Elecciones en Irán
Irán acepta la participación de seis candidatos en las presidenciales pero veta a Ahmadineyad
El presidente del Parlamento, Mohammad Baqer Qalibaf, parte como favorito en unos comicios en los que Masoud Pezeshkian será el único aspirante reformista aceptado por el Consejo de Guardianes
El Consejo de Guardianes de Irán emitió ayer la lista definitiva de candidatos para las elecciones presidenciales del próximo 28 de junio. El órgano de 12 miembros encargado de supervisar el proceso electoral, que rinde cuentas ante el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, sólo dio el visto bueno a seis de las casi 80 candidaturas presentadas tras la convocatoria de los comicios, adelantados por la muerte del presidente Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero junto a su ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, y otras seis personas el pasado 19 de mayo cerca de la frontera con Azerbaiyán cuando regresaban de una visita oficial en el país vecino.
Los elegidos son Mostafá Purmohammadí, exministro de Justicia en el primer mandato de Hasán Rohaní y ministro del Interior en el primer mandato de Mahmud Ahmadineyad; Saeed Jalili, exsecretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y jefe negociador del acuerdo nuclear; Mohammad Baqer Qalibaf, presidente del Parlamento y un habitual de las contiendas electorales; Alireza Zakani, alcalde de Teherán y estrecho aliado del difunto Raisí; Amir-Hossein Ghazizadeh Hashemi, jefe de la Fundación de los Mártires, que asiste a los veteranos y a las familias de los soldados muertos en combate; y Masoud Pezeshkian, exministro de Sanidad durante la presidencia del reformista Mohammad Jatamí. Cinco conservadores y un reformista.
Quedan fuera una vez más el expresidente del Parlamento, Ali Larijani, ya descalificado de los comicios de 2021 que auparon a Raisí, y el ultraconservador Ahmadineyad, también apartado de la carrera presidencial tanto en 2021 como en 2017. Otros nombres propios como el de Abdolnaser Hemmati, exjefe del Banco Central, o Eshaq Yahanguirí, vicepresidente de Rohaní, tampoco recibieron luz verde del Consejo.
El diputado Masoud Pezeshkian es el único candidato que representa a las facciones moderadas y reformistas del panorama político iraní, que atraviesan hoy sus horas más bajas. El éxito de este médico de profesión, de 70 años, «depende en gran medida de una alta participación electoral», subraya el analista Sina Toossi. Pero la afluencia a las urnas no ha dejado de disminuir desde 2020, y las elecciones legislativas del pasado mes de marzo registraron una participación del 41 por ciento, la más baja en la historia de la República Islámica.
«En elecciones anteriores, realmente no había una opción diferente. Todos los candidatos eran más o menos los mismos, y el escenario estaba preparado de tal manera que no se apreciaba ninguna diferencia significativa. Esta vez, la entrada de Pezeshkian ha creado un escenario diferente», comparte el sociólogo iraní Mohammad Fazeli en su canal de Telegram. «En base a las experiencias de Jatamí y Rohaní, es totalmente predecible que si Pezeshkian gana, no tendrá más poderes que otros gobiernos de la República Islámica», indica por su parte el activista Farrokh Negahdar, afincado en Londres. «La toma de decisiones estratégicas y vitales para el país tendrá lugar en otro lugar».
Sin embargo, quien parte como principal favorito por delante de Pezeshkian es Mohammad Baqer Qalibaf. El también exalcalde de Teherán, con buenas conexiones en la Guardia Revolucionaria, ya se presentó sin éxito a las elecciones presidenciales de 2005 y 2013, y se retiró en los comicios de 2017 para apoyar a Raisí en su primera intentona. Este lunes ha recibido el elogio del ayatolá Jamenei. El líder supremo ha destacado sus cualidades como presidente del Parlamento, la primera señal que emite el jefe de Estado en los primeros compases de la campaña electoral.
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