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Desde 1951

Reino Unido registra el año con más muertes en plena crisis de la sanidad pública

Entre 300 y 500 británicos fallecen cada semana por las largas listas de espera del NHS

Ambulancias del NHS se alinean frente a los cuarteles de Wellington en Londres al inicio de su segunda huelga ANDY RAINEFE

Reino Unido registró el año pasado el mayor número de muertes desde 1951, excluyendo los años de la pandemia. Cincuenta mil personas murieron más de la media. Tan solo en la semana de Navidad, se registraron 1.600 muertes más de lo habitual por las largas esperas para las ambulancias, el clima frío y el aumento de las infecciones por gripe. Los números protagonizaron ayer la portada de “The Times” para alertar que, ya no es la covid, sino la profunda crisis que atraviesa el Sistema Nacional de Salud Pública (NHS) lo que “está matando a cientos de personas por semana”.

Desde su creación en 1948, el conocido como NHS siempre ha sido el gran orgullo de los británicos. Pero el que presumía de ser uno de los servicios más eficientes, igualitarios y completos del mundo se encuentra ahora en una crisis sin precedentes, simbolizada con una lista de espera que roza los siete millones de personas, lo que representa aproximadamente uno de cada 10 habitantes. Alrededor de 3,8 millones de personas han estado esperando al menos cuatro meses para someterse a una cirugía rutinaria. Otros 300.000 llevan más de un año en la cola. Las esperas para las ambulancias en los casos más extremos se han llegado a prolongar hasta doce horas. Y a esto se suman los problemas de salud no tratados durante el confinamiento y los efectos secundarios persistentes de la infección por covid.

La portada de “The Times” coincidió ayer con la huelga de los servicios de ambulancias, que piden mejoras salariales ante una inflación disparada. Mientras que el Gobierno prepara una ley para garantizar servicios mínimos durante los paros, los responsables de hospitales acusan a los ministros de usar los poderes para “silenciar a los trabajadores en su hora de necesidad”.

Adrian Boyle, presidente del Royal College of Emergency Medicine, dijo que las últimas cifras de muertes eran “sorprendentemente altas”. Reconoció que era “extremadamente difícil determinar las causas”, pero señaló estudios que muestran que las muertes aumentan con esperas más largas en urgencias. “Nuestro propio análisis indica que se estima que entre 300 y 500 pacientes mueren por semana en todo Reino Unido debido a los largos tiempos de espera”, dijo. “Esto es horrible, angustioso y completamente inaceptable. El sistema de salud no está funcionando como debería. Nuestra prioridad no debe ser objetar los datos, sino mitigar el daño de esta crisis”.