Caza

«La Garganta», la finca preferida de Camilla que pierde 1,6 millones de euros

Su propietario, Hugh Grosvenor, es dueño del 0,22% del suelo del Reino Unido

Finca La Garganta
Finca La GargantaLR

Imagínese el lector una finca cuya extensión ocupa más extensión que la provincia de Barcelona entera. Imagínese caminando por sus veredas escopeta al brazo junto a algunos de los miembros más distinguidos de la realeza europea, que se pirran por cazar en ella. Pues bien, si tiene ingentes cantidades de dinero para invertir y los contactos necesarios para contactar con su dueño, el duque de Westminster, la finca podría ser suya. Algo al alcance de sólo unos pocos. La tarea no debe de ser sencilla, ya que «La Garganta», de actualidad estos días como posible refugio donde la reina Camilla caza perdices mientras desconecta de su estrés laboral, está en venta desde hace más de un año y aún no ha encontrado dueño que tenga peculio suficiente para hacerse con ella. Su propietario, Hugh Grosvenor (33 años), el joven duque de Westminster, heredó la finca tras la muerte en 2001 de su padre, Lord Gerald Cavendish Grosvenor. Es, además, dueño del 0,22% del territorio del Reino Unido. El anterior duque, tercer hombre más rico de Reino Unido, compró las 15.000 hectáreas que ocupa «La Garganta» por 2,4 millones de euros, en régimen de «leasing» y la remozó por completo. Con anterioridad, había pertenecido a Francisco Buenaventura Adalberto, duque de Baviera, y antes de él a la empresa Minas Riotinto.

Hugh Grosvenor, Duque de Westminster, en la boda de Charlie van Straubenzee y Daisy Jenks.
Hugh Grosvenor, Duque de Westminster, en la boda de Charlie van Straubenzee y Daisy Jenks.Max Mumby/IndigoGetty Images

La finca donde acostumbra a descansar Camilla reúne todos los requisitos para una estancia de alto lujo. Posee accesos exclusivos, una estación de tren, su propio helipuerto, una gasolinera, un puesto de primeros auxilios, una capilla y hasta una escuela. Además, tiene en su interior tres grandes villas de 10 habitaciones con jacuzzi, sauna y piscina, que custodia personal de seguridad que patrulla el perímetro con varios jeeps día y noche. La familia real inglesa es un huésped habitual de esta propiedad. En 2012, los dos hijos del rey Carlos III, los príncipes Harry y Guillermo, disfrutaron de un fin de semana de este coto privado de caza. Las paredes de la finca guardan con siete llaves los secretos de los nobles huéspedes de buena parte de las dinastías europeas, incluida la española. Cuenta la leyenda que allí compartieron un fin de semana, estrechando su entrañable amistad, el rey Don Juan Carlos y Corinna Larsen en febrero de 2004.

Amores aparte, «La Garganta», además de ser la finca por extensión más grande de España, es el paraíso soñado de los aficionados a la cinegética. Aparentemente. Los números no acompañan a Grosvenor Re Spain SL, la empresa que gestiona los activos inmobiliarios del duque en nuestro país. De unos años para acá la sociedad localizada en la calle Príncipe de Vergara, de Madrid, ha caído año tras año en facturación en los últimos ejercicios. Desde los 2,2 millones de euros en 2020, hasta los 1,2 millones declarados en 2022, sus últimas cuentas presentadas.

No es oro todo lo que reluce

Pese a la alta facturación, la sociedad, constituida en 2000 y dedicada al «alquiler de bienes inmobiliarios», cerró 2022 con sus peores números. Grosvenor Re Spain declaró pérdidas por valor de 1.638.917 euros, una cifra récord para la sociedad, que pese a todo declara poseer activos por valor de 1,7 millones de euros en caja. La empresa está participada al 100% por Geurope Investments Spain SL, la sociedad que alberga la matriz europea de los Grosvenor, y por Grosvenor Europe Investments Limited y Alcobendas Investmets SL, la empresa que la firma fundó en 2019 cuando se entregó a la compra de activos en la urbanización de La Moraleja, en Alcobendas (Madrid). Quizá porque los números no acompañan, la empresa ha vivido en 2023 un año de cambios, con la salida de buena parte de la cúpula directiva de la sociedad.

A salvo de herederos caprichosos

El séptimo duque de Grosvenor es el soltero de oro de la realeza europea. Quizá por ello los Grosvenor idearon desde sus inicios una fórmula perfecta para que ningún heredero futuro pudiera dilapidar la herencia familiar. Tan perfecta que la copiaron algunas de las casas reales europeas. Desde los años 50, los Grosvenor delegaron sus activos en fideicomisos, todo o parte de su herencia para proteger el patrimonio. Era una manera de salvaguardar la fortuna familiar de herederos caprichosos y también de la amenaza de divorcios indeseados.