Armada
Dos buques de guerra iraníes cruzan la Polinesia francesa en una inédita circunnavegación
La corbeta Jamaran y el petrolero militarizado Makran se embarcaron en octubre en una vuelta a mundo sin precedentes de la marina iraní con la que quiere demostrar su capacidad de navegación
No es habitual ver buques de guerra iraníesfrente a la Polinesia Francesa. Y, sin embargo, esto es lo que ocurrió, según las imágenes publicadas el domingo por la marina francesa, informa “Le Figaro”. “El Falcon 200* [de la Marina francesa] entró en contacto con dos buques de guerra iraníes al oeste de la ZEE [zona económica exclusiva] de la Polinesia francesa. Declararon su intención de cruzarlo al sur de las Marquesas para un tránsito transpacífico”, anunció el domingo ALPACI, el comandante de la zona marítima del Océano Pacífico, una de las divisiones territoriales de la Marina francesa, según el rotativo francés.
Las imágenes, tomadas desde el cielo a baja altura, revelan dos cascos, sólo uno de los cuales tiene un perfil típicamente militar. Se trata del Jamaran, un pequeño buque de combate ligeramente armado fabricado en 2010, descrito pomposamente por los iraníes como un destructor, pero que en la mayoría de las marinas se consideraría una simple corbeta. El segundo parece un gran petrolero civil desde la distancia. Fabricado en 2021, el Makran, un “buque base polivalente” -por cierto, el mayor buque de la flota iraní, con 228 metros de eslora y más de 110.000 toneladas de desplazamiento- es básicamente un petrolero militarizado con una plataforma para helicópteros elevada a la cubierta en la parte delantera.
Al navegar al sur de las islas Marquises, el pequeño grupo naval iraní se encuentra a más de 15.000 kilómetros de la costa iraní. Si el imponente Makran está diseñado para largas distancias, cabe imaginar la incomodidad en la que deben encontrarse los marineros del modesto Jamaran, poco adaptado a los viajes largos, en particular a la travesía de todo el Pacífico, explica “Le Figaro”. Sin embargo, la tripulación tendrá que acostumbrarse, ya que los iraníes se han lanzado el 1 de octubre de 2022 a circunnavegar el globo, una primicia para Teherán.
Proyección naval
Pocas armadas se embarcan en una aventura de este tipo, que necesariamente dura varios meses y es difícil tanto para los barcos como para los hombres. La armada iraní -aparte de los grandes buques base que constituyen el grueso de su flota de altura- no está diseñada para viajes largos. Se trata principalmente de una flota costera, que se desenvuelve a sus anchas en las aguas poco profundas del Golfo Pérsico, donde se utilizan submarinos en miniatura y lanchas rápidas para hostigar a las fuerzas contrarias en una lógica asimétrica. Por lo demás, la industria naval iraní ha conseguido penosamente en diez años poner en servicio cuatro de estos “destructores” Moudge, uno de los cuales ya se hundió en el mar Caspio en 2018.
Pero, atrapada en las garras de las sanciones internacionales, la República Islámica quiere ir más allá de su vocación de guerrilla naval cerca de sus costas demostrando una capacidad real de proyección hacia alta mar. Esta es la ambición de esta circunnavegación sin precedentes, ya que Teherán pretende exportar sus hidrocarburos y asegurar sus suministros de tecnología y materias primas, al tiempo que garantiza las relaciones marítimas con sus aliados, como Moscú y Pekín. Ya en 2021, el mismo buque base Makran, escoltado esta vez por la corbeta Sahand -hermana del Jamaran- había realizado un largo viaje hasta el mar Báltico, donde los iraníes pudieron participar en el gran desfile naval ruso en San Petersburgo.
“Si hoy estamos presentes en los océanos, la montaña que hay detrás de nosotros es el pueblo y sus oraciones”, declaró el 1 de octubre el Almirante Shahram Irani, Jefe de la Armada iraní, al zarpar el grupo naval.
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