El mundo aplaude la resistencia ucraniana

El 31º Día de la Independencia, celebrado por el estado más grande de Europa, se ha convertido en uno muy especial para muchos ucranianos. «Hemos llegado a apreciar más nuestra independencia ahora que vemos cuál es el precio que tenemos que pagar por ella», fue la frase más repetida entre autoridades, soldados y ciudadanos en las calles de las ciudades ucranianas.

Su ministro de Defensa, Olexiy Reznikov, reveló en la televisión ucraniana que hace 31 años ni siquiera podía imaginar que Ucrania tendría que luchar contra Rusia. «Esperábamos tener buenas relaciones y cooperar con todos nuestros vecinos», indicó el ministro.

En una alocución poco común, el principal militar de Ucrania, Valerii Zaluzhnyi, agradeció a todos los defensores por su sacrificio y dio la palabra a varios soldados que hablaron sobre su motivación para seguir luchando. «Vivo en Bucha»; «Luchamos para que mis hijos nunca vean algo así»; «Somos ucranianos, es casi imposible vencernos»; «No importa lo difícil que sea, al menos no nos avergonzaremos»; aseguraron varios militares.

El presidente Volodimir Zelenski, en un emotivo discurso a la nación, insistió en que Ucrania no iba a negociar con terroristas y que él buscaba una victoria, no solo la paz. Elogió la valentía de los ucranianos y dijo que le dieron una nueva esperanza al mundo de que la Justicia no ha abandonado al mundo y que la verdad es más fuerte que la fuerza, las personas son más fuertes que el petróleo y los valores son más fuertes que el dinero.

Para Zelenski, Ucrania «renació» cuando Rusia la invadió hace seis meses. El mandatario prometió expulsar completamente a las fuerzas rusas y que su país nunca abandonará su lucha por la libertad frente a la dominación de Moscú. Es más, apuntó a que Kyiv recuperaría su península anexionada de Crimea por cualquier medio que considerara correcto, y que no consultaría a otros países antes de hacerlo.

En un discurso posterior ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Zelenski insistió que Rusia debería detener el «chantaje nuclear» y retirar sus tropas de la planta de energía nuclear de Zaporiyia. Aseguró que «el futuro del mundo se está decidiendo en Ucrania» y advirtió que si Moscú gana el conflicto, llevará la guerra a otros países.

Zelenski recibió saludos y garantías de apoyo continuo de líderes mundiales. El presidente francés, Emanuel Macron, aseguró en ucraniano en su discurso de vídeo que Francia «apoya y apoyará a Ucrania».

El canciller alemán, Olaf Scholz, manifestó que todavía estaba conmocionado tras la destrucción que presenció durante su visita a Irpin, cerca de Kyiv. «Seguiremos suministrando armas, entrenando a ucranianos, ayudando financieramente, introduciendo sanciones y ayudando con la reconstrucción», aseguró Scholz.

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, incluso viajó a Ucrania en una visita sorpresa, su tercera desde que comenzó la invasión, para asegurarle personalmente a Zelenski que Reino Unido continuaría apoyando a Kyiv. Anunció la entrega de 2.000 drones y otros equipos militares por valor de 64 millones de euros, y agregó que creía que «Ucrania puede y ganará esta guerra».

También ayer, Ucrania recibió alrededor de 3.000 millones de dólares de asistencia financiera directa de Estados Unidos, mientras que el presidente Joe Biden, anunció otro paquete de ayuda militar de 2.980 millones de dólares.

Washington «está comprometido con ayudar al pueblo de Ucrania mientras continúe la lucha por defender su soberanía. Como parte de ese compromiso me siento orgulloso de anunciar nuestro mayor paquete de asistencia en seguridad, unos 2.980 millones de dólares en armas y equipamiento», indicó.

Biden añadió que esta ayuda permitirá a Kyiv adquirir nuevos sistemas de defensa aérea, artillería y municiones, sistemas de defensa antiaérea y radares para seguir con su defensa a largo plazo.

En las calles ucranianas, no hubo celebraciones multitudinarias en medio del ambiente marcado por las advertencias de que Rusia podría hacer algo «especialmente cruel». Se llevaron a cabo varios eventos simbólicos en Leópolis, con los residentes locales escribiendo palabras de agradecimiento y aliento en varias banderas ucranianas que se enviarían a las tropas en la línea del frente. Muchos vestían camisas bordadas tradicionales o estaban envueltos en la bandera bicolor.

Durante la jornada se registró un número inusualmente alto de alarmas aéreas. Incluso en regiones occidentales relativamente más seguras, más de siete veces los ciudadanos tuvieron que resguardarse en zonas más seguras de los edificios.

Al menos 22 muertos en un ataque ruso

Un misil ruso fue interceptado por la defensa aérea ucraniana en la región central de Cherkasy, mientras que se reportaron explosiones en la ciudad de Myrhorod y la región de Khmelnytskyi. No se reportaron víctimas en Myrhorod. Un niño murió tras un ataque con misiles en la región de Dnipro. Al cierre de esta edición, se cumplieron los peores pronósticos. Un ataque de las tropas rusas dejó al menos 22 muertos y 50 heridos en una estación de tren en la región ucraniana de Dnipropetrovsk.

Zelenski aseguró que los proyectiles impactaron directamente en vagones que se encontraban en la estación de Chapline y que cuatro de ellos han ardido, por lo que el número de víctimas aún podía incrementarse. El líder ucraniano denunció que este tipo de ataques se han convertido en una rutina en su país mientras «lucha por su libertad contra el terror ruso».

Aun así, el jefe de la Inteligencia Militar de Ucrania, Kyrylo Budanov, comentó en la televisión ucraniana que la ofensiva rusa se desaceleró significativamente debido al agotamiento de los recursos y la caída de la moral de sus tropas.

Según el Estado Mayor del Ejército ucraniano, las tropas rusas intentaron avanzar en cinco direcciones diferentes el miércoles pero fueron repelidas. Las partes más difíciles de la línea del frente incluían Pisky, cerca de Donetsk, Avdiivka y Bajmut, con la infantería ucraniana manteniendo sus posiciones a pesar del bombardeo de artillería de Rusia.