pues entre Colombia y Chile, el mexicano evitará el espacio aéreo de Perú. «Lo hacemos porque no queremos que la investidura, el presidente, se vea envuelta en un escándalo si solicitamos el paso por el espacio aéreo y nos lo niegan», explicó.

En la nación andina, AMLO fue declarado «persona non grata» en mayo pasado por el pleno del Congreso de Perú tras considerar «inaceptables» sus declaraciones en respaldo al expresidente destituido Pedro Castillo. En aquel momento, la respuesta del mexicano fue pausar las relaciones económicas y comerciales entre ambos países y llamó «usurpadora» a la presidenta peruana Dina Boluarte.