Aniversario de un crimen
Irán acelera la represión contra las mujeres un año después de la muerte de Mahsa Amini por llevar el velo mal colocado
Los hombres en Irán se solidarizan con las mujeres que denuncian las leyes misóginas del régimen teocrático
El historiador Ali Ansari considera que las protestas en Irán se encuentran en una “fase prerrevolucionaria”, es decir, “dentro de un momento en el que la revolución se vuelve posible”. La mecha del último episodio de malestar social en Irán tiene que ver con la muerte hace un año de la joven Mahsa Aminien una comisaría tres días después de ser detenida por la policía de la moral por llevar mal colocado el velo en la calle. La estudiante fue arrestada cuando salía del metro por violar la ley relativa al hijab, que obliga a todas las mujeres a usar esta prenda en público de una manera determinada. Una foto viral de la joven en coma y los rumores de abuso por parte de las autoridades se difundieron hace un año por las redes sociales con el hashtag persa #MahsaAmini dando lugar a uno de los movimientos de protesta que más quebraderos de cabeza le está dando al régimen, vigente desde la revolución islámica de 1979.
La policía dijo que la muerte de Amini se produjo de manera no intencionada tras desmayarse durante un interrogatorio, pero esta reacción no calmó el ímpetu de cientos de mujeres que salieron a las calles de Teherán, Isfahan y el Kurdistán iraní, de donde era la joven Amini, para denunciar la brutalidad del régimen bajo el lema “Mujer, Vida, Libertad”. El aparato represivo del gobierno del ultraconservador Ebrahim Raisi ha intentado taponar cualquier resquicio de disidencia dejando por el camino más de 500 muertos ejecutados en todo el país y miles de arrestados. Hasta la fecha, la justicia del régimen teocrático ha condenado a muerte 25 manifestantes y siete de ellos ya han sido ahorcados.
En las últimas horas, el presidente Raisi ha culpado una vez más a las potencias "enemigas" extranjeras de azuzar las protestas en el interior del país usando métodos de "guerra híbrida". "Ha sido una guerra política, económica, mediática y psicológica contra Irán", ha proclamado el mandatario.
En las redes sociales se han intentado organizar actos de repudio para este sábado, justo el día en que fue detenida Mahsa Amini, pero la policía de la moral -que supuestamente había sido abolida en diciembre pasado pero que según activistas sigue ejerciendo un control absoluto en las calles- están tratando de intimidar a las familias de los jóvenes convocantes advirtiendo de posibles represalias, según denuncian organizaciones de derechos humanos.
El mensaje del ayatolá Jamenei a la magnitud de este movimiento opositor ha sido rotundo, ha afirmado Arash Azizi, profesor titular de ciencias políticas e historia en la Universidad de Clemson. Pese a las reivindicaciones de las mujeres y de muchos hombres -que han comenzado a mostrar su simpatía por las protestas de ellas- no se han hecho concesiones para los manifestantes que pedían más apertura y libertad. Más bien al contrario, el parlamento iraní está estudiando un proyecto de ley para ampliar los castigos contra mujeres y niñas que no usen el velo en espacios públicos, calificado ya por Naciones Unidas como "apartheid de género". Si hasta ahora no llevar el hijab estaba penado con una infracción, una vez aprobada la ley será un delito castigado con pena de prisión.
Un año después el malestar no ha desaparecido y si bien no hay manifestaciones masivas en las calles por el temor a la represión policial, muchas mujeres lanzan sus críticas desde las redes sociales y algunas aparecen quemando sus velos o cortándose el pelo. Las iraníes se han vuelto más valientes y sus voces más fuertes que antes, ha asegurado Azam Jangravi, analista y una de las mujeres de la “Calle de la Revolución” arrestadas por protestar contra las leyes sobre el hijab. "Ya no tienen miedo e incluso luchan a muerte para conseguir sus derechos".
Las protestas de las mujeres están alimentadas también por la mala situación económica de Irán, visible desde el regreso de las sanciones occidentales contra el régimen por el desarrollo del programa nuclear iraní, que según Estados Unidos y otros países tiene claros fines militares. Expertos consideran que Teherán ha aprendido a esquivar los golpes más duros de las sanciones económicas de EEUU y que en realidad a quien más afectan es a la población.
En una entrevista concedida al diario "Le Monde", el analista de origen iraní Ahmad Salamatian asegura que los dirigentes de la Guardia Revolucionaria se han convertido en los verdaderos dueños del país y controlan casi todas las palancas económicas y políticas, por lo que a su juicio demuestran "un gran interés en permanecer leales al Guía Supremo, Ali Jamenei". La verdadera crisis, sentencia Salamatian, comenzará tras la muerte del ayatolá.
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