"Midterms"
Una “marea roja” en el Capitolio amenaza el final del primer mandato de Biden
Los republicanos bloquearán la agenda legislativa del presidente si se imponen en las legislativas del 8 de noviembre, e incluso podrían emprender acciones legales contra el presidente y su círculo más cercano
La recta final de las esperadas elecciones de mitad de mandato, conocidas en Estados Unidos como “midterms”, ya ha comenzado. A falta de poco más de una semana para que el electorado vuelva a tener una trascendental cita con las urnas, no se espera que en esta ocasión se cumpla a rajatabla lo que manda la tradición.
Y es que, por lo general, las elecciones legislativas miden las fuerzas de ambas Cámaras del Congreso estadounidense. En ellas, cada dos años, está en juego la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 101 asientos del Senado. Así ha sido durante décadas: las “midterms” posteriores a la primera toma de posesión de un presidente son, en realidad, un examen al nuevo mandatario. Según esa norma no escrita, estos comicios son un referéndum al inquilino de la Casa Blanca sobre sus primeros meses de gestión al frente de la Administración. Al menos, hasta ahora.
Las elecciones de mitad del mandato del próximo 8 de noviembre serán, por encima de todo, una elección en el sentido más literal de la palabra y sobre una cuestión muy concreta: “¿Quiere usted vivir en la América de Biden o en la de Trump?”, señala Todd Belt, director del programa de Gestión Política de la Universidad George Washington.
Y, para entenderlo, hay que observar con detenimiento a los Estados. “Tenemos muchas contiendas para legisladores estatales, gobernadores y Corte Suprema estatal. Este año son realmente importantes por la decisión del Partido Republicano sobre la Corte Suprema de Estados Unidos sobre el aborto”, explica el profesor Belt.
Un tema de suma importancia para el electorado tras el fallo de la máxima institución judicial del país que, si bien ha mantenido siempre dividida a la población estadounidense, ni siquiera en algunos Estados conservadores ha sentado tan bien como los republicanos esperaban. Al menos en seis Estados cuentan ya con una iniciativa propia relacionada con la interrupción del embarazo.
Además del aborto, de los temas más destacados, ”el más importante es, como siempre, la economía y la inflación, pero hay algo mucho más importante esta vez: la democracia de Estados Unidos”, asegura Erick Langer, profesor de la Universidad de Georgetown.
Tal y como opinan gran parte de los expertos, “mucha gente dice que la democracia es realmente lo que está en la papeleta esta vez”, reafirma el profesor Todd Belt. “La mayoría de los republicanos que han sido nominados para la Cámara de Representantes son negacionistas del resultado de las elecciones” de 2020.
“Ahora sabemos que Donald Trump en realidad les dijo a algunas personas que sabía que había perdido, pero que no quería que todos lo supieran. Eso es algo que salió del comité del 6 de enero”, añade el profesor. Por lo que, bajo ese contexto, no resulta difícil imaginar que si los conservadores recuperan el control de la Cámara Baja habrá un cambio radical en la política del país. No solo porque una buena parte del Poder Legislativo quedaría en manos del Partido Republicano, frenando en seco la agenda de la Administración Biden para los próximos dos años de mandato del presidente demócrata, sino también por el bloqueo de todo lo demás que venga de los liberales.
Los republicanos, con mayoría en los 435 escaños de la Cámara de Representantes, podrían incluso emprender acciones legales contra el presidente y su círculo más cercano, como su propio hijo Hunter, en el punto de mira de la actual oposición por sus supuestos oscuros vínculos con Ucrania a través de su consultora internacional.
De hecho, fue precisamente el demostrado intento de Trump de presionar al Gobierno ucraniano para filtrar información sobre Hunter Biden lo que desencadenó el primer juicio político contra el ex presidente republicano en septiembre de 2019, puesto en marcha para forzar su destitución.
Y no son pocos los que, todavía a día de hoy, creen que Trump ganó las elecciones de 2020 en las que aspiraba a la reelección. Así lo manifiestan, además, públicamente. Muchos republicanos han utilizado ese argumento para escalar puestos hasta llegar a la fase final de estas elecciones de mitad de mandato, con toda la intención de cambiar las leyes, cuando lleguen al poder, a nivel estatal o incluso federal, para que sea más sencillo facilitar a quienes las pierdan, revocarlas. Algunas de esas normas ya se han impulsado en Estados como Georgia o Texas.
Como consecuencia, aumenta también la preocupación entre la sociedad estadounidense que, según los expertos, han identificado un drástico aumento de la búsqueda “Guerra Civil” en internet. “Es un riesgo real y es algo preocupante”, reconoce Belt. “A Trump no le iban a permitir usar las fuerzas armadas, pero si viéramos a los miembros de la cúpula militar comenzar a cuestionar la legitimidad de las elecciones y al comandante en jefe, es cuando realmente tendríamos que comenzar a preocuparnos”, agrega.
Si los conservadores retoman, en unos días, el control de la Cámara de Representantes (por ahora todas las encuestas apuntan a que lo harán), podrían empezar a poner en marcha una serie de procesos de investigación contra la actual Administración como venganza por intentar responsabilidad a Trump por sus intentos de permanecer en el poder sin reconocer su derrota electoral, incluyendo el oscuro episodio del asalto al Capitolio.
Los republicanos también podrían intentar impedir el fácil acceso al voto en los procesos electorales, alegando fraude y malversación en la emisión y el recuento de votos. “Son tendencias al autoritarismo en nuestro país muy preocupantes”, resalta el profesor Belt, como cuando la turba de seguidores de Trump intentó forzar al ex vicepresidente Mike Pence a que no reconociera el resultado electoral y, al no poder impedirlo, intentar “colgarlo” como castigo.
“Ahora bien, también hemos visto tendencias anti liberales entre los demócratas, donde algunos de sus miembros a la izquierda del partido se esfuerzan por censurar la liberad de expresión por no estar de acuerdo con la idea de cancelar la cultura o cuando alguien dice algo que se considera inapropiado, participando en lo que ellos llaman discurso del odio”. Dinámicas que ambos partidos utilizan para hacer campaña unos contra otros en beneficio propio.
En la disputa bipartidista del próximo 8 de noviembre también hay 39 elecciones gubernativas estatales y territoriales, así como muchos otros comicios estatales y locales. Los resultados de las elecciones legislativas determinarán el 118º Congreso de Estados Unidos.
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