DANA
Carlos Mazón, retrato del hombre que peregrinó a Lourdes, se presentó a Eurovisión y ahora batalla sobre el barro
Ahora su únima música es la maquinaria pesada sobre las calles y el emotivo himno de Valencia que cantan los voluntarios
En las últimas horas al rostro de Carlos Mazón le ha caído una pila de años. Sus líneas de expresión dibujan tristeza, abatimiento físico y moral, pena… Ni imaginar cuánto de todo ello se repite en su cabeza, cuántas noches de insomnio o cuántos kilómetros pateados sobre el lodo. La DANA que ha asolado su tierra le habrá hecho olvidar que en unos días tenía una cita con la huerta, la misma que el año pasado por estas fechas, cuando arrancó la campaña de cítricos valencianos. El barro ha ido trazando cruces sobre su agenda, como en la de cada uno de los ciudadanos de la comunidad valenciana que él preside desde 2023.
Mazón nació en 1974. En sus redes sociales le gusta volver a su infancia en el complejo Vistahermosa de Alicante y recordar aquellos veranos de fiestas, piscina, fútbol, torneos de tenis y partidas de cartas. Sobremesas de Tour de Francia y la playa de San Juan con su característico olor a Nivea. Días eternos y noches inolvidables.
Sus padres, aficionados al arte, cultivaron en él su gusto por el arte organizando rutas románicas. El presidente era un niño cantarín. Estudió piano y solfeo, tocaba la guitarra y hacía sus pinitos en su propia urbanización, cantando con su hermana. Luego fundó su propio grupo musical, Marengo, con el que se presentó a Eurovisión en 2011 y resultó preseleccionado.
Su padre, el hematólogo Carlos Mazón, fundó el primer banco de sangre de Alicante. Era también el médico de la Delegación de Alicante de la Hospitalidad de Lourdes, lo que le dio a Carlos la oportunidad de viajar alguna vez con él en tren hasta el santuario y observar con asombro la inmensa fe de los peregrinos.
Su afiliación al Partido Popular, con 18 años, coincidió con su ingreso en la Universidad de Alicante, donde se licenció en Derecho. En 1997 empezó a trabajar como jurista y dos años después inició su carrera como político tomando el término en su sentido más noble. Su novia de entonces, Mamen, sobrina del histórico socialista Josep Bevià, es ahora su esposa, con la que tiene dos hijos mellizos de 17 años. La última Semana Santa se despidió como costalero del Cristo de la Buena Muerte, después de 36 años, a quien cedió el hombro de su hijo, que será el que tome el relevo.
Es viajero incansable. Junto a su novia (ahora esposa) o con amigos, recorrió el norte de Europa y se enamoró de Mallorca y Menorca. En su maleta nunca faltan unas zapatillas para correr y algún libro. Se confiesa incondicional de la canción "Mediterráneo", de Serrat, y Stefan Zweig.
Han pasado solo dos meses desde la boda del portavoz del PP en Valencia, Juan Carlos Caballero, y Javier Zamora. Una ceremonia de ensueño en la Cartuja de Ara Christi, a la que asistió con el resto de la plana mayor del PP valenciano. La naturaleza, imponiendo su furia, ha querido que pruebe en carne eso que decía que su autor favorito, Zweig, la luz y la oscuridad, la guerra y la paz, el caerse y el levantarse.
Sabe que su nombre quedará fatalmente ligado a la DANA que azotó el 29 de octubre con especial violencia a la Comunidad Valenciana, pero apela a la solidaridad política, como hizo hace unos meses al hablar de la política del agua. "Es un principio que tengo muy arraigado. Desde la revancha nunca vamos a poder construir nada".
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