EE UU vs. China
China reduce su amenaza aérea en el Indo-Pacífico tras la cumbre entre Biden y Xi
El comandante del Mando de EE UU en la región reconoce ciertos avances pero denuncia la hostilidad de Pekín contra las embarcaciones filipinas en aguas del Mar de la China Meridional
Empieza a dar resultados tangibles la cumbre de alto nivel que reunió en la lujosa finca Filoli, a las afueras de San Francisco, a los presidentes de China y Estados Unidos el pasado noviembre en los márgenes del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). Esa es la percepción del almirante John Aquilino, comandante del Mando del Indo-Pacífico de EE UU.
El alto mando de la Marina norteamericana reconoce que «han cesado» las maniobras aéreas chinas contra aviones estadounidenses, unas interceptaciones que describe como «arriesgadas y coercitivas» por la elevada probabilidad de provocar un accidente. «Sería un resultado increíblemente positivo si eso continuara», apuntó en una entrevista reciente con la prensa surcoreana.
La aparente reducción de estas maniobras viene motivada por las conversaciones que mantuvieron semanas atrás Joe Biden y Xi Jinping en San Francisco. En ese encuentro, el primero entre ambos en un año marcado por la desescalada de las tensiones bilaterales, acordaron reabrir los canales comunicación entre ejércitos, que permanecían cerrados a cal y canto desde la visita a Taiwán en agosto de 2022 de la entonces speaker del Congreso de EE UU, Nancy Pelosi.
El Pentágono ha registrado un total de 180 maniobras de cazas chinos contra aeronaves estadounidenses y otros 180 aviones de combate pilotados por los aliados de Washington sólo en los últimos dos años. El riesgo ha sido elevado. Las maniobras o interceptaciones suceden cuando un caza se aproxima a otra aeronave perteneciente a las Fuerzas Armadas de otro país, normalmente como parte de una acción de seguimiento. Suelen producirse cuando el avión interceptado está cerca del espacio aéreo de otro país.
Ha habido acusaciones cruzadas entre las dos potencias. Pekín ha denunciado a Washington de espiar con aviones de vigilancia. Washington, sin embargo, aduce que sus aviones han surcado el espacio aéreo internacional de forma legal. Ahora, pese a la aparente distensión militar, el almirante Aquilino puntualizó que el comportamiento de China no había cambiado en otros aspectos, aludiendo a las recientes embestidas de embarcaciones chinas contra buques de suministro filipinos en las proximidades del Second Thomas Shoal, un banco de arena en el Mar de la China Meridional cuya soberanía Pekín reclama.
«Se trata de hechos, no de acciones», subrayó el comandante del Mando del Indo-Pacífico de EE UU. «No veo ningún cambio en el comportamiento contra Filipinas».
Aquilino busca reunirse desde hace casi tres años con sus homólogos en las filas del Ejército Popular de Liberación (EPL). Sin éxito. Dijo no haber recibido ninguna respuesta positiva de Pekín hasta la fecha, pero mantenía «la esperanza de que respondan en breve y podamos mantener una conversación».
El Ejército estadounidense mantiene las expectativas de que esa reunión tenga lugar en los próximos meses dado el encuentro que mantuvieron el máximo responsable de la política de Defensa de EE UU en China, Michael Chase, y el agregado de Defensa de Pekín en Washington, el general de división Liu Zhan, antes del cara a cara entre Biden y Xi en San Francisco.
La Administración Biden empezó entonces a negociar con China una serie de compromisos militares de alto nivel para 2024 tras una propuesta inicial del Departamento de Defensa de EE UU, adelantó el Financial Times. Pero las partes advirtieron que esos acuerdos llevarían tiempo por cuestiones burocráticas relacionadas con la toma de decisiones en el seno de las Fuerzas Armadas chinas. La destitución oficial hacia finales de octubre del que era ministro de Defensa, Li Shangfu, que lleva en paradero desconocido desde agosto, enfría aún más el diálogo.