Entrevista
Vicky Martín Berrocal: "Para llegar aquí, he necesitado mirarme al espejo y gustarme"
Después del revuelo de su entrevista con Victoria Federica, ahora es ella quien abre su alma a LA RAZÓN en una entrevista muy personal en la que nos detalla su momento vital
Vicky Martín Berrocal sabía que tenía que darle tiempo al tiempo, cosa que no entendía su gran amigo Jesús Quintero, que azuzaba para que persiguiese por fin sus sueños, para que corriese delante incluso del tiempo si creía que este iba lento. Sevillana igual que él, prefirió esperar y aprender ese sentido del ritmo que «El loco de la colina» tomó de los cantaores de la tierra y le copió sus silencios, su cadencia. Y de todo ello salió «A solas con», un podcast en el que ha volcado todo su ser andaluz y sus heridas que hoy interpreta como sabiduría. Después de su última entrevista, con Victoria Federica, nos deja claro que tiene combustible para rato.
¿Cómo descubrió el gusto por la entrevista?
Desde pequeña, cuando estudiaba en Suiza, notaba que los compañeros me confiaban sus problemas o vivencias. Yo sabía escuchar sin juzgar y sin aconsejar. Creo que esta habilidad es la que he ido cultivando con el tiempo y la que traslado al podcast. Es algo natural y el secreto para conectar con mis entrevistados.
¿Sitúa a Jesús Quintero como su maestro de vida?
A él le debo todo esto y la confianza en mí misma para arrancar. De él aprendí esa forma de mirar a los ojos y dejar hablar mientras el entrevistado va profundizando. Él estaba convencido de que algún día haría esto, pero yo aún tenía reparos y miedos. Cuando murió, su hija María me animó a verle y tuve mi última charla con él. Ahí lo tuve claro.
Habla de inseguridades, ¿qué le ha permitido superarlas?
Con los años he aprendido a relajar mi perfeccionismo, a quererme, a mirarme al espejo y gustarme. Mis 50 coincidieron con la publicación de mi libro «La felicidad ni tiene talla ni tiene edad». Fue un lujo permitirme rebobinar mi vida, saber en qué fallé y en qué acerté. Ahora puedo decir que he conseguido la mejor versión de mí y esto hace que todo llegue en el momento oportuno.
¿Le sorprende la repercusión de la entrevista con Victoria Federica?
Me siento orgullosa, pero asumí una gran responsabilidad. Era su primera entrevista personal y las dos sabíamos que estaríamos en el foco. Es verdad que ella es amiga de mi hija, pero para mí era una gran desconocida y fue primordial que se sintiese cómoda. Para Victoria era el momento perfecto y para mí fue un gran regalazo.
El listón ahora es muy alto.
A partir de ahora, seguiré teniendo enfrente personas valiosas como ella, capaces de desnudar el alma y hablar sin tapujos.
¿En qué punto sitúa la libertad de expresión en este momento?
Hemos retrocedido. Hay poca libertad y muchos elementos que la condicionan. Uno es la presión de las redes sociales, pero no deberíamos renunciar a hablar desde la libertad por temor a las críticas que puedan despertar tus palabras. Defiendo incluso nuestro derecho a cometer errores. El error es muy bello porque es real y por eso no me gusta editar las entrevistas. Lo que se ve es lo que sucedió, sin cortes. No puedo permitirme interrumpir a un personaje como Sofía Vergara, por ejemplo, que te dice que nunca se había atrevido a hablar de temas tan íntimos. O a Jedet, cuando estaba revelando su transformación y su lucha como mujer.
¿Sus personajes son preferentemente mujeres?
Soy muy de la mujer. Mi universo es femenino. Mi hija, mi madre, mis amigas, mi hermana… Empatizo con ellas y me identifico con sus relatos. Somos poderosas, podemos con todo y vivimos con coraje.
¿En qué mujer piensa cuando diseña?
En mujeres reales de todo tipo. Tengo preferencia por la mujer rotunda y con curvas, por la mujer que pelea, que se quiere, que pierde sus complejos para quererse y respetarse. He desnudado a muchas mujeres en cuerpo y alma. Es fascinante descubrirlas.
Ha hecho de Isabel Ayuso su musa. ¿Qué le inspira?
Ella reúne esos valores que yo defiendo. Es valiente, cercana, cariñosa, apasionada, independiente. Está tan centrada en la política que le daría igual llevar una cosa u otra. Por eso es un reto increíble realzar su carácter con mis diseños.
¿Se siente feliz con la vida?
Me siento muy agradecida con lo tengo. Amando lo que hago, el resto llega solo.
El amor a la manera de Vicky
Una constante en la vida de Vicky Martín Berrocal es el amor, desde su popular matrimonio con Manuel Díaz, padre de su única hija, Alba. También está presente en sus entrevistas. Desde la madurez, nos ofrece su particular percepción: «Cuando te amas a ti misma, aprendes a amar. Hasta ahora no sabía gestionar bien el amor porque echaba de mi vida a esa Vicky más grande que estaba por llegar para quedarme con la pequeña. A esa otra no la escuchaba y como consecuencia sufría miedos y ansiedades. Mi prioridad ahora es mi calma y que la vida no me arrastre. Lo peor es dejar de estar. El amor, en cualquiera de sus formas, te aporta ilusión. A veces duele, pero si no suma hay que aprender a apartarlo. No es egoísmo, sino querer bien».
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