Tensión
Scholz responde a Putin con el bloqueo de certificación del gasoducto Nord Stream 2
El canciller alemán toma esta decisión después del anuncio del envío de tropas rusas al este de Ucrania
Alemania dio este martes el primer golpe de efecto en respuesta al reconocimiento por parte del presidente ruso, , Vladimir Putin, de los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania y suspendió el controvertido gasoducto Nord Stream 2. Así lo anunció el cancillerOlaf Scholz quien solicitó al Ministerio germano de Economía que realice las gestiones necesarias para que, por el momento, no se pueda certificar el proyecto.
“Puede sonar técnico, pero es el paso administrativo necesario para que se pueda poner en marcha”, aseguró el líder alemán, quien añadió que “la situación ha cambiado” tras el reconocimiento por parte de Moscú de las autoproclamadas repúblicas de Donbás. El canciller añadió que ahora hay que reevaluar la situación y “tener en cuenta todos los temas que nos preocupan”. El gasoducto, que llevará gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico, ya está listo y lleno de gas pero todavía está a expensas de los certificados de operatividad en Alemania.
A partir de ahora, el departamento competente de este Ministerio realizará una nueva evaluación de la seguridad del suministro, teniendo en cuenta “lo que ha cambiado en los últimos días”, según palabras del canciller. “Además de las primeras sanciones, en esta fase es importante evitar una mayor escalada y, por lo tanto, otra catástrofe”.
Una decisión que supone un primer castigo a los movimientos de Putin, a pesar de los efectos colaterales que para Alemania pueda acarrear esta decisión; el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, ya dio por hecho un más que posible aumento del precio del gas, aunque recalcó que Alemania tendrá un “suministro seguro”. El socio verde de la coalición rechaza el oleoducto, al igual que muchos países de Europa del este y Estados Unidos.
Putin reconoció el lunes por la noche la independencia de las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk y ordenó que se enviaran soldados rusos al este de Ucrania. En su comparecencia, Scholz le acusó de violar gravemente el derecho internacional y el Acuerdo de Minsk.
“Putin está rompiendo con la Carta de Naciones Unidas y con todos los acuerdos internacionales que el país ha firmado en los últimos 50 años”. Se debe respetar la integridad y soberanía de cada país y la inamovilidad de las fronteras, enfatizó el canciller que, siguiendo esta línea, anunció otras sanciones coordinadas internacionalmente. “Ahora depende de la comunidad internacional responder a estas acciones unilaterales, incomprensibles e injustificadas del presidente ruso”. Son días y horas muy difíciles para Europa, continuó el canciller. “Casi 80 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, la guerra se avecina en Europa del Este. Es nuestra tarea evitar tal catástrofe y una vez más hago un llamado a Rusia para que ayude”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, elogió la decisión de Scholz. “Este paso es moral, política y prácticamente correcto dadas las circunstancias actuales”, escribió Kuleba en su cuenta Twitter. “El verdadero liderazgo significa decisiones difíciles en tiempos difíciles y la decisión de Alemania demuestra precisamente eso”.
Previamente, el presidente ucraniano, Vlodomir Zelenski, pidió la detención “inmediata” del oleoducto del mar Báltico. En vista de la “nueva acción agresiva contra Ucrania”, las sanciones deben imponerse de inmediato, dijo Zelenski, en referencia a la reciente escalada en el conflicto con Rusia. “Estas sanciones deben incluir la detención completa de Nord Stream 2″.
El Gobierno ruso, mientras tanto, reaccionó con calma. “Moscú no tiene miedo de nada”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores. En paralelo, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, Dmitri Medvedev, alimentó los temores de los altos precios de la energía en Europa. “Bienvenidos a un nuevo mundo donde los europeos pronto pagarán 2.000 euros por metro cúbico de gas”, tuiteó.
Por su parte, la Casa Blanca acogió con satisfacción la suspensión temporal del Nord Stream 2. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dejó claro que el gasoducto no debería entrar en funcionamiento en caso de un ataque ruso a Ucrania, dijo en Twitter su portavoz, Jen Psaki. “Nos coordinamos estrechamente con Alemania durante la noche y recibimos con beneplácito el anuncio”, continuó.
Por otro lado, la industria del gas en Alemania reaccionó menos satisfecha. “Rusia siempre ha sido un proveedor de energía confiable durante los últimos 50 años”, dijo Timm Kehler, director gerente de la asociación “Zukunft Gas”. El gasoducto ayudará a cerrar la creciente brecha de importación en Europa. El tramo doble de 1.230 kilómetros del oleoducto se extiende desde Vyborg, en el oeste de Rusia, hasta Lubmin, cerca de Greifswald en Alemania. Ambas líneas están completamente llenas de gas desde finales de diciembre.
El gasoducto, cuya construcción comenzó en 2018, entregará en el futuro a Alemania 55.000 millones de metros cúbicos de gas por año, tras unos costos de construcción que hasta ahora se estiman en más de diez mil millones de euros. La empresa del proyecto Nord Stream 2 AG, con sede en Zug, Suiza, es una subsidiaria del monopolio de gas ruso Gazprom.
Entre los inversores en canalización se encuentran los grupos alemanes Wintershall Dea y Uniper, la holandesa-británica Shell, la empresa energética austriaca OMV y Engie de Francia. La Agencia alemana de Redes suspendió el procedimiento Nord Stream 2 en noviembre pasado y exigió que la empresa operadora se organice bajo la ley alemana. Nord Stream 2 tiene la intención de cumplir con el requisito mediante la fundación de una filial alemana.
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