Veto turco
La OTAN asume que la victoria de Erdogan retrasará el ingreso de Suecia
En Estocolmo se estudia posponer la fecha límite de ingreso a la Alianza Atlántica al 4 de abril de 2024 en vez del próximo 11 y 12 de julio en la Cumbre de Vilna
Disipadas definitivamente las ilusiones entre las cancillerías occidentales de una victoria en las elecciones turcas del candidato opositor, quien había manifestado su disposición de estrechar lazos con la UE y Estados Unidos, el triunfo del presidente Recep Tayyip Erdogan en la segunda vuelta de los comicios obliga a la OTAN a asimilar que tendrá que seguir liando con el problemático e imprescindible ‘verso suelto’ de la Alianza Atlántica durante al menos los próximos cinco años.
La Turquía de Erdogan es, a la vez, miembro destacado de la OTAN, su segundo ejército –y undécimo del mundo-, socio clave de la Unión Europea, ha proporcionado armas a Ucrania para defenderse de la invasión rusa y mantiene una privilegiada alianza con la Rusia de Putin, al que ha evitado sancionar junto a las potencias occidentales –no en vano, el comercio entre los dos países se ha incrementado notablemente desde que comenzara la guerra-, a la vez que con China.
Una posición estratégica en todos los sentidos que lo convierte en un aliado incómodo pero fundamental para Occidente. Atrás definitivamente su deseo de ingresar en la Unión Europea, Erdogan aspira a marcar una política exterior propia e independiente, inspirada por la idea neootomana, para, como aseguró este domingo, abrir la puerta “al siglo de Turquía”.
La Alianza Atlántica, que sigue trabajando a contrarreloj para reforzar su flanco oriental, asume que Erdogan seguirá vetando en los próximos meses el ingreso de Suecia –a la que acusa de connivencia con el terrorismo kurdo, concretamente con presuntos miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización que consideran terrorista Ankara, Bruselas y Washington- en la organización.
Desde Estocolmo comienza a asimilarse que las negociaciones con Ankara no concluirán favorablemente para los intereses suecos hasta el año que viene y ya se trabaja en la posibilidad de posponer la fecha límite para el proceso de adhesión, al 4 de abril de 2024 en vez del 11 y 12 de este julio en la cumbre de Vilna. Erdogan vincula el desbloqueo de la situación a que las autoridades suecas extraditen a una serie de militantes kurdos a los que Ankara considera terroristas. Entretanto, el mandatario turco reclama a Estados Unidos 1.400 millones de dólares que adelantó para la adquisición de los cazas de quinta generación F-35. Washington expulsó en 2019 a Ankara del proyecto internacional F-35 Joint Strike Fighter por considerar incompatible el suministro de tecnología sensible con la compra del sistema ruso de defensa antiaérea S-400.
Aunque aparentemente rígido e inflexible en sus postulados, Erdogan ha demostrado en sus dos décadas en el poder guiarse por una visión pragmática y transaccional de la política exterior. Inicialmente, el mandatario turco se opuso a la adhesión finlandesa –al considerar también que su Gobierno concede protección al PKK-, aunque acabó cediendo. El Parlamento turco aprobó por unanimidad a finales del pasado mes de marzo la solicitud de Finlandia a la OTAN, que había estado bloqueando desde mayo de 2022.
Entusiasmo ruso y chino
Y de la preocupación de la OTAN al entusiasmo de Rusia y China. No casualmente el primer gran líder internacional en felicitar al presidente turco por su victoria este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fue su homólogo ruso Vladimir Putin. El presidente ruso, que ya había manifestado públicamente su apoyo por el líder del AKP durante su peor momento de la campaña electoral –un problema de salud lo apartó de la actividad varios días-, elogió la “independencia de la política exterior” turca desplegada por Erdogan y la vinculó además a su triunfo en las urnas el domingo.
Por su parte, las autoridades chinas no dejaron pasar la ocasión para celebrar el triunfo de su aliado turco. “China expresa sus felicitaciones al presidente Erdogan por su reelección. Apoyamos a Turquía por haber adoptado un camino de desarrollo que sea acorde a sus condiciones nacionales, y esperamos que continúe alcanzado nuevos logros en su desarrollo bajo el liderazgo del presidente Erdogan”, afirmó el portavoz del Ministerio de Exteriores del régimen comunista. Pekín “concede gran importancia a sus relaciones con Turquía”, concluyó el citado representante chino.
El entusiasmo ruso y chino fue también el de los líderes de Irán y Qatar, que contrastó con los tardíos mensajes de felicitación de las cancillerías occidentales. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ya había expresado su disposición a colaborar con el ganador de las elecciones en cualquiera de los casos, afirmó ayer en un tuit que “espera continuar trabajando juntos como aliados en la OTAN en asuntos bilaterales y retos globales comunes”. Por su parte, el mandatario francés Emmanuel Macron afirmó en Twitter –con un mensaje en turco y otro en francés- que los dos países “tienen inmensos desafíos que afrontar juntos”. “El regreso de la paz en Europa, el futuro de nuestra Alianza euro-atlántica, mar Mediterráneo. Con el presidente Erdogan, al que felicito por su reelección, continuaremos avanzando”, concluyó el presidente galo.
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