Los empresarios de Ceuta y Melilla exigen al Gobierno que evite una "aduana al gusto de Marruecos"

Indignación y hastío por la situación son los sentimientos predominantes entre los empresarios de las dos ciudades autónomas a la vista del funcionamiento de las nuevas y disminuidas aduanas comerciales. «Agotamiento» es la palabra que utiliza la presidenta de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), Arantxa Campos, quien insiste a LA RAZÓN en que «la aduana debe funcionar de manera convencional, tanto en las expediciones comerciales como en el régimen de viajeros sin otras limitaciones que las derivadas de la normativa que resulte de la aplicación en todo caso». Solo exige lo obvio: «Unas condiciones de funcionamiento transparentes, conocidas por todos y establecidas, dando audiencia y participación a los operadores y a la representación empresarial».

La misma indignación expresa el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Enrique Alcoba, quien, por un lado lamenta «la falta de comunicación oficial por parte de la Delegación del Gobierno y del Ejecutivo central», y, por otro, «el escándalo y el ridículo a nivel nacional» de lo ocurrido.

Alcoba denuncia que la reapertura de la aduana melillense, cerrada en agosto de 2018, «no se ha gestionado bien desde el principio, creando una comisión técnica cuando todos sabemos que esto es un tema político», dice mientras critica «el ocultismo y falta de información».

Al respecto de los dos pasos de mercancías en los días 8 –frustrado– y 15 de enero, Alcoba afirma que «no puede ser que se elija a un empresario para que pase un producto determinado. No es la forma de actuar. Por lo que entiendo yo que esto será solo el primer paso para alcanzar la normalidad que todos queremos. Si no es el caso, será una aduana al gusto de Marruecos», asegura.

«Exigimos que cualquier acuerdo que se haga con Marruecos sea recíproco en todos sus términos y que incluya el respeto mutuo y bilateral a las reglas comerciales, tanto la aduana como el régimen de viajeros», señala. Y resume todo denunciando que las dos ciudades son víctimas de un «chantaje continuo» por parte de Marruecos, por lo que exige una respuesta del Gobierno.

Además, este empresario revela haber solicitado una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a través de la CEOE para que explique «los términos, plazos y tiempos» de la reapertura. «Nos gustaría que fuera el ministro quien nos diera la información, la hoja de ruta y los acuerdos que existen para organizarnos y planificar nuestro futuro, porque quien se está jugando el dinero y el futuro son los empresarios», admite Alcoba. «Es insoportable mantener esta situación y esta incertidumbre continua», concluye.

Por su parte, el empresario melillense José Luis Martínez Lázaro –CEO de Carmelo Martínez Rodríguez SL– denuncia la «tomadura de pelo (…) con las milongas que nos han venido ofreciendo la delegada del Gobierno y los ministros de Interior y Exteriores».

«No queremos la ‘‘aduana del siglo XXI’’ que nos quieren colar, queremos la que teníamos en 2018 funcionando sin ningún problema técnico», asegura. A juicio del empresario, es preferible «mantener la dignidad sin aduana que tener una aduana indigna de tal nombre».