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San Francisco

Sean Penn: «Ignoro de dónde proviene mi rabia»

Considerado un radical cuando en 1977 llegó a concejal de San Francisco, Milk fue un activista político que defendió con pasión los derechos civiles de la comunidad gay.

Sean Penn: «Ignoro de dónde proviene mi rabia»
Sean Penn: «Ignoro de dónde proviene mi rabia»larazon

La vida de Harvey Milk, sin embargo, terminó en tragedia cuando otro concejal, Dan White, lo asesinó. Tras 25 años de carrera, Penn se ha convertido en el mejor actor de su generación gracias a brillantes interpretaciones en filmes como «Pena de muerte» y «Mystic River», por la que ganó un Oscar. Acompañado por Josh Brolin, Emile Hirsch, Diego Luna y James Franco, precisamente este filme es una de las grandes propuestas de la temporada de cara a las estatuillas.
–¿Por qué decidió aceptar este papel tan complejo?
–El guión me pareció sensacional; acepté ya sólo por los valores que están representados en la historia. Ha sido un honor trabajar con Gus, y mucho más contar la trayectoria de Harvey Milk, un hombre a quien admiro aunque algunos lo consideren un hombre radical.

Todo el rodaje bailando
–¿Cómo se preparó para dar vida a un homosexual?
–Estudié de manera metódica imágenes, artículos que se han escrito sobre este hombre que se convirtió en un activista por los derechos de los gays en una época en la que nadie los apoyaba. He querido sentirme conectado al personaje a través de la música, de las imágenes; bailé todo el rodaje con Harvey dentro de mí, incluso cuando no estaba delante de las cámaras.
–¿Y qué opina ahora de Milk?
–Lo mejor es Harvey en sí; si ves el documental que le dedicaron descubres a un tipo que pudo llegar a estrella de cine, un joven eléctrico, capaz de conseguir lo que quería porque era brillante, tenía carisma. En esta versión hemos conseguido elevar al personaje, representar su espíritu para que el público aprecie de la mejor forma posible quién fue.
–¿La comunidad gay habría conseguido más en America si Milk no hubiera sido asesinado?
–Pienso que menos gente habría muerto de sida; Reagan se habría visto obligado a enfrentarse al colectivo desde otra perspectiva. Supuso una gran pérdida, no hubiera permanecido callado porque estaba decidido a conseguir los derechos para los gays.
–Usted dijo una vez que su energía nace de su rabia, ¿Y esa rabia, de donde proviene?
–Jamás he podido averiguarlo, pero puedo asegurar que es mejor no obligar a los niños a que crezcan viendo guerras por la TV; si no habrá muchos como yo (risas).
–¿Por qué nunca aparece en las películas que dirige?
–Porque estoy a cargo del equipo y no me contrato para interpretar. Amo dirigir y lo que me gusta de actuar lo consigo en tanto escritor, la experiencia de ir a tu ritmo es maravillosa, y mientras redacto el guión dejo a mis actores que descubran por sí mismos su alma.Un estudio afirma que ser director supone el segundo trabajo más estresante del mundo, y si alguien afirma que hay uno que le gana es que no ha hecho una película en su vida, aunque a mí me apasiona.
–¿Y qué es lo que le gusta tanto?
–Presiento que me avergüenza mi pereza y lo soy cuando no trabajo. Sin embargo, al rodar el estrés me motiva y me da energía.
–¿Cuál es su relación actual con Hollywood y la fama?
–Realmente, no sé si me identifico con todo eso, aunque sé que la mayor parte de mi vida está contenida en esas nueve letras que representan el vocabulario total de cuanto tengo. El lenguaje de Hollywood es el que yo hablo, el que entiendo. En cuanto a la búsqueda del brillo personal, está en todos nosotros.