Según informes de Siria, Israel llevó a cabo ataques contra objetivos en las cercanías de la provincial de Hama, en el noroeste del país durante la noche del lunes y hasta ahora se cuentan al menos 18 muertos, la mayoría militares. Dos fuentes de inteligencia regionales dijeron que un importante centro de investigación militar para la producción de armas químicas había sido atacado en varias ocasiones a lo largo de la noche. Se cree que albergaba a un equipo de expertos militares iraníes involucrados en la producción de armas.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un organismo de la oposición siria que monitoriza la guerra, informó que el ataque se llevó a cabo con 14 misiles que alcanzaron cinco objetivos afiliados a milicias proiraníes, así como una "instalación de investigación científica".

El Observatorio informó inicialmente que 16 personas murieron en los ataques, incluidos cuatro civiles, ocho militares sirios y seis personas que permanecen sin identificar. Después aumentó el número a 18 sin detallar. Aún no se sabe si los militares estaban al servicio del ejército sirio o de las milicias iraníes.

Los informes iniciales de la Agencia Árabe Siria de Noticias dijeron que 43 personas resultaron heridas en el ataque cerca de Misyaf.

El Ejército israelí, que ha llevado a cabo cientos de ataques en Siria desde el inicio de la guerra civil en aquel país en 2011, rara vez comenta sobre estas acusaciones, tampoco en esta ocasión. Pero los jefes militares y políticos israelíes sí dicen que hacen todo lo que está en su mano para impedir que fuerzas proiraníes se armen y se asienten en la frontera de Siria con Israel.

Los ataques atribuidos a Israel contra Siria desde 2011 han sido principalmente contra posiciones militares y contra combatientes respaldados por Irán, incluidos los de la organización chiita libanesa Hezbulá, buscando principalmente cortar las rutas de suministro de material bélico de Hezbulá al Líbano.

El Observatorio dijo que "los ataques israelíes (...) tuvieron como objetivo el área de investigación científica en Masyaf" en la provincia de Hama y otros sitios, y que destruyeron "edificios y centros militares".

El Observatorio con sede en Gran Bretaña, que depende de una red de fuentes dentro de Siria, había dicho anteriormente que los ataques tenían como objetivo sitios "donde están estacionados grupos pro-iraníes y expertos en desarrollo de armas".

Nasser Kanani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, dijo en una rueda de prensa: "Condenamos enérgicamente este ataque criminal del régimen sionista en suelo sirio".

Damasco, por su parte, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que condene los ataques israelíes contra Siria y ponga fin a tales acciones, declaró el Ministerio sirio de Exteriores. "Siria exige que todos los países del mundo condenen esta agresión israelí y muestren su solidaridad para tratar de poner fin a los ataques y crímenes sistemáticos israelíes", decía el comunicado difundido por la agencia de noticias sira SANA. La cancillería siria se quejó también contra el continuo silencio internacional ante las violaciones israelíes del derecho internacional.

Las incursiones israelíes en Siria resurgieron después de que el ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel desatara la guerra en Gaza, en los meses siguientes disminuyeron un poco después de que un ataque del 1 de abril atribuido a Israel impactara el edificio consular iraní en Damasco. Dieciséis personas murieron en el ataque, incluidos ocho oficiales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y dos civiles sirios.

Siria por ahora se mantiene al margen del conflicto entre Israel y Hamás. A finales de agosto, varios combatientes proiraníes murieron en la región central de Homs en otros ataques atribuidos a Israel, según el Observatorio.Días después, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que habían matado a un número no especificado de combatientes de la Yihad Islámica, aliada de Hamás en la guerra en curso, en un ataque en Siria cerca de la frontera libanesa.

En Siria, la brutal represión por parte del gobierno de Bashar Asad de un levantamiento de 2011 desencadenó el conflicto interno que ha matado a más de medio millón de personas y ha atraído a ejércitos y extremistas extranjeros. Los grupos respaldados por Irán, incluido el grupo libanés Hizbulá, refuerzan las filas de Asad.