Dura llamada
La hermana de Mayra Gómez Kemp, destrozada por no poder ir a su funeral
Georgina no ha podido contener las lágrimas al confesar que no puede estar en su último adiós, pues su propia salud se lo impide
La muerte de Mayra Gómez Kemp ha sido un golpe inesperado para sus seres queridos. A pesar de que la salud le jugaba una mala pasada y tras sufrir a una reciente caída, a sus 76 años no se esperaba su fallecimiento este fin de semana. La mítica presentadora ha sido encontrada sin vida en su domicilio de Madrid, aunque no han trascendido los motivos, ni las circunstancias que han rodeado sus últimas horas. En este sentido se ha impuesto el silencio por expreso deseo de la familia, que vive con profundo dolor su pérdida después de un tiempo con cierta preocupación por ella. Este revés ha dejado especialmente tocada a su hermana Georgina, quien no podrá estar presente en su último adiós, con todo el dolor de su corazón.
Después de lo sufrido en Málaga y unos días de recuperación en el hospital, Mayra Gómez Kemp regresó a su domicilio de Madrid. Aquí emplazó su evolución, lidiando con sus males bajo los cuidados de sus seres queridos. Pero este domingo sorprendió a propios y extraños la noticia de su fallecimiento, especialmente a su hermana, quien no puede salvar la distancia para darle el último adiós, después de tener que encajar la dura idea de que ya no pasarán las Navidades juntas. Y es que ya tenían los planes en marcha para reencontrarse en noviembre para tan señaladas fechas, pasando toda la temporada juntas. Ahora no podrán, como así se apena la propia Georgina, que ha querido mostrar su sufrimiento en ‘Y ahora Sonsoles’.
El programa de Sonsoles Ónega ha llevado a varios amigos de Mayra Gómez Kemp, con los que han recordados anécdotas buenas y malas de sus años de gloria en televisión. En un momento ha interrumpido el trascurso del espacio la llamada de Georgina, rota de dolor por la pérdida de su hermana: “¿Para qué hablar? Lo siento, lloro a cada rato”, lograba articular, aunque sin poder evitar las lágrimas. Le pasaría más veces a lo largo de su intervención, pues las emociones están ahora a flor de piel, desde que llamaron para decirle lo sucedido: “Me comunicó la noticia una de sus amistades que me llamó corriendo. Aquí era temprano, de madrugada. Yo no lo podía creer”, asegura Georgina, dos años mayor que Mayra, que reside en Miami y en breve la esperaba para estar las Navidades juntas: “lo más triste es que ella iba a venirse en noviembre a pasar las Navidades conmigo, pero no llegó. Me tienen que perdonar, porque me paso llorando todo el día”.
Los recuerdos se le amontonan a la hermana de Mayra Gómez Kemp y cuando llegan a su memoria no puede contener el llanto. Tampoco al tener que confesar que no puede venir desde Miami a Madrid para el funeral, pues su propia salud se lo impide por prescripción médica: “No voy a poder ir. En estos momentos no puedo ir, porque no estoy bien de salud y el médico no quiere que coja un avión tantas horas”, se entristece. Es una situación complicada, pues la distancia añade sufrimiento al hecho de perder uno de los pilares fundamentales de su vida, su hermana pequeña, a quien sacaba dos años y con la que tenía un vínculo especial, pese a vivir a lados opuestos del Atlántico.