Makoke roba suspiros luciendo cuerpazo al natural en alta mar

Makokees dueña de un cuerpo que quita el hipo a sus 53 años y para ella cualquier excusa es buena para presumir de ello. Su trabajo le cuesta, pues suda la gota gorda con estrictas sesiones de ejercicio en el gimnasio, así como mimando con cuidado su alimentación para que sea equilibrada y estratégicamente ideada para que sus fornidos músculos acaparen toda la atención. Y eso es precisamente lo que ha sucedido durante sus vacaciones, que un año más ha vuelto a emplazarlas en Ibiza, cuando su envidiado cuerpo ha captado la atención de la cámara del paparazzi que seguía sus pasos en alta mar.

A bordo de un yate, la exmujer de Kiko Matamorosestá disfrutando de unos merecidos días de asueto, mientras se emite su última aventura en televisión, ‘Vaya vacaciones’. A la espera de saber su destino en este nuevo reality, la colaboradora se ha relajado en muy buena compañía, pues ha compartido jornada en mar profundo en esta lujosa embarcación junto a un nutrido grupo de amigos.

Para esta jornada en alta mar, Makoke se ha decantado por un favorecedor bañador negro de palabra de honor con detalle en V en la zona del escote. Quizá no sea el más cómodo para estar saltando desde la cubierta y darse chapuzones en aguas pitiusas, pero suele decirse que la belleza hay que sufrirla y ella tiene muy claro que hay que hacer sacrificios para lucir siempre perfecta. Y es que con este traje de baño ha sabido sacar el mejor partido a su silueta y, de paso, potenciar su piel bronceada bajo el privilegiado sol de Ibiza.

La colaboradora de ‘Fiesta’ considera su cuerpo un templo, motivo por el cual le dedica todas sus atenciones. Mucho gimnasio, buena comida, algún que otro retoque estético y también las mejores fotos y es que sus redes sociales parecen un monumento a su anatomía. Quizá de ahí el interés de verla al natural en sus vacaciones, ajena a que está siendo protagonista de los flashes de un paparazzi. Verla sin filtros ni artificios es un plus que no le resta belleza, sino todo lo contrario, demuestra que incluso en su poca conocida versión natural también roba suspiros.