Elle For Hope reunió este miércoles en el madrileño palacio de Santoña a buena parte de la jet patria con el objetivo de luchar juntos contra el cáncer. Entre el ilustre plantel de invitados, que incluía desde la astronauta Sara García hasta Ana Obregón, se encontraba también Amelia Bono, muy implicada en una causa que conoce de cerca.

“Todo el mundo tenemos, por desgracia, a alguien próximo al que le ha tocado el cáncer, así que tenemos que poner nuestro granito de arena siempre que podamos”, comentó la influencer a LA RAZÓN. Una etiqueta de la que, por cierto, no reniega. Con más de medio millón de seguidores en su cuenta oficial de Instagram, se ha convertido en un referente de estilo para todas esas personas con las que comparte desde consejos sobre moda hasta reflexiones de su día a día. “Intento transmitir y dar a mi comunidad todo lo bueno que tengo, y a veces lo no tan bueno. Si gusta lo que hago e influyo de alguna manera, pues mira qué bien”, desliza orgullosa.

Ahora lleva entre manos un misterioso proyecto junto a su hermana pequeña, Sofía Bono, y aunque todavía prefiere dejarse los detalles en el tintero, sí confirma a este periódico que se trata de algo relacionado con la moda: “Ya sabes que dicen que estas cosas es mejor no contarlas hasta que esté todo listo, por si acaso… La verdad es que con mi hermana Sofía me llevo fenomenal, es una maravilla de niña y es genial trabajar con ella. Os prometo que os enseñaré todo cuando esté, creo que va a quedar algo muy guay”.

Tranquila y sosegada

Han sido unos meses de profundos cambios para Amelia Bono. En febrero de este año se confirmó que ella y Manuel Martos, su marido y padre de sus cuatro hijos, tomaban caminos separados. Sin embargo, pasada la convulsión inicial, ahora celebra encontrarse “muy tranquila, muy bien y disfrutando mucho de mi familia y mis amigos. No puedo quejarme, me considero una afortunada, la verdad”.

Aunque asegura que no se arrepiente de nada, sí que se queda con algunas lecciones que ha aprendido a lo largo de su camino: “La vida me ha enseñado a ir con más calma, a meditar las cosas mucho más. Ahora soy más madura, creo que todos aprendemos con el paso del tiempo a tranquilizarnos. Igual que mis hijos que son pequeños quieren la inmediatez, con los años uno se va sosegando”. De hecho, el único consejo que le daría a su “yo” de hace veinte años es que “hay mucho tiempo, todo llega en su debido momento y cuando tiene que llegar”.

Sobre su actual relación con Manuel Martos, Amelia Bono recalca ante este diario que “es maravillosa, espectacular. Somos familia y siempre va a ser así, pase lo que pase”. Se mantienen unidos porque se quieren a pesar de la ruptura, pero sobre todo por los cuatro hijos que tienen en común, a quienes intentan transmitir esos valores positivos que a ellos también les inculcaron: “Los valores son lo más importante y es lo que nos han dejado a nosotros. Es lo que intento yo también transmitir a mis hijos, que sean buenas personas”.

Autodefinida como “madre todoterreno”, Amelia Bono se desvive por sus cuatro (ya no tan) pequeños, aunque reconoce que “a veces me sacan de mis casillas, como nos pasa a todas. Pero bueno, creo que soy una buena madre, o por lo menos intento serlo”. Las enormes sonrisas de sus hijos ofrecen una clara respuesta.