Derechos Humanos
Corea del Norte admite ejecuciones de presos en público, como denuncian las organizaciones humanitarias
La inusual confesión se realizó en Naciones Unidas en una declaración en la que el régimen pretendía defender que respeta los derechos humanos
Corea del Norte ha admitido haber llevado a cabo ejecuciones públicas de prisioneros, especialmente de aquellos que han cometido “delitos extremadamente graves”, y ha reconocido que en ocasiones se realizan en público.
El anuncio se ha llevado a cabo durante una inusual confesión sobre el trato que brinda a los prisioneros, y curiosamente en una declaración en la que el régimen intentó defender y justificar su historial de derechos humanos.
Las organizaciones de derechos humanos han acusado durante mucho tiempo a Pyongyang de matar a tiros a convictos en público, y los desertores del aislado país informado de cómo verdugos norcoreanos atormentan a prisioneros condenados, los queman y mutilan después de la muerte y obligan a otros a mirar sus cadáveres.
La confesión de estas ejecuciones se realizó durante un proceso de escrutinio dentro de las Naciones Unidas llamado examen periódico universal, según informa el diario británico The Times. En una sesión celebrada la semana pasada en Ginebra, que examina el historial de los Estados miembros cada cuatro o cinco años, Gran Bretaña instó a Corea del Norte a “reformar el sistema judicial para garantizar el respeto al derecho a un juicio justo y poner fin a las sentencias que constituyen tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes”.
Los miembros de una gran delegación norcoreana refutaron detalladamente las acusaciones contra ellos, pero admitieron que las autoridades ejecutan a quienes han cometido “delitos extremadamente graves”. “En principio, la pena de muerte se ejecuta a puerta cerrada en un lugar designado”, dijo Park Kwang-ho, director del Tribunal Central de Corea del Norte. “Sin embargo, puede haber excepciones. Se dan cuando el criminal ha cometido delitos reiterados en el pasado, causando graves daños a otras personas y ha vuelto a cometer un asesinato atroz sin arrepentirse, y la familia de la víctima ha solicitado encarecidamente que la pena de muerte se ejecute en público para saldar viejas cuentas”.
También reconoció implícitamente la existencia de presos políticos, aunque Pyongyang se niega a utilizar esos términos. "Los que cometen delitos contra el Estado son espías y terroristas enviados por fuerzas hostiles y quienes han cometido actos subversivos en contra del sistema socialista”, dijo Park. “Los prisioneros de esta categoría no son muchos y están recluidos en instituciones de reforma, pero separados de los prisioneros comunes”.
Organizaciones extranjeras, incluido el gobierno de Estados Unidos, denuncian que Corea del Norte mantiene a más de 100.000 personas en campos de prisioneros políticos, llamados kwanliso , donde son sometidos a tortura, trabajos forzados, ejecuciones sumarias, hambre y violencia sexual.
Park señaló las nuevas leyes que supuestamente mejoran el bienestar de los presos. “Las instituciones de reforma [están] obligadas a permitir que los reclusos utilicen bibliotecas, lean periódicos y otra información, proporcionen condiciones para la higiene personal y el ejercicio físico”, dijo, y agregó que “asignan médicos para cuidar de su salud, garantizar las visitas y la comunicación con los miembros de la familia y resolver las quejas”, según The Times.
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