Keira Knightley ha revelado que durante los primeros años de su carrera cinematográfica se sintió completamente «agotada». La estrella de «Piratas del Caribe» se presionó demasiado al considerar que «nunca fue lo suficientemente buena como atriz» y siempre se esforzó por ser mejor.

En una entrevista concedida a la edición británica de Harper’s Bazaar, de cuya edición de abril es portada, afirma que «fui increíblemente dura conmigo misma. Era tan ambiciosa y estaba tan decidida a triunfar que estaba obsesionada con mejorar y mejorar, y eso resulta agotador».

La actriz saltó a la fama interpretando a un futbolista en «Bend It Like Beckham» (2002). «Tuve una gran entrada en la vida adulta, un aterrizaje extremo debido a la experiencia de la fama a una edad muy temprana. Fue una gran sacudida porque estaba siendo juzgada por lo que estaba proyectando, cuando tan solo era un papel».

Sobre la búsqueda de nuevos roles tras interpretar a Elizabeth Swann en «Piratas del Caribe», Keira explica que «Ella (Elizabeth Swann) era el objeto de la lujuria de todos».

«Fue interesante pasar de ser un marimacho a proyectarse como todo lo contrario. Me sentí muy limitada, atascada. Así que los papeles posteriores que interpreté fueron un intento por salir de ese estereotipo. No tenía ni idea de cómo hacerlo. Me sentí como si estuviera enjaulada en algo que no entendía».

Knightley fue nominada a un Premio de la Academia a la Mejor Actriz por su interpretación de Elizabeth Bennet en «Orgullo y prejuicio» (2005) y también fue nominada al Óscar a la Mejor Actriz de Reparto por su papel de Joan Clarke en «The Imitation Game» (2014).