China
¿Quién es el “paciente uno” de la pandemia global?
China reconoce ahora que el brote de coronavirus comenzó en noviembre de 2019 después de haber sancionado a los médicos que dieron la voz de alarma
Si hay algo importante en una pandemia es encontrar a la primera persona que se contagió del nuevo virus y que comenzó a propagarlo. En Italia y Corea del Sur, lo tienen controlado. En China, sin embargo, ha tardado en saberse porque al principio, el régimen comunista chino ocultó la enfermedad y hasta castigó a los médicos que ya alertaron en diciembre de que se enfrentaban a algo más fuerte y nuevo que una gripe común.
Ahora, según publica “South Morning Post”, que ha tenido acceso a datos del Gobierno chino, la primera pista del Covid-19 es del 17 de noviembre.
De momento, las autoridades chinas han identificado a al menos 266 personas que fueron infectadas en 2019. Eso sí, todas ellas acudieron a un centro de salud o estuvieron bajo vigilancia médica en algún momento.
Por tanto, el Covid-19 llegó mucho antes de lo que se pensaba. No comenzó a propagarse en enero, sino dos meses antes. Un hecho, que si las autoridades chinas hubieran escuchado a sus médicos en lugar de sancionarlos igual habría evitado que el nuevo coronavirus se convirtiera en una pandemia y en una crisis sanitaria global.
Hoy, hay que cerrar fronteras, hay más de 182.000 personas infectadas y hay que lamentar más de 7.100 muertes en todo el mundo.
55 años y de Hubei, paciente uno
Los científicos chinos intentan mapear el patrón de transmisión del primer Covid-19. Al parecer, todo a punta a que el primer infectado, la primera persona que se contagió de coronavirus fue un hombre, de 55 años de edad, que vivía en la provincia de Hubei.
Según explica el diario chino, desde entonces, cada día se han encontrado de uno a cinco casos nuevos. Para el 15 de diciembre, ya había 27 infectados. El 20 de diciembre, ya se saltó a los 60 casos.
El “South China Morning Post”, explica que el 27 de diciembre, un doctor del hospital provincial de Hubei, señaló a las autoridades sanitarias chinas que la enfermedad estaba siendo causada por un nuevo coronavirus. Ese día, ya había más de 180 personas infectadas.
La censura comunista
La semana pasada, una doctora de Wuhan concedió una entrevista a la revista china “Renwu” en la que criticaba a las autoridades del hospital por borrar las primeras advertencias del brote. Sin embargo, esta médico, que ha visto a varios de sus colegas morir por el coronavirus, se vuelve a cruzar con la censura china, pues su entrevista trata de ser borrada de internet.
Ai Fen, directora de Emergencias del hospital Wuhan Central, ya fue reprendida al alertar a sus superiores y colegas de que había visto en sus pacientes un virus similar al SARS, ya en diciembre.
Según informa “The Guardian”, Ai se ha unido a otros críticos que arriesgan sus trabajos, así como la detención, para hablar sobre las condiciones en Wuhan.
“Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no me habría importado la reprimenda. Hubiera hablado de eso con quien sea, donde sea que pudiera”, dijo en la entrevista. Cuatro médicos de su hospital, uno de ellos el oftalmólogo, “filtrador y héroe”, Li Wenliang, de 34 años, han fallecido por el Covid-19.
Desde el martes, la entrevista de Ai ha sido publicada y eliminada rápidamente de las redes sociales chinas. La revista “Renwu” ha borrado el artículo y Ai no puede ser contactada por teléfono. Por suerte, los internautas guardaron el artículo y van sacando a la luz en distintas redes sociales y medios capturas de pantalla de la entrevista.
El 30 de diciembre, la doctora Ai hizo una prueba a uno de sus pacientes, los resultados volvieron con una etiqueta “SARS coronavirus”. Ella reconoce que tuvo sudores fríos al leer los resultados del laboratorio varias veces. Pero sin duda avisó a sus superiores en el hospital.
También redondeó la palabra SARS y se la envío a un ex compañero de clase y compartió la imagen en un chat de colegas del hospital.
Fue a raíz de esa imagen, que el oftalmólogo Li comenzó a informar y a filtrar lo que realmente pasaba en Wuhan, epicentro del brote de coronavirus. A ella la llevaron ante el comité disciplinario del hospital y se enfrentó a una durísima y sin precedentes reprimenda.
A Li le acusaron de propagar “fake news” (noticias falsas) y recibió un castigo por parte de la Policía de Wuhan. Se hizo conocido en todo el mundo por su valentía al tratar de informar sobre una epidemia a pesar de la ocultación y negación por parte de las autoridades chinas. Murió a principios de mes por coronavirus.
Acusaciones a Estados Unidos
China ha iniciado una campaña de progaganda mediática para quitarse culpa de que el virus se originó en su territorio y que la comunidad internacional olvidé que fue allí donde comenzó a propagarse. Desde Pekín hasta difunden que fue un soldado estadounidense el que llevó el Covid-19 a Wuhan.
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