Moda en política
Yolanda Díaz viste ahora de colegiala. Desciframos las claves políticas de su look
Su imagen con minifalda tableada y camisa con lazada desatada ha suscitado muchos comentarios esta semana en las redes sociales, algunos muy burdos
La vicepresidenta segunda del Gobierno podría tener el récord de interpretar más personajes en una misma película. Si se nos permite un poco de ligereza que mitigue la tensión que sale del Congreso del PSOE en Sevilla, vamos a imaginar que la vestimenta que escogió Yolanda Díaz esta semana fue solo un enredo gamberro para provocarnos una carcajada o que simplemente se coló en el probador de Harper Seven Beckham para intercambiarse las vestimentas. La hija de David y Victoria Beckham viste y se maquilla, a sus 13 años, como una mujer. Con sus vestidos lenceros y encajes, su madre consigue hacer de ella una "mini-me" cumpliendo todos los patrones de lo que los psiquiatras y psicólogos denominan sexualización de la infancia o el fenómeno de las nuevas lolitas.
Y mientras las niñas precipitan su adultez, Yolanda Díaz, de 53 años, ha tenido un regreso a sus tiempos de colegiala con su vestimenta. Su aparición en rueda de prensa con una camisa blanca con una lazada negra desatada, minifalda gris de tablas y leotardos a juego ha desencadenado un loco debate en las redes sociales. ¿Es el look más adecuado para un alto cargo en su horario de trabajo?
Un usuario avispado sugiere que ese día abrió el armario inspirada en algún cómic manga japonés. "Con 53 años y siendo ministra, no puedes ir vestida como una cómica manga", escribió. A otro, menos acertado, le recuerda a una maestra de pueblo de los años veinte. "Es que está izquierda comunista vive en una adolescencia mental permanente", exclama otro. Los comentarios más burdos, mejor obviarlos, pero abundan. Lo cierto es que la falda, con tiro medio y cintura con trabillas, pertenece a la nueva colección de Zara y está disponible en color gris antracita, por 45,95 euros.
Con su vestimenta, la ministra de Trabajo distrajo la atención de su discurso, centrado ese día en medidas como los "permisos climáticos" pagados de cuatro días. No existen códigos estrictos sobre cómo debe vestir un político en su jornada laboral, pero Yolanda Díaz ha conseguido que uno de los ejes de sus apariciones en público sea su imagen. Su estilo de vestir ha dado mucho que hablar desde que llegó al Gobierno. Con su blanco impoluto, el cuerpo ceñido en una falda de tubo y su cintura entallada parecía más una celebrity invitada a un desfile de Dior que una comunista en el Congreso. Su glamour choca, no por mujer, sino por política de izquierdas que tiene como biblia "El Capital", de Karl Marx.
Vestida de colegiala, el desconcierto es mayúsculo. ¿Influirá en su comportamiento o en sus políticas? ¿Qué quiere expresar? Si deja que su imagen hable por ella o que la defina ante los ciudadanos, lo que su uniforme de colegiala transmite es que se ha permitido esta provocación como una necesidad de aumentar su confianza en sí misma en un momento de pura vulnerabilidad en su Gobierno y en sus filas. Es reflejo de ansiedad y del nerviosismo generados por la marea de acontecimientos políticos, pero al mismo tiempo una forma de querer afianzar su liderazgo y autoridad. El look con minifalda de estudiante no es, con toda certeza, el que escogería si se sintiese plenamente feliz y de buen humor.
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