México

Emotivo homenaje a Amparo Rivelles por Jesús MARIÑAS

De izq. a dcha., Espert, Rivelles, Pradera y Mistral
De izq. a dcha., Espert, Rivelles, Pradera y Mistrallarazon

Fueron dos horas históricas, grandiosas. Amparo Rivelles las resumió como «lo más feliz que me ha ocurrido en muchos años». Realmente inolvidables por el tono del homenaje montado en el Instituto Cervantes por Carmen Caffarel y la calidad de sus participantes. Parecía un retablo de lo mejor de nuestro cine y teatro con una rendida Maribel Verdú, la siempre cáustica María Dolores Pradera, la exaltación castiza de Nati Mistral, una Nuria Espert bajo raso y Julia Gutiérrez Caba siempre exquisita, además de un entusiasmado Pedro Olea, la tierna Lina Morgan o el clan Larrañaga movido por el empresario Pedro. Un merecidísimo tributo a quien fue la mejor actriz del cine de los 40, protagonista inolvidable de «Fuenteovejuna», todo el repertorio de Quintero o, en 1947, un entonces revolucionario Sartre –para que digan que Franco lo prohibió– con Lola Membrives y Guillermo Marín. «Doña Lola nunca llegó a dominar el texto y yo la apuntaba», descubrió Amparo, que goza de la elegancia escénica heredada de María Fernanda Ladrón de Guevara, su madre. Conserva su ingenio genético, glosaron desde un Diego Galán rendido a Lola Salvador o María José Alfonso, mientras Luis Merlo magnificó a sus predecesoras. «Residente en México durante un cuarto de siglo, mi tía se lamentaba con mi abuela de no poder venir a verla: "Tengo mucho trabajo, mamá..."», justificó. Y María Fernanda contestó: «Hija, yo tampoco puedo ir a verte porque no tengo ningún trabajo, lo que se dice ninguno. Y bien que lo siento».

Juanjo Seoane recordó cómo hace cuatro años, tras el estreno santanderino de «El abuelo» galdosiano donde Rafael Rivellos se había despedido de la escena en que fue ejemplo de galanura, Amparo también dijo adiós en sesión conmovedora: «Ya no aguantaba los dolores y acaban de ver la última actuación de Amparo Rivelles». Una casualidad perfectamente madura, reconoció ante un Raphael que, junto a Natalia, aseguró: «La consideramos alguien más de la familia. Lo bien que lo hemos pasado en México recordando la amistad de Santo Floro con María Fernanda, porque eran íntimos». Silvia Marsó y Carmen Conesa demostraron admiración ilimitada a quien empezó con 14 años, «cuando apenas se me oía, muerta de miedo escénico», y se retiró con 82.

Genio y aún figura remarcados por Méndez Leite, que no olvida «cómo al hacer "La Regenta"su eficacia aceleró el rodaje, porque sólo realizamos una toma», descubrió ante Fiorella Faltoyano. Elenita Fernán Gómez se asombró de lo que su madre y Amparo recordaron:«Hubo un momento en que olvidé por qué me había separado de Fernán Gómez, y Amparo, siempre ocurrente, va y dice ante mi lamento: "¿A qué Fernando te refieres?"». Provocaron carcajadas de un José Carlos de la Fuente tan rendido como todos. Fue inolvidable.