Israel afirma que los "terroristas" de Gaza mataron "con sus propias manos" a los niños de la familia Bibas

El Instituto forense Abu Kabir informó que de los cuatro cuerpos que Hamás transfirió el día anterior correspondían con el de Oded Lifshitz, de 83 años en el momento del secuestro; Ariel Bibas, 4 años cuando fue raptado; y su hermano Kfir, de ocho meses y medio. La cuarta persona no era Shiri Bibas, la madre de los pequeños. Tras el informe forense, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió represalias por esta supuesta violación del acuerdo. Continuó: «No solo secuestraron al padre, Yarden Bibas, a la joven madre, Shiri, y a sus dos pequeños bebés. En un acto de cinismo inimaginable, no devolvieron a Shiri junto con sus angelitos. En lugar de eso, colocaron el cuerpo de una mujer de Gaza en el ataúd». Netanyahu prometió «actuar con decisión» para traer a Shiri a casa, «junto con todos nuestros rehenes, tanto los vivos como los caídos». También lanzó una advertencia directa a Hamás, un día antes de la liberación hoy de rehenes, declarando: «Nos aseguraremos de que Hamás pague el precio completo por esta cruel y perversa violación del acuerdo».

Por su parte, Hamás emitió una serie de comunicados afirmando que los restos de la rehén israelí se habían mezclado con otros restos humanos entre los escombros después de que un ataque aéreo israelí impactara el lugar donde se encontraba retenida.

«Atrocidades cometidas»

Ismail al Thawabteh, miembro de Hamás, comunicó que el cuerpo de Shiri «se hizo pedazos después de haber sido aparentemente mezclado con otros cuerpos bajo los escombros», reiterando su afirmación de que Israel estaba detrás de su muerte. Hamás dijo el año pasado que Shiri y sus dos hijos murieron en un ataque aéreo israelí. Las autoridades israelíes lo rebatieron este viernes, cuando el portavoz militar, Daniel Hagari, dijo que los niños habían sido «brutalmente asesinados» por sus captores durante el cautiverio y que llevaron a cabo «acciones horrorosas para ocultar las atrocidades cometidas».

Con respecto al cuerpo de Shiri, los forenses dijeron que el estado del cuerpo permitía determinar definitivamente que no era ella. Dijeron que el cadáver estaba vestido, que fue examinado varias veces por el instituto y que su ADN fue contrastado con el de Shiri y el de todas las demás rehenes femeninas que aún se encuentran en poder de Hamás, y no hubo ninguna coincidencia. En otro comunicado, Hamás expresó su sorpresa por la ira israelí tras la constatación de que no se trataba de Shiri Bibas.

El diario israelí "Haaretz" afirma, citando un oficial israelí, que la Cruz Roja estaba de camino a un punto de encuentro en Gaza para recibir de manos de Hamás un cuerpo que se correspondería al de Shiri Bibas. Algunos medios informan que el organismo internacional ya recogió el cuerpo, mientras que otros, como el Canal 12 de la televisión o el propio "Haaretz", señalan que las ambulancias se dirigían al lugar.

La organización terrorista enfatizó que sigue comprometida con la aplicación del acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes y prometió cumplir «todas nuestras obligaciones», afirmando que no tiene ningún interés en retener los cuerpos de los rehenes.

Y mientras en el instituto forense se estudiaban los cuerpos, una serie de explosiones sacudieron dos estaciones de autobuses de la ciudad de Bat Yam. Cuatro artefactos explosivos, cada uno de unos cinco kilogramos de peso y equipados con un temporizador, fueron colocados en varios vehículos. Tres detonaron el jueves por la noche en Bat Yam, mientras que un cuarto fue descubierto por una civil y neutralizado en la ciudad de Holón, justo cuando descargaba a sus pasajeros. No se reportaron heridos. Una de las bombas tenía la inscripción «Venganza de Tulkarem» y, más tarde, Hamás de aquella ciudad de Cisjordania insinuó su participación.

Horas después, el servicio de seguridad interior Shin Bet detuvo a tres sospechosos por presuntamente colaborar en la colocación de los artefactos. También se informó que algunos de los detenidos se identificaron como judíos israelíes.

Además, se realizaron extensas búsquedas en autobuses públicos de las principales ciudades del país y el Ejército desplegó tres batallones de refuerzo en Cisjordania. Durante la semana pasada, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) detuvieron a unos 90 sospechosos de actividad terrorista en la zona, incluidos cinco durante la noche, tras la explosión de los autobuses.

Desde el 21 de enero, Israel lleva a cabo una operación antiterrorista que ha denominado «Muro de Hierro» en el norte de Cisjordania. El ministro de Defensa, Israel Katz, durante una visita al campo de refugiados de Tulkarem ayer dijo que los atentados con bombas en los autobuses «no nos disuadirán». «Estamos en guerra contra el terrorismo islámico extremista y ganaremos, aquí, en Gaza y en todas partes», afirmó, añadiendo que había dado instrucciones al Ejército para que intensificara sus operaciones en Cisjordania.

«Advierto a los terroristas que fueron liberados en Judea y Samaria [nombre bíblico de Cisjordania]: tenemos nuestros ojos puestos en ustedes, y perseguiremos y eliminaremos a todos los que estén involucrados en el terrorismo», añadió Katz, refiriéndose a los cientos de prisioneros palestinos liberados en Cisjordania en el acuerdo de alto el fuego de rehenes con Hamás, por ahora son más de 700, de los cuales muchos cumplen cadenas perpetuas por atentados terroristas contra israelíes. Por su parte, Netanyahu, visitó ayer a las tropas israelíes en el campo de refugiados de Tulkarem en Cisjordania, tras anunciar una «operación masiva» contra el terrorismo en este territorio palestino ocupado. «Estamos entrando en los bastiones terroristas, despejando calles enteras y eliminando terroristas».