Análisis
“Rui Rio ha insistido en llevar al PSD portugués al centro”
El analista Pedro Magalhaes explica las claves de las elecciones generales en Portugal
Más de 10,8 millones de electores en Portugal están llamados a las urnas este domingo, donde el elevado número de indecisos -que se estima en torno al 11 % del censo- y el voto de los confinados -ya son más de un millón- mantienen la expectación ante los comicios. Después de meses en los que el Partido Socialista del primer ministro António Costa se perfilaba como claro favorito, las encuestas han girado esta última semana hacia el empate técnico y dan esperanza a los conservadores de Rui Rio (PSD, centroderecha). El politólogo Pedro Magalhaes, investigador en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, analiza para LA RAZÓN las claves de estas elecciones.
¿Son estas elecciones un referéndum sobre António Costa?
En cierta medida, todas las elecciones son un referéndum sobre el titular del cargo. La percepción de la gente es que, en los últimos años, la economía se ha deteriorado, la corrupción ha aumentado y el servicio nacional de salud está en problemas. También sabemos que estas variables «retrospectivas» influyen en el voto en función de la medida en que se considere al titular como responsable de estos acontecimientos, y por supuesto, la pandemia es vista por muchos como un factor exógeno del que no se puede responsabilizar al Gobierno ni a Costa. Pero no todos lo ven así. Además, las elecciones fueron provocadas por el fracaso de la izquierda –el PS, los comunistas y el Bloque de Izquierda– para llegar a un acuerdo sobre el presupuesto. Durante la campaña han jugado al «juego de las culpas» sobre a quién hay que responsabilizar de este fracaso, y ciertamente la gente culpará a Costa y al PS.
¿Qué pasará si el PS no logra una mayoría holgada? ¿Apoyarán los comunistas, verdes y el bloque de izquierda a Costa?
En este momento, ni siquiera está claro que vayan a ganar, y mucho menos que consigan una mayoría holgada. Si el PS gana sin una mayoría clara, los incentivos para intentar repetir lo de 2015-2019 están ahí. Pero no todos. La legislatura fue especial porque su alianza fue la única forma de evitar la persistencia de la derecha en el gobierno y porque la agenda de «deshacer la austeridad» fue consensuada entre ellos. Pero una vez revertidas las medidas de austeridad, la cuestión de qué hacer a continuación reveló lo que ya había: el PS, los comunistas y el Bloque de Izquierda tienen posiciones muy diferentes sobre la gestión económica y financiera, y diferentes programas políticos. Además, los comunistas han experimentado los costes electorales del apoyo al PS, y muchos dentro del partido no están dispuestos a repetir experiencia.
¿Ha convencido Rui Rio, el nuevo líder del partido opositor?
Con razón o sin ella, ahora se le ve como una persona «sincera», que dice lo que piensa, un «hombre del pueblo», en contraste con la percepción popular que se tiene de los políticos. También ha insistido en llevar al PSD al centro, una buena estrategia en vista del legado del periodo de austeridad, que hizo que la gente percibiera a su partido como demasiado a la derecha. Por supuesto, se trata de una imagen cuidadosamente construida con el fin de contrarrestar las percepciones anteriores sobre él, como –con razón o sin ella– un personaje intolerante e incluso autoritario mientras era alcalde de Oporto.
Con todo, tanto el PS como el PSD, los partidos tradicionales, son los favoritos. ¿Por qué Portugal es diferente a otros países de la UE?
Portugal sigue teniendo una gran clase trabajadora no cualificada y una clase media educada comparativamente pequeña. En otros países, la disminución de la clase obrera industrial y el aumento de los «nuevos» temas, como el medio ambiente, la inmigración, los derechos de las minorías, provocaron el declive de los partidos socialdemócratas, que no consiguieron reemplazar su base obrera con los trabajadores del sector servicios y perdieron una parte de la nueva clase media a favor de los partidos de izquierda-libertarios y verdes. En Portugal, sin embargo, las cuestiones socioeconómicas siguen dominando la agenda política.
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