EEUU
Melania Trump, la primera dama que revolucionará un puesto en Washington con décadas de tradición
Con la experiencia acumulada, ahora se siente capaz de reclamar su deseo de mantenerse más alejada del foco
Prácticamente no la vimos durante la campaña electoral, y esta semana se saltó la tradicional y simbólica visita a la Casa Blanca, esa es la nueva versión de Melania Trump. La futura primera dama rechazó la invitación de Jill Biden rompiendo una costumbre de hace décadas y marcando las bases de lo que será su papel los próximos cuatro años. De nada sirvió que el equipo de su esposo hiciera hincapié en lo importante que era asistir al encuentro entre los actuales y futuros cónyuges presidenciales. Hay voces que apuntan a que Melania le guarda rencor a los Biden por autorizar que el F.B.I. registrara su mansión de Mar-a-Lago y husmeara hasta en su ¨ropa interior¨, sin embargo, su equipo, en un intento de calmar las tensiones, apunta a que la reunión presidencial coincidía con otro compromiso ¨para la promoción de su libro¨.
Durante el primer mandato de Trump (78 años), Melania (54) tardó varios meses en mudarse a la Casa Blanca y está vez ni siquiera está claro si vivirá en Washington, una ciudad que nunca ha sido su favorita. En Florida ha conseguido formar un grupo de amigos que le gusta, y no le importa combinar Palm Spring con Nueva York, donde su hijo Barron Trump, de 18 años, estudia en la New York University´s Stern School of Business desde el pasado agosto. La exmodelo adora la Gran Manzana desde que se mudó en 1996, tras haber estado desfilando en Milán y París en los años 90. Además, su principal preocupación es su único hijo con el presidente electo, y en torno a él organizará su vida para ser una ¨madre y esposa a tiempo completo¨.
De momento, según la cadena CNN, las discusiones sobre cómo y dónde pasará su tiempo continúan y son un misterio para todos los integrantes del nuevo equipo presidencial. ¨No estoy nerviosa, porque esta vez es diferente¨, dijo Melania en una entrevista con la cadena Fox News durante la promoción de sus primeras memorias, ¨tengo mucha experiencia y mucho más conocimiento. Ya estuve en la Casa Blanca antes, y cuando entras, sabes exactamente qué esperar¨. De ella precisamente se espera que asista a los actos públicos imprescindibles, y que se vuelque en su propia causa, centrada en la ayuda y el bienestar de los más pequeños a través de su plataforma Be Best.
Después de abandonar la Casa Blanca en el 2020, se la vio poco acompañando a su marido en el periplo judicial que el futuro presidente enfrentó en cuatro estados del país por causas penales distintas, ella hacía su vida lo más alejada posible de las cámaras de los medios de comunicación. Su último golpe encima de la mesa vino en octubre cuando publicó su libro en el que defendía el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, apoyando el aborto que el partido de su marido tantas veces ha criminalizado. Donald Trump, quien aseguró conocer su postura desde que se conocieron, la apoyó sin fisura, y ella continuó haciendo crecer la figura de mujer que ya viene de vuelta de todo y está dispuesta a que nadie la silencie. El presidente electo la conoce bien, y sabe lo que viene, ¨muchas primeras damas son mediáticas, quieren estar en todas partes y se enojan con sus maridos si no las presentan públicamente¨, dijo una vez el republicano cuando vivía en la Casa Blanca, ¨si yo no presentara a Melania ella sería feliz. Simplemente, es una persona diferente¨.
Nacida en Eslovenia, en la antigua Yugoslavia, Melania Knavs (su apellido de soltera) siempre ha apostado por una vida mucho más privada, y si bien en el primer mandato de su marido era más difícil conseguirla, ahora, con la experiencia acumulada, se siente más capaz de reclamar su deseo. Está claro que no será una primera dama al uso porque no tiene ningún interés en serlo. Lo medios locales apuntan a que hará su trabajo a tiempo parcial, ¨según sus términos¨, revela una fuente a un diario neoyorquino, ¨ella participará en los grandes eventos, pero nada de tomar el té y ninguna o muy pocas entrevistas¨. Seguirá siendo la voz de la conciencia de Donald Trump, apoyándolo y reprimiéndole cuando toque, pero en la sombra, nada de teatros públicos o apariciones donde no vaya a sentirse cómoda. Un ejemplo lo vimos en una de las primeras fotos de familia celebrando la victoria de Trump, ella no aparecía, a pesar de que estaba la familia Trump al completo e incluso Elon Musk. Como señala la editora adjunta del diario Washington Post, Mary Jordan, Melania considera que a ella no la eligieron para el cargo, por lo que no se siente obligada a cumplir con ninguna tarea.