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Marta Riesco se cuela en el restaurante de Íñigo Onieva tras ser vetada dos veces
La periodista no es bienvenida en el negocio del marido de Tamara Falcó. Ni disfrazada la dejaron entrar, aunque se las ingenió para conseguirlo
“Nos encontramos con obstáculos, pero lo importante es solventarlos y cruzar el puente. Este programa se ha visto con un obstáculo cuando a Marta Riesco no le han dejado entrar a comer, ¡a comer!, en el restaurante Las Salesas de Íñigo Onieva. Ante esta situación ha nacido una persona: Memé García Cortés. Recién llegada de Francia, de padres españoles”, presenta María Patiño tras regresar de publicidad a la que, en realidad, es Marta Riescocon una peluca morena y gafas de sol en plena noche madrileña. Pretende regresar al establecimiento exclusivo del marido de Tamara Falcó, del que ya ha sido vetada horas antes. No tiene permitida la entrada, pero quizá si va de morena y con acento parisino nadie nota la diferencia. Con esa premisa, Belén Esteban ha reservado mesa a tan extraño nombre.
Para hacer más creíble su actuación, Marta Riesco se adelanta y deja la cámara atrás, a ver si con esas deja de ser la reportera de ‘Ni que fuéramos Shhh’, para ser simplemente una francesa con apetito y gustos caros. No ven fallas a su plan, aunque sorprendentemente no tiene éxito. Así, a través de un micro camuflado, se comienza a escuchar rebatir a la ex de Antonio David Flores con el equipo de seguridad que le ha dado el alto impidiéndole nuevamente el acceso: “Los expertos nos han explicado que para que se aplique el derecho de admisión, hay que explicar los motivos.La excusa de que el aforo está completo no es cierta, porque acabamos de llamar para reservar con otro nombre”, se la escuchaba decir. No entraban en razones y por más que lo intentaba no había forma de que le permitiese el paso.
María Patiño estaba muy cabreada por cómo estaban tratando a un miembro de su equipo y en plató se llevaban las manos a la cabeza por cómo se vetaba a la reportera en el restaurante de Íñigo Onieva. Así pasaron a más temas, pues la actualidad nunca termina. Los debates sucedieron hasta que se manda callar al plató, pues cae una bomba inesperada: Marta Riesco se las ha ingeniado para entrar finalmente en el local sin ser descubierta. Vamos, que se ha colado con todo descaro, a pesar de haberle prohibido la entrada hasta en dos ocasiones. ¿Cómo lo hizo? Pues mezclándose con un grupo que iba a celebrar una cena de empresa que, por cierto, eran todos franceses. Al final su alter ego le ha venido de perlas para su fechoría y quedar de lujo con el programa, regalando un momentazo en directo recibido entre aplausos y vítores.
Como prueba, Marta Riesco se ha hecho la correspondiente fotografía posando divertida con una docena de personas muy sonrientes. Pero lo curioso es que el propio Íñigo Onieva no solo se encontraba en el restaurante en el que la periodista estaba siendo vetada, siendo conocedor de lo sucedido y sabiendo el motivo por el que no es bienvenida. Y no solo estaba en el local, sino que además estaba sentado en la mesa de al lado donde la reportera se acomodó junto a su grupo de amigos franceses. Se mofa de que no ha sido reconocida y añade un dato que le resulta curioso: “Estaba comiendo con una señorita con el pelo rubio”.
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