Entrevista
Emilio Aragón: "Mi padre siempre está de telón de fondo y aparece en mi novela"
Es muchas cosas, pero además actúa en un coro góspel y publica su primer libro infantil por «culpa» de sus nietos
Emilio Aragón es el mejor contador de historias. Una especie de flautista de Hamelín del siglo XXI, que todo lo que toca lo hace oro. Ahora que es abuelo de cuatro nietos, ha decidido explorar esta singular etapa de su vida y escribir para ellos. El empresario y artista nos habla de su familia, de lo que significó su padre Miliki en su vida y de la pasión que aun siente, después de treinta y cinco años de profesión, al ponerse delante de un papel en blanco que le reta, bien sea para componer la letra de una canción, el guion de una serie de televisión o «Telmo y el lobo», su novela infantil, que dedica a esos «locos bajitos», que son sus nietos.
Le faltaba una novela infantil...
Ha sido un libro muy deseado. Este libro se puede decir que ha sido un encargo de mis nietos. Date cuenta que soy abuelo y en mi ADN está el universo del niño. Yo que soy tan familiar y estando todo el día con mis nietos, no me he podido resistir a la petición, de mi segunda nieta, que se llama como su abuela Aruca, cuando me dijo: «Bebo ¿Cuándo vas a escribir un libro para mí?». Vivo muy cerca de mi hija mayor, suelo cenar con mis nietos y contarles un cuento para dormir. Empecé a hablarle del capitán Bebo, y ellos «erre que erre» para que hiciera el libro.
¿Ahora sus nietos son sus mejores críticos?
Ya me han pedido, por favor, que si puedo ir a su colegio a leerlo. Están impacientes. Amigos míos escritores me decían: «Te estas metiendo en un buen charco», pero mi actitud siempre ha sido pensar en el niño como un adulto. El libro bebe de las fuentes de ‘La historia interminable’, de Ende.
¿Qué hay de usted en Telmo?
Hay mucho de mí en Telmo. Vive en una isla y yo nací en una isla. Nombres de personajes, un mago amigo de mi padre, que tiene calle en Nueva York. También, hay guiños a mis nietos y a Moby Dick.
Dices estar viviendo una «abuelidad» maravillosa…
Trabajo por la mañana y la tarde, la dedico a la familia. O sea, ahora mismo no quiero estar aquí, quiero estar tirado en el suelo con los niños, jugando o hablando o de cualquier cosa.
¿En su vida todo ha encajado como una matrioska? Es decir, una historia dentro de otra...
Es que todo funciona así un poco de esta manera. El joven lector curioso, llega a otro libro leyendo este. Por el ejemplo a Moby Dick. El libro dentro del libro.
¿Qué hubiera dicho de Telmo Lobo su padre?
Hubiera vivido este periodo más que yo mismo. Mi padre publicó con Planeta con el seudónimo de Emilio Foureau, porque escribió (y muy bien) para adultos.
Tiene que ser un orgullo para usted, que en nuestra generación todos hayamos querido tener un padre como Miliki…
Mi padre fue mi compañero y mi amigo. Él siempre está en el telón de fondo, también aparece en la novela. Ese ansia de querer hablar con tu padre se refleja.
¿Telmo podría ser una serie?
Ya me han encargado la segunda parte. Soñar es gratis.
Todo esto lo compagina con su musical góspel
En Barcelona, estamos hasta el 13. Luego, Valencia, Sevilla, Bilbao y Zaragoza. Todo un reto.
Su hijo Nacho se casó hace unos días y usted cantó el hit «Susanita tiene un ratón» ...
Mi «abuelismo» llega a tal extremo que me lo pidió uno de mis nietos y claro, ¿cómo no? Por un nieto haces lo que sea. No hay que perder al niño interior sin filtros.
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