Tensión en Asia
China responde a los congresistas de EE UU con nuevas maniobras militares alrededor de Taiwán
La delegación se reúne en privado con la presidenta y el ministro de Exteriores en su visita a la isla dos semanas después que Pelosi
Tras las recientes tensiones en el estrecho de Taiwán, las visitas de las delegaciones internacionales a la isla están en el ojo del huracán. Especialmente si son de EE UU Apenas dos semanas después de la polémica visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, otra delegación de congresistas ha viajado a Taiwán. Según un comunicado, la visita tenía como objetivo «reafirmar el apoyo de EE UU a Taiwán» y «fomentar la estabilidad y la paz en el estrecho de Taiwán».
La delegación, encabezada por el senador republicano de Massachussets Ed Markey, aterrizó en Taipéi el domingo por la noche. Los legisladores demócratas Don Beyer, John Garamendi y Alan Lowenthal, y la republicana Aumua Amata Coleman acompañaron a Markey. La visita en general tuvo un carácter bastante privado, presumiblemente por motivos de seguridad ante la incertidumbre de una respuesta de China.
La delegación se reunió el lunes con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, y el ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, a puerta cerrada sin prensa. Durante su reunión, Tsai Ing Wen agradeció a la delegación el apoyo de EE UU y la visita a la isla en un «momento clave». «En estos tiempos de incertidumbre», dijo el congresista Markey. «Debemos trabajar más para garantizar la paz y la estabilidad en Taiwán. Tenemos la obligación moral de prevenir activamente cualquier conflicto innecesario, y Taiwán ha demostrado un increíble autocontrol y prudencia al responder a este momento tan difícil».
Tsai expresó que Taiwán desea «estrechar sus lazos de cooperación con EE UU y mantener conjuntamente la prosperidad y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico», así como «profundizar las relaciones comerciales con democracias afines y crear una cadena de suministro más resistente». Destacó que la invasión rusa de Ucrania había puesto de relieve la amenaza de los regímenes autoritarios hacia el orden mundial, y agregó que los recientes ejercicios militares de China alrededor de la isla habían «perturbado gravemente» la paz y la estabilidad.
Apenas 20 horas después de su llegada, la delegación dio por concluida su parada en Taipéi, que formaba parte de una gira por el Indo-Pacifico. La visita estaba prevista desde hace meses antes de que Pelosi, decidiera incluir Taiwán en su ruta hace dos semanas.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa de China calificó el viaje de la delegación como una «visita de emboscada» que «viola la soberanía y la integridad territorial de China», informaba un comunicado. Pekín no dudo en responder a la inesperada visita con una nueva ronda de ejercicios militares en las inmediaciones de Taiwán, sin especificar cuándo acabarían. El miércoles, el Ejército chino se comprometió a «llevar a cabo regularmente» patrullas adicionales en dirección al estrecho de Taiwán. En esta ocasión, aumentó el número de embarcaciones y aviones en las inmediaciones de la isla. El Ministerio de Defensa taiwanes registró la actividad de cinco buques y 30 aviones chinos, 15 de los cuales traspasaron la línea media, una frontera tacita en el estrecho que se había respetado hasta la semana pasada.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Wang Wenbin, instó a EE UU a «no causar más daño a las relaciones chino-estadounidenses y a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán». «China tomará medidas firmes y resueltas para defender la soberanía nacional y la integridad territorial», advirtió Wang.
Que Taiwán reciba visitas de delegaciones internacionales es algo habitual y normalizado, que hasta el viaje de Pelosi no habían tenido este tipo de respuestas por parte de Pekín. China considera a Taiwán una provincia con gobierno ilegitimo, destinada a la reunificación con Pekín, por ello condena las muestras de apoyo de EE UU –militares o diplomáticas– a la isla como «provocación».
La Casa Blanca ha reiterado en varias ocasiones desde el anuncio de la visita de Pelosi a Taiwán que no hay cambios en la política de «Una China» de EE UU y que Washington reconoce a la República Popular China como el único Gobierno legítimo de China. Washington parece haber tomado una firme decisión de mostrar su apoyo ahora a Taiwán, en otra de sus demostraciones de la compleja ambigüedad diplomática.
Ambos territorios pusieron en marcha a finales de junio la Iniciativa EE UU-Taiwán sobre el Comercio del Siglo XXI, con la que indicaban el deseo mutuo de avanzar en sus relaciones económicas y comerciales. El viernes pasado, Kurt Campbell, el coordinador para el Indo-Pacífico, dijo que estaban «desarrollando una ambiciosa hoja de ruta para las negociaciones comerciales» con Taiwán. Las relaciones entre ambos se consolidaron tras la aprobación de la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, que el congresista Ed Markey votó a favor. Markey preside también la Subcomisión de Asia Oriental, el Pacífico y la Política de Ciberseguridad Internacional en la Cámara de Representantes, y tiene influencia casi directa en las relaciones militares con Taiwán. Probablemente una de las razones por las que China se enfada tanto. Es posible que otra delegación de congresistas visite Taiwán a finales del mes.
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