Guerra en Europa
Bruselas impulsa la compra conjunta de armas ante la posibilidad de una guerra en suelo europeo
Se desconoce de dónde saldrán los fondos para impulsar este nuevo plan
La Comisión Europea ha presentado este martes su nueva estrategia de Defensa, pensada para un mundo más peligroso que nunca, en el que una guerra en suelo europeo parece haber dejado de ser un escenario imposible sino altamente probable. La posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca, tras las próximas elecciones del mes de noviembre, y deje a los europeos a la intemperie ante un ataque de Rusia, también ha vuelto a espolear el debate sobre la necesidad de que la industria armamentística europea de un gran salto adelante.
El Ejecutivo comunitario pretende aprender de las experiencias de la pandemia y la crisis energética, desatada tras la guerra en Ucrania, y replicar estos mismos mecanismos de compras de vacunas conjuntas y subastas de gas en la adquisición centralizada de armas por parte de los países europeos, con el fin de conseguir ofertas más competitivas en el mercado y mejorar la interoperabilidad de las armas europea. El objetivo reside no solo en gastar más sino gastar mejor. Además, esto irá unido a la puesta en marcha de almacenes estratégicos de componentes básicos ,pensados para momentos de crisis, y la participación de Ucrania en los programas europeos para mejorar también la interoperabilidad de su ejército.
La meta reside en que para 2030, el 40% los Estados europeos adquieran el 40% de su equipamiento de Defensa a través de proyectos colaborativos, lo que suponga la mitad del presupuesto de las licitaciones y el 60% en 2035. Además, se espera que en 2030, el comercio entre los países europeos ascienda hasta el 35% del valor del mercado de Defensa. A pesar de que tras la invasión de Ucrania por parte del ejército de Vladimir Putin, Bruselas presionó a los países europeos para la adquisición de armas conjuntas Made in Europe, desde el comienzo de la guerra hasta junio de 2023, casi el 80% de los pedidos (el 78%) se hicieron a empresas fuera del bloque y el presupuesto destinado a compras conjuntas solo ha llegado al 18%.
El gran talón de Aquiles de esta estrategia reside en cómo va a financiarse, justo cuando los países europeos se adentran en una nueva era de austeridad con la nueva entrada en vigor del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, tras la bula de los años postpandemia. La Comisión Europea propone destinar, por el momento, 1.500 millones de euros del presupuesto europeo de los años años 2025-27, como palanca para atraer el capital público y privado. Pero estas cantidades parecen irrisorias ya que el propio comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, estima que será necesario un fondo de 100.000 millones de euros.
El documento presentado este martes pide un cambio en el mandato del Banco Europeo de Inversiones (BE), que otorga préstamos blandos con los Estados europeos como avalistas, para que pueda financiar armas y municiones. En los últimos año la entidad financiera presidida ahora por Nadia Calviño, se ha centrado sobre todo en incentivar las energías renovables y la transición energética y, ahora mismo, su mandato, tan sólo le permite la financiación de bienes de doble uso civil y militar como los drones. Francia lleva tiempo defendiendo este paso del Banco Europeo de Inversiones para financiar armas. Aunque en un principio Berlín se opuso, poco a poco ha comenzado a cambiar su postura.
París, sin embargo, quiere ir mucho más allá y no se conforma con hacer cambios en el BEI. El Elíseo apoya también un nueva emisión de deuda conjunta, tal y como sucedió con la pandemia, para que los eurobonos puedan destinarse a comprar armas, pero Berlín ha vuelo a proferir uno de sus famosos Nein.