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Guerra en Gaza

Biden suspende el envío de armas a Israel por la invasión de Rafah: ¿Línea roja o electoralismo?

El expresidente estadounidense y rival en las elecciones de noviembre, Donald Trump, le acusa de respaldar a Hamás

El ultimátum de Bidenal gobierno de su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu alcanzó un punto máximo la noche del miércoles cuando en entrevista con la cadena CNN el mandatario estadounidense aseguró que «han muerto civiles en Gaza como consecuencia de esas bombas y otras formas en que el Ejército de Israel ataca los centros de operación». Se trata de la línea roja más clara de Washington desde que inició el conflicto en Gaza tras el ataque terrorista de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre. «Dejé claro que si van a Rafah, si van a Rafah, no les proporcionaré las armas que se han utilizado históricamente para tratar con Rafah, para tratar con las ciudades. que abordan ese problema», añadió Biden.

La Casa Blanca ha instado a Israel a no enviar fuerzas a Rafah sin un plan claro para evacuar a los civiles de forma segura, ya que la guerra ya ha dejado decenas de miles de palestinos muertos. Alrededor de un millón de refugiados se han asentado en esta ciudad después de huir de los combates en el norte de Gaza, donde en principio tenían lugar las concentraciones de Hamás. Organismos internacionales han detallado cómo uno de los modos de operación de los terroristas palestinos es esconderse entre la población civil, para luego usarlos como una suerte de «escudos humanos».

A pesar de la advertencia de Washington, Netanyahu se ha mostrado inflexible sobre los planes para destruir a Hamas, el grupo que controla Gaza y que, según su gobierno, están escondidos en Rafah. Recientemente ha trascendido en Washington que Biden se ha sentido cada vez más frustrado con Netanyahu en privado, y el mes pasado sugirió en una llamada con el primer ministro que Estados Unidos podría reevaluar su apoyo a Israel si no hacía más para proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios.

«Continuaremos asegurándonos de que Israel esté seguro en términos de la Cúpula de Hierro y su capacidad para responder a los ataques que surgieron recientemente de Oriente Medio», dijo Biden a CNN. «Pero está mal. No vamos a... no vamos a suministrar armas ni proyectiles de artillería», explicó el mandatario.

Antes del torbellino de declaraciones de Biden, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Estados Unidos estaba siguiendo de cerca las acciones de Israel en Rafah, después de que sus soldados tomaran el control del cruce fronterizo que contecta a esa ciudad.

Kirby indicó que el avance no alcanzó el nivel de una operación militar a gran escala contra la cual habían advertido los funcionarios estadounidenses. La operación, según este funcionario, tenía como objetivo cortar la capacidad de Hamás de enviar armas a través de la frontera hacia Rafah.

«La forma en que han descrito esto no tiene un tamaño, escala, duración y alcance que uno podría equiparar a una operación terrestre importante. Pero nuevamente, esto acaba de comenzar», dijo Kirby.

La decisión de Biden, sin embargo, ha caído como agua bendita a los republicanos para atacar al presidente. Su rival para las elecciones, Donald Trump, rechazó la medida acusando al demócrata de «corrupto» y diciendo dijo que «Hamas asesinó a miles de civiles inocentes, incluidos bebés, y todavía mantiene como rehenes a estadounidenses, si los rehenes todavía están vivos». Para el republicano Biden está «poniéndose del lado de estos terroristas», afirmó. Y no es el único, coincidiendo con esta opinión, el senador conversador Tom Cotton de Arkansas pidió en la red social X que se destituya al presidente estadounidense Joe Biden por retener armas a Israel «para ayudar con la reelección".

Según este legislador, el juicio político del expresidente Donald Trump liderado por los demócratas en 2019, en el que se acusa a Trump de retener ayuda a Ucrania para presionar al presidente ucraniano Volodymir Zelenski para que coopere con su campaña contra Biden, no es nada diferente a lo que ocurre ahora.

Ante las críticas, en las últimas horas la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre intentó salir al paso dando una de cal y una de arena. Intentó decir que el compromiso con la defensa de Israel no está superado de las preocupaciones sobre posibles violaciones a los derechos humanos. «Ambas cosas pueden ser ciertas», dijo en una sala de prensa llena de periodistas que seguirán cuestionando a Biden. Mientras en Israel crece la preocupación por las tensiones con Estados Unidos, su aliado clave en la escena internacional.