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Defensa

Suecia sigue los pasos de Finlandia y llama a las puertas de la OTAN

Estocolmo y Helinski presentarán juntos su solicitud de adhesión a la Alianza Atlántica entre el martes y el miércoles

La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, comparece junto al líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson Henrik Montgomery/TTAP

El camino de Suecia y Finlandia hacia su integración en la OTAN avanza a paso vertiginoso. El Gobierno sueco ha decidido este lunes en una reunión extraordinaria que el país nórdico solicite el ingreso en la organización militar a la vista de la inseguridad regional creada por la invasión rusa de Ucrania. “Salimos de una época y nos adentramos en otra. Informaremos a la OTAN que queremos convertirnos en miembros de la alianza”, aseguró esta tarde en una rueda de prensa la primera ministra, la socialdemócrata Magdalena Andersson.

El embajador de Suecia ante la OTAN comunicará entre mañana y el miércoles que Estocolmo quiere unirse a la alianza militar. La voluntad del Gobierno es hacerlo a la par que Helsinki, que anunció ayer su deseo de llamar también a las puertas de la organización militar. “Ahora que Finlandia también ha anunciado que tiene la intención de solicitar su ingreso, solo Suecia quedaría fuera de la OTAN en una posición muy vulnerable. Lo mejor para la seguridad de Suecia y la seguridad del pueblo sueco es que nos unamos a la OTAN y que lo hagamos junto con Finlandia”, subrayó Andersson.

El Gobierno también ha decidido sobre un proyecto de ley que hará posible que Suecia reciba apoyo militar de todos los países de la UE y la OTAN durante el período de adhesión, que podría prolongarse entre seis meses y un año. Un ínterin en que el país estará más expuesto a agresiones rusas. “Suecia estará en una posición vulnerable mientras se tramita nuestra solicitud”, advierte Andersson.

Nuevos aliadosAntonio Cruz

Nada más anunciarse la candidatura sueca a la OTAN, los otros tres países nórdicos, que pertenecen a la organización desde su fundación en 1949 (Noruega, Dinamarca e Islandia, publicaron un comunicado conjunto en el que prometen proteger a sus vecinos “por todos los medios necesarios” si el país es atacado. “En caso de que Finlandia o Suecia sean víctimas de una agresión en su territorio antes de obtener la membresía de la OTAN, ayudaremos a Finlandia y Suecia por todos los medios necesarios”, se puede leer. “Inmediatamente iniciamos los preparativos para efectuar estas garantías de seguridad”.

En una prueba del consenso nacional que reúne la nueva política de seguridad sueca, la jefa de Gobierno estuvo acompañada en su comparecencia por el líder de la oposición, el conservador Ulf Kristersson, tradicional partidario de la adhesión a la Alianza Atlántica. “Esta es una decisión histórica”, subrayó. “No se trata de política partidista sin corresponsabilidad en el interés de la política de seguridad del país”, aseguró. “Hay muchos temas importantes en los que pensamos de manera diferente, pero vamos a asumir una responsabilidad conjunta en el proceso de llevar a Suecia a la OTAN”, prometió Kristersson.

Antes del anuncio oficial, se celebró por la mañana un debate monográfico sobre la OTAN en el “Riksdag” (Parlamento), donde existe una amplia mayoría a favor de la adhesión (304 de los 349 diputados). Solo el Partido de la Izquierda y Los Verdes mantienen su oposición, después de que los socialdemócratas en el poder decidieran el domingo acabar con décadas de neutralidad. A diferencia de Finlandia, en el Parlamento sueco solo se someterá a votación el tratado de adhesión que el Gobierno firme con la organización transatlántica.

Ante los diputados, Andersson reconocía que el ingreso de Suecia en la OTAN supone un “cambio histórico en el enfoque de la política de seguridad de nuestro país”, y que la neutralidad y la no alineación habían sido beneficiosas para Suecia, pero ya no bastaban para hacer frente al desafió ruso. “Esta no es una decisión que se tome fácilmente, pero a pesar del hecho de que la no alineación en sus diversas formas ha sido útil para Suecia durante 200 años, creo que no será tan útil para Suecia en el futuro”, explicó la líder socialdemócrata.

En un mensaje a quienes mantiene reticencias a la entrada en la Alianza, Andersson prometió que Estocolmo mantendrá una política exterior independiente centrada en la igualdad, la democracia, los derechos humanos y el desarme nuclear. En este sentido, se prevé que en los próximos días Suecia, como hicieron en el pasado Noruega y Dinamarca, declare que no albergará ni armas nucleares ni bases militares como futuro miembro de la OTAN.

Desde la oposición, Kristersson aparcó sus divergencias con el Gobierno y alabo la actuación de Andersson. “Me gustaría transmitir mi agradecimiento a Magdalena Andersson”, comenzó el líder del Partido Moderado. “Hemos tenido contacto regular y discutido las consecuencias para Suecia de la nueva situación de la política de seguridad y le he dado un gran valor a esas discusiones”, subrayó.

Nooshi Dadgostar, líder del Partido de la Izquierda, socio externo del Gobierno, no fue tan complaciente y denunció un debate apresurado y antidemócratico que ignora la opinión de los suecos. “Es muy grave que los votantes no hayan podido dar su opinión sobre esto en un referéndum o en unas elecciones”, acusó Dadgostar, que en junio hizo caer al Ejecutivo socialdemócrata de Stefan Löfven en una moción de censura. “Esto socava la legitimidad de la decisión. Este proceso es una traición a los votantes. La decisión se ha tomado por encima de las cabezas de los votantes”.

Una hora antes, el Parlamento finlandés (”Eduskunta”) iniciaba también una sesión dedicada al ingreso en la OTAN Como Andersson, La primera ministra finlandesa, la socialdemócrata Sanna Marin, justificó el giro en la política exterior de su país en que “nuestro entorno de seguridad ha cambiado fundamentalmente”. “El único país que amenaza la seguridad europea y ahora está librando abiertamente una guerra de agresión es Rusia”, señaló al comienzo del debate.

Si bien un 85% de la Cámara apoya el ingreso en el Tratado de Washington, la votación sobre la adhesión se retrasará al menos hasta mañana, puesto que más de 150 de los 199 diputados del Parlamento han solicitado el uso de la palabra para mostrar su punto de vista sobre una trascendental decisión que acaba con 75 años de no alineamiento militar, informa el presidente del “Eduskunta”, Matti Vanhanen. Tras ser invadida por la URSS en 1939, Finlandia perdió el 10% de su territorio y durante la Guerra Fría asumió una impuesta neutralidad para garantizar su integridad territorial frente a su poderoso vecino, con el que comparte 1.340 kilómetros de frontera.