Convención Republicana

Trump reaparece con la oreja vendada ante los republicanos en Milwaukee

El expresidente de EE UU hace un llamamiento a la unidad nacional tras su intento de asesinato en un mitin en Pensilvania

Aplausos, ovaciones y público en pie: el Partido Republicano estadounidense recibió con todos los honores en su convención nacional al magnate republicano, que se presentó con el gesto serio y la oreja vendada en Milwaukee. En su camino hacia la tribuna donde estaba su familia y su posible vicepresidente, J.D. Vance, Trump caminó con el puño en alto, el mismo gesto que hizo justo después de haber sido disparado el sábado, en cuanto pasó el momento de peligro. Apoyado por sus hijos Tiffany, Eric y Donald Trump Jr., por la mujer y la prometida de estos dos últimos, Lara Trump y Kimberly Guilfoyle, el expresidente recibió emocionado el cariño del público.

Los delegados y el resto de presentes intercalaron las ovaciones con el grito de "Fight" (Pelea), el mismo que efectuó él también al ser evacuado el sábado por los servicios de seguridad, dejando para la posteridad una imagen histórica.

El expresidente estadounidense Donald Trump eligió este lunes, en el marco de la primera jornada de la Convención Republicana que se celebra en Milwaukee, como su candidato a vicepresidente al senador de Ohio James David Vance, un joven de 39 años que además de político también es empresario y escritor.

«Después de una larga deliberación y reflexión, y considerando el tremendo talento de muchos, he decidido que la persona más adecuada para asumir el cargo de vicepresidente de Estados Unidos es el senador J.D. Vance del estado de Ohio», indicó Trump en la red social de su propiedad, Truth Social.

El expresidente definió recientemente a Vence como un «joven Abraham Lincoln» a quien hasta «la barba le queda bien». El detalle dice mucho del respeto que Trump, de quien es «vox populi» que detesta el vello facial, profesa ahora por esta figura incipiente dentro del partido, que pasó de vivir un auténtico drama personal y servir como infante de marina en la guerra de Irak a convertirse en un escritor super ventas.

Mucho antes de llegar a senador por Ohio, J.D., como se le conoce popularmente, sufrió una infancia expuesto a la violencia, a las armas y al consumo de drogas en Middletown, su localidad natal en ese estado vecino de Pensilvania.

Las convenciones en las que ambos partidos eligen a su candidato presidencial siempre atraen la atención de todo el país. Esta vez, el intento fallido de asesinato contra Donald Trump ha provocado que el mundo entero esté pendiente de las primeras palabras públicas del exmandatario. Por eso, el despliegue mediático está siendo sin precedentes. Menos de 24 horas después de que atentaran contra su vida, el republicano ponía rumbo a Milwaukee (Wisconsin) para darse un baño de masas, y por el camino le confesaba a un periódico local que es consciente de que «debería estar muerto» después de que una bala le atravesara la oreja derecha. «Yo siempre miro a mi público», le contaba al periodista mientras viajaba a Milwaukee a bordo de su avión privado el domingo, «y eso me ha salvado», insinuando que, si hubiera bajado la vista al atril, el desenlace habría sido terrible. «El médico del hospital me dijo que nunca había visto algo así, lo llamó milagro», explicaba Trump, sentando las bases de la que será su imagen desde ahora: un héroe que ha sobrevivido a un atentado.

En su primera entrevista tras el ataque, Trump explicó cada detalle de lo que vivió. «Los agentes se abalanzaron sobre mi tan fuerte que se me cayeron los zapatos y me apretaban». Trump manifestó que quería salir del escenario por su propio pie para que su público recibiera el mensaje de que «estaba bien», y así lo hizo al grito de «luchad, luchad, luchad», con el puño en el alto y la oreja ensangrentada, una imagen que permanecerá para la historia.

La entrevista muestra a un Trump que por primera vez suaviza su beligerante discurso. Confiesa que sus palabras estos días iban a ser «extremadamente duras, realmente buenas, todo en referencia a la administración corrupta y horrible», dijo, pero algo ha debido cambiar porque cerró la frase con un «lo tiré a la basura». El expresidente aseguró estar preparando un nuevo discurso porque quiere «unir al país» aunque no esté seguro si «eso será posible porque la gente está muy dividida». Trump sugirió que las diferencias políticas son el verdadero obstáculo «porque algunas personas quieren fronteras abiertas, otras no. Unos quieren que los hombres puedan jugar en equipos deportivos femeninos, y otros no», pero subrayó que el éxito, sin aclarar cuál, «unirá al país».

La pregunta que muchos se hacen es si realmente el exmandatario seguirá manteniendo un discurso pacificador a lo largo de la semana en Milwaukee. Las medidas de seguridad en torno al gran evento ya eran bastante extremas porque está previsto que pasen por las instalaciones donde se celebra la convención más de 50.000 personas, incluyendo los 2.400 delegados que representan a los 50 Estados y 6 territorios de EE UU, así como destacados miembros del Partido Republicano. Su seguridad depende del Servicio Secreto nacional, que lleva 48 horas lanzando comunicados para asegurar que tienen el evento bajo control, antes y después de que un joven de 20 años intentara acabar con la vida del expresidente en un mitin de campaña en Pensilvania. La agencia está «lista para comenzar», dijo hoy la coordinadora de la organización, Audrey Gibson– Cicchino. «No anticipamos ningún cambio en nuestros planes operativos de seguridad para este evento», añadió.

No está claro si de puertas para fuera la seguridad seguirá siendo la misma, sobre todo por los manifestantes que atraerá el evento. Omar Flores, líder de la Coalición para la Marcha en el Congreso Nacional Republicano, ya ha confirmado que se esperaban alrededor de 5.000 manifestantes de izquierda a última hora de hoy para protestar y transmitir sus puntos de vista a los delegados republicanos que asistan al evento.

Una de las grandes preocupaciones de algunos líderes de la ciudad viene precisamente por las normas del estado de Wisconsin, que permiten el porte de armas en el recinto exterior del evento. Dentro están prohibidas, y los controles para acceder al evento serán muy estrictos, pero fuera la situación es distinta, y dado el ambiente de crispación, algunos asistentes mostraban intranquilidad.