Negocios
Los Abelló, los reyes silenciosos del cannabis (legal) patrio
Triunfaron con el antigripal Frenadol, llevan décadas cultivando opio y adormidera y ahora lideran este nuevo mercado legal en España.
Hablar del apellido Abelló es hablar de éxito en el negocio farmaceútico. Pero aún más en los últimos años en los que el empresario madrileño, ojo avizor a nuevas oportunidades de mercado, se lanzó a una veta de mercado aún por explorar. En 2016, Juan Abelló entró en el negocio del cannabis medicinal a través de Alcaliber S.A., una sociedad controlada al 60 por ciento por el grupo Torreal, la sociedad de inversión de la que parten la mayoría de los negocios del empresario. Abelló firmaba un acuerdo que iba más allá de un mero apretón de manos. Se trataba de una alianza estratégica internacional con Canopy Growth Corporation y su filial alemana, Spektrum Cannabis GmbH, para entrar de lleno en el negocio del cánnabis medicinal.
No era la primera incursión de Abelló en el mundo de los opiáceos. Alcaliber, empresa con sede en España, encabezaba ya entonces el ranking de morfina a nivel global, con un 27% de la producción mundial, y un 18% de la tebaína, otro alcaloide opiáceo usado en numerosos fármacos. Además, poseía varias licencias en exclusiva para producir la planta Papaver Somniferum, comúnmente conocida como Adormidera o Amapola Real, que contiene componentes químicos de los que se deriva el opio. La nueva alianza suponía un paso de gigante para la compañía, ampliando el negocio más allá de la morfina y lanzándose de lleno a la exportación de cannabis. El acuerdo permitía el acceso a los Abelló a una serie de variedades y semillas para su cultivo y posterior distribución a nivel mundial siguiendo estrictos estándares y protocolos médicos.
Si complejo fue el acuerdo más lo es el entramado societario empleado por Juan Abelló para abordar su puesta en marcha. Para ello en 2018, el empresario funda Linneo Health SL, una sociedad dedicada a las «actividades de cultivo, producción, fabricación, importación, exportación, distribución y comercio de cannabis y sus productos para fines médicos y científicos». La sociedad está presidida a su vez por Luxalba Hispania SL, una consultora con sede en la calle Génova de Madrid, propiedad de Abelló y que, a su vez, está participada de otras dos sociedades más: Metania Hispania SL y Linneo Topco SL. Estas, participaban del entramado societario de otras dos empresas más, S.A.R.L. Alfa Luxco y Progavia Hispania SL, que dependen de la matriz, Alfa Topco SL.
Alcaliber S.A. facturó en 2023, según los datos recién actualizados por la propia empresa, 55,6 millones de euros. Con 176 empleados en plantilla, Alcaliber superó en medio millón de euros las ventas del año anterior, caminando hacía su techo histórico de facturación logrado hace dos años, cuando la empresa alcanzó la cifra récord de los 60 millones de euros. La empresa ha sufrido ajustes de plantilla desde 2021, coincidiendo con la pandemia del Covid, año en el que la facturación cayó hasta los 40 millones de euros. La sociedad presentó en 2023 un ERE (expediente de regulación de empleo), que ha afectado al 10 por ciento de los 240 trabajadores del grupo repartidos entre los tres centros de trabajo de Madrid, Albacete y Toledo. Con estos ajustes caminan en firme esperando una regulación del sector. Según Sanidad, solo ocho empresas tienen licencia en España para la producción de cannabis con fines médicos y científicos. Alcaliber es la única de ellas con «licencia completa», de principio a fin del proceso de producción, desde la plantación hasta la exportación del producto. Además, es el que tiene el mayor número de hectáreas plantadas y, por su experiencia con los opiáceos, el que mayor margen tiene para exportar, ya que su uso en España está prohibido. Un negocio millonario que choca con una legislación aún en pañales, como apunta Manuel Guzmán, vicepresidente del Observatorio Español de Cannabis Medicinal y Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid. Según Guzmán, «falta un programa nacional de dispensación cannabis medicinal, coordinado por el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española del Medicamento».
Abelló es la la tercera generación de empresarios que ha convertido Torreal en una de las empresas con mayor valor. Está presente en grupos diversos que van desde las infraestructuras, el ocio, la educación o el transporte, con inversiones en grupos como Saba, Imagina, Ingesport, Talgo, Aston Martin o Laureate. Juan Abelló Gallo heredó el imperio empresarial de su padre, el químico Juan Abelló Pascual, que fue pionero en la industria médica de los estupefacientes y de los antibióticos. El despegue de la empresa se remonta a 1933, cuando Laboratorios Abelló solicitó por primera vez en España la importación de 400 kilogramos de opio, bajo la normas de la Industria Española de Narcóticos. En 1971, Laboratorios Abelló obtuvo el permiso para probar campos en España donde obtener morfina a partir de paja de Adormidera. Dos años después surgió Alcaliber para canalizar ese negocio. En 1974, el gobierno de entonces autorizó a Alcaliber a cultivar y producir extractos de opio de Adormidera, y exportar el excedente de la producción.
Los negocios de Ana Gamazo de Hohenlohe
La coleccionista cerró hace unos meses la venta de un edificio en Madrid, ubicado en la calle Padilla de Madrid y valorado en 80 millones de euros, a una cadena hotelera, el fondo español Persépolis. Esta empresa, de la que es socio Marcelo Berenstein, cuñado del príncipe Kubrat de Bulgaria, desembolsó 200 millones de euros en este ambicioso proyecto, se dedica a la rehabilitación y venta de este y otros dos edificios de la capital, que estarán ligados a servicios de hoteles de cinco estrellas. El Quexigal, la finca familiar de Cebreros (Ávila) que fue pabellón de caza de Felipe II y hoy pertenece a la familia Álvarez, donde se casó con Juan Abelló, también se convertirá en breve en un hotel rural de lujo.
La saga de los Abelló Gamazo
La pareja tiene cuatro hijos (Juan, Claudio, Alejandro, Christian y Miguel) y ocho nietos. Los negocios de Christian han saltado varias veces a las páginas salmón ya que tiene varias empresas que adueñan parte del subsuelo de la capital, centrando su negocio en las plazas de párking. En 2020, Juan Abelló, que tenía entonces 78 años, decidió dar un paso al lado de la compañía que ha capitalizado sus inversiones: Torreal, dejando así la batuta y el cargo de vicepresidente ejecutivo a su hijo Miguel. En septiembre de 2023, en la boda de Ignacio, el hijo de Rafael del Pino (Ferrovial) , con Pilar Montes Yebra, pudimos ver a padres e hijos, en lo que fue una gran alfombra empresarial VIP.
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