Asia
China, “en alerta máxima” tras el paso de dos buques de guerra de EEUU por el Estrecho de Taiwán
Pekín envía ocho barcos y 23 aviones a la zona tras la operación de EEUU, considerada por China como una “provocación”
Las fuerzas armadas de Chinapermanecen en alerta máxima y preparadas para “derrotar cualquier provocación”, después de que dos cruceros de misiles guiados -el USS Antietam y el USS Chancellorsville- de laSéptima Flota de EE.UU. realizaron el domingo un “tránsito rutinario por el estrecho de Taiwán de acuerdo con las normas internacionales”, en una maniobra para mostrar “el compromiso de su país con una región Indo-Pacífica libre y abierta”.
Se trata de la primera vez ,desde la controvertida visita de Nancy Pelosi, que navíos militares estadounidenses han atravesado el estrecho entre la China continental y la isla, después de días de maniobras militares chinas de una envergadura sin precedentes en aguas próximas a Taiwán.
Estas incursiones han provocado una vez más la indignación de Pekín, por considerarlas provocativas y con la intención de “destruir la paz y la estabilidad en la zona”. China está “al tanto de todos los movimientos” de los barcos estadounidenses y sus tropas están “a la espera para frustrar cualquier provocación”, señaló Shi Yie, portavoz del Mando Oriental del ejército chino.
Ese mismo día, el Ministerio de Defensa Nacional taiwanés señaló que, hasta las 17:00 hora local, se había detectado la incursión de un total de 23 aviones chinos y ocho buques, que continuaban sus actividades en el mar y el espacio aéreo que rodea a Taiwán. Según el “Airspace Activity Map around the Taiwan Strait” del Ejército del Aire, las siete salidas que cruzaron la línea central del Estrecho de Taiwán fueron tres JD11, un Sukai 30, un helicóptero Wu Zhi 10 y dos JD10, mientras que las tres salidas que perturbaron la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) del Suroeste fueron un Yun 8 y dos JD16.
En su afán por impedir el dominio de China, EE.UU. ha incrementado sus despliegues navales en la zona marítima, en el marco de las denominadas operaciones de libertad de navegación (FONOPS). Aduce una ley internacional que define las aguas territoriales como aquellas que se extienden 12 millas náuticas (22,2 kilómetros) desde la costa de cualquier país, y por ello envía regularmente sus embarcaciones a través del estrecho, en lo que denomina operaciones de libertad de navegación, incluyendo los recientes viajes de los destructores de misiles guiados USS Benfold y USS Port Royal.
La Séptima Flota está basada en Japón y es una parte clave de la presencia naval de la Casa Blanca en el Pacífico. Cuenta con 50-70 buques y submarinos, 150 aviones y más de 27.000 marineros e infantes de marina desplegados regularmente. El 16 de agosto, el vicealmirante de este cuerpo, Karl Thomas, calificó de “irresponsables” los disparos de misiles balísticos efectuados por Pekín sobre la isla durante sus maniobras y precisó que los proyectiles habían rozado las rutas marítimas internacionales.
La situación en la zona del Estrecho de Taiwán y en toda la región de Asia-Pacífico se agravó el 2 de agosto tras la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, que suscitó duras críticas por parte de la China continental. Pekín ha advertido repetidamente a Washington del riesgo de sufrir represalias si se producía la llegada del tercer cargo más importante en la jerarquía del gobierno estadounidense.
Asimismo, el embajador de China en EE.UU., Qin Gang, instó a sus colegas estadounidenses a que se abstuvieran de realizar cualquier ejercicio militar con Taiwán y añadió que esto sólo aumentaría la tensión entre ambos países.
En medio de las crecientes tensiones, las fuerzas armadas chinas han realizado una sucesión de ejercicios a lo largo de su costa desde principios de agosto. El ejército del país también efectuó maniobras militares a gran escala con disparos de misiles en seis zonas acuáticas alrededor de la isla.
Taiwán sufre la preocupación constante de una invasión por parte de Pekín, que considera la isla rebelde como parte de su territorio, susceptible de ser recuperada por la fuerza si fuera necesario. Además, Pekín se opone a cualquier acción diplomática que pueda otorgar reconocimiento a Taiwán y ha respondido con una creciente contundencia a las visitas de funcionarios y políticos occidentales.
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