Fallecimientos
Cada persona cuenta: Al menos 2.755 personas fallecieron en África de forma violenta durante el mes de mayo
Sudán encabeza la lista de fallecidos por segundo mes consecutivo, el conflicto entre las comunidades teke y yaka en RDC se recrudece
Al menos 2.755 civiles han fallecido durante este mes de mayo en África de forma violenta, más del doble que en el mes pasado. La cifra no incluye los homicidios entre particulares, debiéndose únicamente a episodios de violencia intercomunal, víctimas de la guerra, ataques yihadistas y asesinatos perpetrados por las fuerzas de seguridad. En su mayoría, los números se refieren a las matanzas de más de diez personas que ocurren semanalmente en el continente.
La dificultad intrínseca al continente africano para obtener cifras completas lleva a que sea probable que hayan ocurrido más muertes de las mencionadas, y el hermetismo en ciertas naciones impide tener conocimiento de muchos de los fallecimientos hasta que los organismos internacionales publican sus informes trimestrales o anuales, si es que se informa de dichas muertes alguna vez. Un ejemplo podría encontrarse en la matanza de Moura, en Mali, que tuvo lugar en marzo de 2022 pero cuyas cifras oficiales no han sido publicadas por la ONU hasta este mes de mayo. El último informe de Naciones Unidas ha especificado que 500 personas fueron asesinadas y 58 mujeres fueron violadas por parte de militares malienses en compañía de mercenarios rusos.
Los países con un mayor número de afectados en mayo han sido República Democrática del Congo (más de 107 fallecidos), Nigeria (más de 160 fallecidos), Burkina Faso (más de 175 fallecidos) y Sudán (más de 2.300 fallecidos). También debería considerarse la muerte de 400 congoleños y de al menos 130 ruandeses con motivo de las riadas provocadas por las fuertes lluvias de este año. Una cifra que, con toda probabilidad, ascenderá en los próximos meses a lo largo de las zonas afectadas por la estación de lluvias.
República Democrática del Congo
Al menos treinta de las víctimas mortales atribuibles en este mes de mayo a RDC tienen como culpables a las milicias yaka, cuya zona de influencia se concentra en la provincia de Kwango, al suroeste del país. El representante de ACNUR sobre el terreno, Angele Dikongue-Atangana, ya avisó en octubre de 2022 que el conflicto entre las etnias teke y yaka había entrado en una espiral de violencia “preocupante y de unos niveles de violencia nunca vistos hasta ahora”, una declaración que no ha hecho sin reafirmarse en los últimos meses.
El conflicto entre ambas comunidades comenzó durante los primeros meses del año pasado, debido a un desacuerdo ante el aumento del impuesto que pagan los yaka (quienes llegaron a los territorios en conflicto en el siglo XVII, varios siglos después que los primeros teke) por el uso de la tierra. Una de las últimas masacres registradas tuvo lugar el 13 de mayo, cuando un grupo de hombres pertenecientes a la milicia yaka Mobondo asesinaron a 11 personas en una localidad de mayoría teke al oeste de RDC.
Nigeria
La violencia entre granjeros y pastores prosigue ante la incapacidad del gobierno nigeriano de hallar una solución que satisfaga a ambas partes. Al menos 150 personas han fallecido durante el mes de mayo como consecuencia de estos choques en la provincia de Plateau, en el centro del país, aunque los motivos de estas muertes no quedan claros debido a la profunda complejidadde la situación reinante.
La mayoría de los pastores corresponden a grupos de la etnia peul que siguen la religión musulmana, mientras que los agricultores suelen pertenecer a la religión cristiana. Así, hay quienes afirman que el motivo de los choques es fundamentalmente religioso. Sin embargo, diversas conversaciones sobre el terreno que ha mantenido este periodista con religiosos cristianos y musulmanes desvelaron que el factor religioso sería un añadido, antes que la causa principal, donde el desencadenante de la violencia es el conflicto por el control de tierras fértiles para el pastoreo y la agricultura. Resulta interesante comprobar cómo algunos medios señalan que “150 cristianos han sido asesinados en Plateau” este mes de mayo, mientras otros afirman que “150 pastores han sido asesinados en Plateau”. El enfrentamiento entre ganaderos y agricultores es un doloroso ejemplo de la complejidad que rodea a algunos conflictos en África y la dificultad que esto conlleva a la hora de buscar soluciones útiles.
Burkina Faso
El que fuera el país con más muertes provocadas por el terrorismo en 2022, según el análisis anual del Global Terrorism Index, va camino de volver a serlo al término de 2023. Los ataques de los terroristas, hostigados por el aumento de acciones violentas de militares burkineses contra la población civil, aumentan en cantidad y profundidad a cada semanas que pasa.
Las cifras de civiles asesinados durante el mes de mayo oscilan entre las 8 y las 33 personas por masacre, habiéndose contabilizado un total de nueve ataques contra civiles a lo largo del último mes. Reina en Burkina Faso un clima de terror extendido: los yihadistas cubren enormes áreas de terreno, de manera que pueden golpear localidades como Kompienga, en la frontera con Togo (30 de mayo, ocho civiles asesinados), o 620 kilómetros al noroeste, en el pueblo de Ouakara (28 de mayo, treinta civiles asesinados).
Sudán
Sudán se ha convertido en cuestión de mes y medio en la nación africana con más civiles fallecidos a sus espaldas. La guerra civil que asola parte de su territorio desde el pasado mes de abril ha provocado un clima de inestabilidad cuyos motivos trascienden del enfrentamiento entre los generales Al Burhan y Hemedti. Tal es el caso de la región de Darfur, donde la violencia étnica que protagonizan las comunidades negras y árabes ha alcanzado nuevas cotas debido a la incapacidad actual del ejército a la hora de gestionar la situación. La ONG Sudanese Women For Change confirmó a mediados de mayo que al menos 2.000 personas han sido asesinadas sólo en la ciudad de Geneina, próxima a la frontera chadiana. Además, imágenes satelitales de los últimos días muestran decenas de aldeas de la zona envueltas en llamas, mientras los testigos sobre el terreno hablan de la intención de las milicias árabes Janjaweed de “limpiar” ciertas localidades de mayoría negra.
Otro horror producto de la guerra ha sido la muerte de 50 niños en un orfanato de Jartum como consecuencia de la falta de materiales médicos, los cortes eléctricos y la escasez de personal. La insuficiencia circulatoria, la fiebre, la desnutrición o la sepsis son las causas que provocaron la muerte de la mayoría de estos niños, según informó un trabajador del centro. Cabe a destacar que, mientras que el oro sudanés sigue saliendo del país, la ayuda humanitaria está enfrentándose a serias dificultades a la hora de acceder a los puntos necesitados. Y las treguas pactadas entre ambos bandos para acondicionar corredores humanitarios superan la decena, aunque ninguna ha llegado a cumplirse de forma íntegra.