Controversia
Elon Musk que estás en los cielos
El magnate visita Auschwitz y se declara aspiracionalmente judío, pero desata una nueva polémica
Elon Musk que estás en la tierra, en el surco, en la mina, en el puerto, en el cine, en el vino, en la casa del médico. Elon Musk, que estás en la tierra, donde tienes tu gloria y tu infierno. Elon Musk, tan todopoderoso que bien vale una estrofa de Gloria Fuertes. Con la misma alegría nos dice que la moda es una cosa que «conmueve el corazón» que se planta un estrafalario atuendo. Ocupa el panteón de los dioses tecnológicos. Un día avala como «verdad real» las críticas al pueblo judío y otro se «declara aspiracionalmente judío».
Esta última confesión ha tenido lugar esta semana durante su visita a Auschwitz, el campo de exterminio más grande de la Alemania nazi, donde se ha reunido con Gidon Lev, un sobreviviente del Holocausto de 88 años, y el rabino Menachem Margolin, presidente de la Asociación Judía Europea.
Llegó con Exa Dark Sideræl a hombros. El niño, de cuatro años, es uno de sus once hijos, el mayor de los tres con la cantante Claire Elise Boucher, más conocida como Grimes. Le acompañaba también Ben Shapiro, un podcaster estadounidense judío que hizo las veces de cicerone durante la ceremonia en el monumento conmemorativo, una semana antes del Día Internacional en Recuerdo del Holocausto, que se celebra cada 27 de enero para conmemorar la liberación por las tropas soviéticas.
La fecha era significativa, tanto como el escenario, donde los nazis asesinaron a unos 960.000 de los 6 millones de judíos que se estima que murieron en el Holocausto. Elon Musk necesitaba redimir su imagen después de respaldar en su red social X, hace dos meses, la publicación de un usuario que acusaba a los grupos judíos de «impulsar el odio dialéctico contra los blancos» y la llegada de «hordas de minorías» a Occidente. Calificó estas palabras como «una verdad real» y le cayeron reprimendas desde la Casa Blanca hasta Israel, por parte de Isaac Herzog. Anunciantes como Disney amagaron con boicotear.
¿Es su actitud un sentimiento auténtico o una cuestión de reputación de su red social ante las críticas por haber permitido que X se convirtiese en caldo de cultivo de prejuicios contra los judíos? A Musk le encanta pisar charcos y lo hace desde su atalaya. Es decir, sin que salpique su costoso abrigo. Ha admitido que su comportamiento en X con respecto al antisemitismo fue «francamente ingenuo». Sin embargo, sus explicaciones han vuelto a desatar la polémica en una entrevista posterior en la ciudad de Cracovia.
Musk admitió que no conocía el alcance del antisemitismo hasta que vio el nivel de apoyo a Hamás después de la masacre del 7 de octubre. Y admitió su ingenuidad: «En los círculos en los que me muevo, casi no veo antisemitismo. Existe un chiste sobre el único amigo judío. En mi caso, dos tercios de mis amigos son judíos».
Cuidado con Orwell
Shapiro le sugirió que el antisemitismo contemporáneo prospera en lugares donde una pequeña élite conspirativa explota al resto de la población. Musk le respondió: «Siempre debemos tener cuidado con cualquier nombre que parezca salido de un libro de George Orwell». Y prosiguió: «Diversidad, equidad, inclusión: todas parecen palabras bonitas, pero realmente significan discriminación por motivos de raza u orientación sexual». A pesar de su visita redentora, el titán de la tecnología insiste en que las auditorias externas demuestran que la cantidad de antisemitismo expuesta en X es menor que la de otras grandes plataformas. Pone por caso TikTok.
El giro en su discurso no exime que X sea investigada por supuesta apología de odio y desinformación. El órgano regulador británico Ofcom, con competencia para regular a las empresas de la tecnología, está siguiendo de cerca la decisión de la UE de vigilar los contenidos de esta red social con el fin eliminar aquellos que incumplan la ilegalidad. El 18 de diciembre, el comisario Thierry Breton señaló que el procedimiento contra X, designada como una plataforma en línea muy grande y, por lo tanto, sujeta a las normas más estrictas, se debía a «sospecha de incumplimiento de obligaciones para contrarrestar contenido ilegal y desinformación».
El descontento no es menor en las estructuras internas de sus compañías, donde Elon Musk debe hacer frente a las continuas acusaciones por parte de los empleados de racismo, edadismo y otros prejuicios. En agosto de2023 una jueza de California admitió a trámite la demanda por discriminación por de edad contra Musk tras su decisión de despedir a cerca de la mitad de la plantilla de X. También los trabajadores de Tesla, su compañía automotriz, han presentado denuncias por permitir un racismo «generalizado» en su planta de Silicon Valley.
«Ser débil no significa tener siempre la razón»
En su visita al campo de exterminio, Elon Musk ha reflexionado sobre las corrientes de opinión que se generan en las redes sociales y la repercusión posterior de algunos comentarios. Se resiste a pensar que la parte más débil siempre deba tener la razón. «Si estás oprimido o eres el partido nominalmente más débil, eso no significa que tengas razón». Lamenta los estándares por los que se juzga a los individuos o grupos, más cuando si aprovechan su debilidad para para «aniquilarte». «Eso no los hace mejores».