Kate Winslet es una de las actrices que pasará la historia de la gran pantalla con el nombre de Rose DeWitt Bukater. Y en los últimos años sus proyectos no han perdido calidad con nuevos retos tanto dentro como fuera de la pequeña pantalla. Sin embargo, su principal objetivo ahora y siempre ha sido conseguir ser ella misma y quitarse todos los filtros “que quizá nunca he tenido”, reconocía la actriz.

La nueva trayectoria de Winslet la ha llevado a perseguir la ambición, pero sin olvidarse de la modestia y la autenticidad: “Prefiero ser natural”, desveló la actriz en su última aparición para la prensa en la que presentó lo último de la firma de relojería Longines, de la que es embajadora. Tras su protagonismo en Titanic la actriz ha sabido diversificar, pero lo cierto es que para ella la fama tomó otro color. A mediados de la década de los 70, cuando ella tan solo era una veinteañera, la presión mediática empezó a ser insoportable, tanto que la llega a considerar como “horrible”. “Estaba agradecida, por supuesto. Fue cuando tenía veintipocos años, y pude conseguir un apartamento. Pero no quería ser perseguida cuando estaba, literalmente, dándole de comer a los patos”, dijo en una reciente entrevista a la revista de moda Porter.

A raíz de eso tuvo que adaptarse a la sociedad y llegó a aprender mucho de su profesión: “Como sociedad, hemos vivido muchas cosas durante los últimos años, sobre todo tras el #MeToo y el covid. Quería quitarme el filtro, uno que quizá nunca tuve, y hablar con sinceridad a las personas”, desvelaba de su actual actitud a la hora de actuar y vivir.

Kate Winslet vive actualmente en la localidad de West Wittering, junto a su marido Ned Rocknroll, sobrino y empleado del multimillonario Richard Branson, fundador de la compañía británica Virgin Group. Junto a ellos viven los tres hijos de la actriz, cada uno de un matrimonio diferente: Mia Honey, con el director de cine Jim Threapleton; Joe Alfie, con el también cineasta Sam Mendes; y Bear Blaze, con su actual pareja. Su manera de educarlos ha sido siempre muy transparente y dejando que fueran ellos los que tomaran sus propias decisiones: “Cuando eran pequeños, me preguntaban si podían hacerse un perfil en Facebook. Les dije que si eran capaces de gestionar las críticas, sí. Prefirieron no hacerlo. Hemos tenido mucha suerte”, confesaba aliviada en su última aparición pública. Lo cierto es que, como persona conocida, sabe cuales son los problemas que más le pueden afectar a sus hijos en Internet: “Como madre de dos hijas, les digo todo el tiempo lo hermosas que son porque Internet está inundado de negatividad, sobre todo hacia las mujeres”.

Sin embargo, cuando has conseguido tanto sigues queriendo más. Puede que no más fama o riqueza, pero si experiencias y momentos de calidad: “Quiero hacer 50 cosas increíbles antes de los 50: actos de bondad, hazañas físicas y comer algo nuevo”, concluye la actriz consciente de que todavía queda mucho para que baje el telón y va a disfrutar de la función todo lo que pueda.