Asia

El destructor más poderoso de la Armada china se adentra en el Mar de Japón

Es la primera misión del barco de guerra Lhasa Tipo 055, diseñado para operaciones de escolta de portaaviones

El destructor chino Lhasa Type 055
El destructor chino Lhasa Type 055WeiboWeibo

El destructor de misiles guiados chino Lhasa Tipo 055, considerado uno de los buques de guerra más grandes y poderosos de la Armada china, navega por aguas del Mar de Japón realizando ejercicios militares ante el malestar de Tokio, que considera a Pekín como su rival más temible y que ve como su campo de actuación marítimo está ampliándose cada vez más. La ruta de este destructor supone un nuevo desafío para los vecinos de China y pone de relieve el crecimiento imparable de su Armada, que en los próximos días botará el que será su barco más ambicioso, el portaaviones Type 003 (aún sin nombre oficial), el tercero para el país, que desplazará unas 100.000 toneladas y que está llamado a ser el buque insignia de la Marina de guerra china.

El Lhasa Tipo 055 es el segundo en potencia después del barco clase Zumwalt de la Marina de los EEUU y desplaza 10.000 toneladas. El Ejército Popular de Liberación planea tener ocho unidades iguales en los próximos años. Su travesaría hacia el Mar de Japón tiene una fuerte carga simbólica ya que es su primera misión después de haber entrado en servicio en 2021. Según el periódico estatal Global Time, va acompañado por el destructor Chengdu Tipo 052D de clase Luyang y el engrasador Tipo 903 Dongpinghu.

El destructor chino Lhasa Type 055
El destructor chino Lhasa Type 055EPLEPL

Japón, a través de su Ministerio de Defensa, informó que los tres barcos fueron vistos el domingo a unos 200 kilómetros al oeste de la isla de Fukue en Nagasaki, en dirección al este. Las autoridades japonesas también detectaron un barco de inteligencia de clase Dongdiao que operaba cerca del estrecho de Tsushima y que puso rumbo hacia el Mar de Japón. El Mar de Japón se encuentra al norte de China, entre el archipiélago japonés, la isla Sakhalin, la península de Corea y la Rusia oriental.

La armada de China ha estado construyendo barcos a un ritmo vertiginoso y ahora cuenta con la fuerza naval más grande del mundo por número de naves. No solo son números, también calidad, ya que esos barcos han ido creciendo en sofisticación, como es el caso del Tipo 055, un buque grande diseñado para llevar a cabo misiones en mares lejanos más allá de la primera cadena de islas. Los analistas creen que el Lhasa seguirá los pasos del Nanchang, el primer barco de la clase Tipo 055, y se unirá a grupos de portaaviones este año.

Este buque de guerra polivalente destaca por su diseño sigiloso y su capacidad para contrarrestar misiles, barcos y submarinos. Va armado con 112 celdas de misiles de lanzamiento vertical que combinan misiles tierra-aire, misiles antibuque, misiles de ataque terrestre y misiles antisubmarinos. Todo ello hace de este tipo de destructor uno de los buques de superficie más potentes del mundo.

Los expertos navales creen que China ya encargó cinco naves de este tipo de un primer lote de ocho. El ejército de EEUU clasifica al Tipo 055 como un crucero de clase Renhai óptimo como escolta de portaaviones. Actualmente, China opera dos portaaviones, uno de fabricación nacional y otro comprado a Rusia a finales de los noventa y reacondicionado por China, que entró en servicio en 2012.

Expertos militares consideran que el destructor chino visto en el Mar de Japón es un ejemplo más de la acumulación militar de China destinada a disuadir una intervención extranjera en caso de un ataque a Taiwán, cuya soberanía reclama Pekín desde hace más de setenta años y que el régimen de Xi Jinping no descarta tomar incluso por la fuerza.

Según Globalfirepower, la Armada china cuenta con 41 destructores, 49 fragatas y 70 corbetas. Además, posee 79 submarinos y 152 buques patrulleros. En 2021 se convirtió en la armada más grande del mundo por número de embarcaciones de guerra, superando a Estados Unidos (con 296 barcos y submarinos), que pese a todo sigue siendo la primera potencia naval del mundo, con once portaaviones.

El salto de la Armada china se ha venido gestando desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado, y ha despertado el temor en Estados Unidos por la amenaza que puede suponer a la primacía tradicional estadounidense en el Océano Pacífico. Un informe reciente de Washington asegura que la Armada del Ejército Popular de Liberación tiene aproximadamente 355 embarcaciones entre buques de guerra, submarinos, portaaviones, barcos anfibios, dragaminas y otros barcos auxiliares, sin contar con unas 85 lanchas patrulleras y plataformas de combate armadas con misiles antibuque. El Pentágono estima que el número de barcos con la Armada del EPL llegará a 420 para 2025 y 460 para 2030.

Pekín es consciente de que sin una red de bases navales en el extranjero sus crecientes capacidades militares quedarían muy limitadas en caso de guerra. Por eso, el nuevo expansionismo le ha llevado a ampliar el número de bases navales más allá de su territorio. Un informe del Washington Post asegura que Pekín está construyendo en secreto una instalación naval en Camboya que ayudaría a extender el alcance de su ejército en aguas extranjeras.

La base naval de Ream en Camboya le dará a China una posición para lanzar barcos desde el oeste del Mar de China Meridional
La base naval de Ream en Camboya le dará a China una posición para lanzar barcos desde el oeste del Mar de China MeridionalGoogle MapsGoogle Maps

La base naval de Camboya otorgaría a Pekín un punto de asistencia clave en el sudeste asiático y una posición en la región occidental del Mar de China Meridional, reclamado no solo por el gigante asiático sino también por Vietnam y Filipinas. Este espacio es una frontera marítima que marca la soberanía, garantiza el tránsito por sus aguas y concede el derecho de explotación de los recursos del subsuelo, asegura Miguel López Garay en la revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Se trata de uno los espacios marítimos con más litigios abiertos en todo el mundo, donde las tensiones no dejan de aumentar debido a la riqueza del fondo marino y a la enorme densidad de tráfico marítimo que navega por estas aguas.