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Desescalada

Las fuerzas de Rusia y sus socios se irán “en dos días” de Kazajistán

El presidente kazajo Tokayev anunció la retirada de las tropas de la OTSC y una serie de medidas para aplacar el descontento ciudadano tras las violentas protestas contra el régimen

El presidente Kasim-Zhomart Tokayev durante una sesión plenaria en el Parlamento kazajo. KAZAKH PREWSIDENT PRESS SERVICEEFE

Kazajistán vuelve a la normalidad, o al menos eso es lo que dio a entender este martes su presidente, Kasim-Zhomart Tokayev, que parece empezar a respirar tranquilo. La ayuda militar prestada por sus vecinos y socios de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), que aún sigue desplegada en los principales focos de conflicto, le ha otorgado un margen de sosiego para empezar a adoptar medidas.

Represiones en KazajistánTeresa Gallardo

La más importante fue comunicada hoy, Alijan Smailov, se convertía en el nuevo primer ministro del país, ocupando la vacante dejada por el anterior titular, Askar Mamin, que dimitió el pasado cinco de enero en medio del caos imperante en esta ex república soviética. La nueva mano derecha del presidente Tokayev estaba ejerciendo ya esas funciones durante la última semana desde su despacho de vice primer ministro.

La candidatura de Smailov, propuesta por el presidente, fue aceptada por la Cámara Baja de Kazajistán a primera hora de hoy. El flamante premier tiene una dilatada trayectoria en política, habiendo ejercido de asistente del ex presidente, Nursultán Nazarbáyev, líder del país durante 30 años y considerado “el padre de la patria”. Su futuro inmediato pasa por la redacción de un plan de acción de Gobierno para dentro de tres semanas que devuelva al país la estabilidad y evite futuros descontentos de la población.

Tras el anuncio del nuevo nombramiento, el presidente Tokáyev, informó de la retirada gradual del contingente de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, que se prevé comience en un par de días, ya que la situación en la mayoría de regiones del país es “estable”. La ejecución del repliegue no debería durar más de diez días, si la aparente calma sigue y no se precisa de más actuación por parte de los efectivos allí desplazados para imponer la normalidad en las calles.

Durante la comparecencia, el mandatario kazajo anunció un plan de reorganización de sistema de seguridad nacional basado en varios aspectos fundamentales, como el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo de la Guardia Nacional y la formación de nuevas unidades de operación, así como el aumento y dotación de las fuerzas especiales pertenecientes al Ministerio del Interior con el fin de mejorar su nivel de actuación en el caso de que se precise su entrada en combate.

(Necesitamos) garantizar la coordinación entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Establecer la compatibilidad técnico-militar operativa de todas las estructuras de poder. Aumentar la responsabilidad de los líderes”, ha afirmado el presidente Tokáyev en unas declaraciones recogidas por el rotativo Vlast.

El mandatario, que ha vuelto a culpar de la desestabilización de su país a fuerzas terroristas, ha acusado al Comité de Seguridad Nacional de no haber valorado esa amenaza cuando estallaron las protestas aduciendo que “los empleados (públicos) entregaron los edificios sin pelear”: “Como organismo autorizado, no pudo ni quiso dar una evaluación clara de este trabajo subversivo y tampoco percibió una amenaza crítica para la seguridad nacional”.

Las revueltas en Kazajistán estallaron el pasado día dos de enero por un aumento del precio del gas licuado, principal fuente de energía de la población, provocando multitudinarias protestas que se han saldado con, al menos, 164 muertes (16 de ellas funcionarios y fuerzas de seguridad) y casi 2.000 personas hospitalizadas, cifras que no se han actualizado por parte de fuentes oficiales.

Además, 9.900 personas han sido detenidas durante las manifestaciones, que no siempre han sido pacíficas y en las que se han saqueado centenares de negocios y decenas de bancos, precisamente hoy, las fuerzas de seguridad de Kazajistán informaron de la incautación de pistolas y cargadores Makarov en la ciudad de Taraz.

Los cortes en las comunicaciones e internet siguen vigentes en todo el país y los vuelos internacionales al aeropuerto de Almaty no se restablecerán hasta el próximo sábado 15 de enero. El Gobierno ha instado a la Fiscalía General, al Ministerio de Hacienda y a la Agencia de Supervisión Financiera a que realicen una inspección exhaustiva y garanticen el orden en las fronteras.

Mientras, sigue la polémica por las explicaciones exigidas desde Estados Unidos a este país centroasiático. Washington se ha mostrado en contra del envío del contingente de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva a Kazajistán.

El presidente de la Duma, Cámara Baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, respondió hoy a través de su cuenta de Telegram afirmando que para los Estados Unidos los problemas humanitarios, los sufrimientos de la población y la destrucción del Estado son asuntos secundarios. “Escuchamos a Washington pedir explicaciones a las autoridades de Kazajistán acerca de por qué pidió ayuda a la OTSC, la Administración de EEUU quisiera que la misión de la OTSC no se lleve a cabo, para que la inestabilidad en el territorio de Kazajistán tenga continuidad”.

Por su parte, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stephane Dujarric, criticó el uso en el uniforme de “cascos azules” por parte de los miembros de seguridad de Kazajistán, ya que “cualquier país que aporte tropas y policías de la ONU debe usar la insignia solo cuando esté realizando las tareas asignadas como personal de mantenimiento de la paz en el contexto de su despliegue”, ha matizado.

Dujarric ha querido también recordar a los detenidos durante las jornadas de protesta deseando que a todos ellos se les conceda un trato justo. “Creo que es importante que, ya sea allí o en cualquier otro lugar, a las personas detenidas se les brinde justicia conforme a las normas internacionales”, apostilló.