En alerta
Cuando Polonia temió ser arrastrada a la guerra de Ucrania
«En las primeras horas, creí que la guerra había empezado y que Rusia ya estaba bombardeando Polonia», relata una vecina de Przewodow a LA RAZÓN días después de la caída de un misil de la defensa aérea ucraniana
«Durante un par de horas nuestro pueblo pasó a ser un frente de guerra», cuenta Justina Adamski, de 68 años, que vive en Przewodow y atiende telemáticamente a LA RAZÓN cuatro días después de que un misil sacudieran esta pequeña localidad de 400 vecinos. «Algunos se han marchado después del incidente, pero yo decidí quedarme», cuenta. La Policía mantiene el cerco a la zona y solo permite el acceso a residentes e investigadores. La fuerte presencia del Ejército y una vida entera bajo el mismo techo hacen que Adamski se sienta más segura ahí que en casa de sus hijos a pocas horas de distancia.
«Cuando escuché la explosión, creí que había sido por una bombona de butano, hasta que una vecina vino a contarme lo del misil», explica. En este pequeño pueblo, dedicado en su mayoría al cultivo, ocho meses siendo vecinos de un país en guerra, las constantes avalanchas de refugiados y las noticias de bombardeos masivos no los prepararon para la angustia de vivir el impacto de un misil. «En las primeras horas creí que la guerra había empezado y que Rusia ya estaba bombardeando Polonia», reconoce Adamski.
El Gobierno polaco optó por la discreción y no hizo una declaración oficial hasta cinco horas después de que los medios empezaran a informar del suceso. El presidente polaco, Andrzej Duda, habló de «un desafortunado accidente», confirmando la hipótesis de la OTAN del lanzamiento de un misil por parte de la defensa antiaérea ucraniana. Duda aseguró el día después de la explosión que «nada, absolutamente nada, indica que esto haya sido un ataque intencionado contra Polonia».
Svitlana salió ayer de madrugada desde Cracovia con destino a Przewodow. Psicóloga de profesión, pidió una excedencia de un mes para ofrecer ayuda psicológica a quienes lo necesiten. «He hablado por teléfono con algunas personas y me dicen que no han podido dormir desde la explosión. Otras tienen miedo de llevar a sus hijos de vuelta al colegio. No es solo por el misil de esta semana, muchos tienen una carga emocional muy grande después de ocho meses de guerra», cuenta.
Polonia ha abanderado la ayuda a Ucrania desde el inicio de la guerra en febrero. El país se ha convertido en centro de operaciones logísticas para el traslado de armas y recientemente para el entrenamiento de militares ucranianos. Hasta 5 millones de refugiados han pasado por Polonia y 1,4 de ellos decidieron establecerse en el país. «Muchas personas en esta zona de Polonia tienen origen ucraniano o estamos ligados a Ucrania a través de amigos o familiares», comenta Adamski, mientras recuerda los días en los que cruzaba la frontera como si no existiera una división.
Durante las averiguaciones iniciales, Polonia temió verse arrastrada a un escenario de escalada descontrolada. No se emitieron declaraciones precipitadas ni se hicieron amenazas militares. Varsovia fue consciente de su posición. Como miembro de la OTAN, los otros miembros de la Alianza están obligados por el tratado a defender el territorio polaco si es atacado. Actualmente, el país no dispone de un sistema de defensa antiaérea y antimisiles de corto alcance. La tragedia del martes, donde murieron dos personas, podría abrir el camino para que la Alianza plantee desplegar baterías Patriot adicionales en el este de Polonia para defender el territorio OTAN. También la posibilidad de que una de las principales peticiones de Volodomir Zelenski vuelva a la mesa de negociaciones: crear una zona de exclusión aérea sobre Ucrania.
Cuanto más tiempo continúe la guerra y el bombardeo constante de misiles, aumenta la probabilidad de que un accidente igual o más importante ocurra dentro del territorio de la Alianza. «Nos hemos acostumbrado a la guerra, tras tantos meses lo vemos como una parte fija dentro de los telediarios o la sección del periódico y nos alejamos del problema. Cuando cosas como el misil de Przewodow pasan, sufrimos una gran conmoción», comenta Svitlana, que prefirió dejar su apellido en el anonimato.
La investigación sobre el origen del misil que explotó a seis kilómetros en línea recta de la frontera ucraniana continúa su curso. Expertos polacos y estadounidenses siguen trabajando sobre un terreno que en las últimas horas sufrió lluvias y las primeras nevadas. Duda y Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, han mantenido una posición conjunta de apoyo a Zelenski declarando que la causa de la explosión y la muerte de dos personas es la invasión rusa. La postura del presidente ucraniano, que sigue sin aceptar la versión de los líderes occidentales, hace temer por la postura unificada que hasta ahora ha mantenido con sus socios de la Alianza. En un momento como este, los expertos políticos debaten las intenciones del Gobierno ucraniano al cuestionar la credibilidad de sus socios internacionales y la suya propia a ojos de la opinión pública dentro y fuera de su país.
Los intensos bombardeos después de la retirada rusa de Jersóncumplen un patrón de frustración de Vladimir Putin que se ha repetido en cada derrota rusa. La realidad de la guerra confirma que el Ejército de ruso está perdiendo en el campo de batalla. El Gobierno de Moscu está perdiendo diplomáticamente. El líder ruso también está perdiendo políticamente dentro del país, ha dejado de ser indiscutible, incluso dentro de su círculo de confianza más próximo. El estado de la guerra para Zelenski es que la infraestructura eléctrica ucraniana está seriamente dañada a las puertas de un duro invierno.
✕
Accede a tu cuenta para comentar