La vida continúa
Nuria González, de cumpleaños con sus hijos tras quedarse viuda
La mujer de Fernández Tapias ha congregado a su familia y amigos para comer comida asiática en su primer aniversario sin su marido
El pasado 25 de octubre, Nuria González se enfrentaba a la dura pérdida de su marido, Fernando Fernández Tapias. Su muerte le sumió en la tristeza, aunque desde el primer momento ha mostrado una gran fortaleza, al blindarse para poder sacar adelante a sus hijos, Iván y Alma, evitándoles todo el sufrimiento que pudiese. También se ha mostrado fuerte a la hora de plantar cara a los otros hijos del empresario naviero, que tras su fallecimiento hicieron mucho ruido mediático por cuestiones del pasado, como aquella trifulca en la que los vástagos trataron de incapacitar a su padre y hacerse con el control de sus propiedades y decisiones. Pero todo esto ha quedado al fin atrás y la viuda continúa con su vida, como así sucede ahora que ha sumado un año más y ha congregado a sus familiares y amigos para celebrarlo.
Nuria González ha cumplido los 53 añosen pleno duelo por la muerte de su marido, pero dispuesta a aprovechar cada buen momento que la vida le depara. Así lo hizo al congregar a varios amigos íntimos y algunos miembros de su familia para brindar por su aniversario en un restaurante del centro de Madrid. Concretamente en el Tse Yang, especializado en comida asiática, en plena Milla de Oro de la capital, donde sus seres queridos dieron buena cuenta de las propuestas gastronómicas, mientras compartían la felicidad con la protagonista. Y es que, más allá de saciar su apetito, pudieron compartir confidencias y risas y generar nuevos recuerdos para estrechar más si cabe sus relaciones.
Algo de lo que la propia Nuria González dejó buena cuenta a las puertas del local, al ser preguntada por los reporteros de ‘Europa Press’ que aguardaban a su salida. La viuda de Fernando Fernández Tapias tiene claro qué quiere para ella y los suyos: “Que en la vida seamos todos felices y tengamos mucha salud”, ha destacado cuando abandonaba el establecimiento junto a sus dos hijos, “muy bien rodeada”, como ella misma reconocía con una sonrisa en el rostro. Y es que, además de sus vástagos, que ya tienen 20 y 16 años respectivamente, también estaban amigos que pueden considerarse familia, al menos sí aquella que se elige y de la que más se disfruta. Es el caso de Jesús Vázquez y su marido, Roberto Cortés, o de Cari y Myriam Lapique, entre otros.
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