Polémica
Ra, el “barco fantasma” de Arantxa Sánchez Vicario
Fue la joya de la corona de la época dorada de la extenista, pero desde 2018 no se conoce su paradero
Fue una de las propiedades más preciadas de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana cuando todavía disfrutaban de su época dorada, tanto en su relación sentimental como en su situación económica. Ra, el yate que en su día fue el escenario de los mejores momentos de sus vidas, se ha convertido ahora en un borroso recuerdo y su paradero es todo un misterio. Se trata de una embarcación de tres cubiertas, es decir, tres pisos, y 25 metros de eslora. Tal y como apunta «Vanitatis», se construyó en el año 1989, por lo que la extenista y el empresario tuvieron que desembolsar cerca de un millón de euros entre su compra y la consiguiente reforma que necesitaba.
La última vez que se siguió la pista de Ra fue en marzo de 2018, y en aquel momento se encontraba amarrado en el Port Fórum Sant Adrià de Barcelona. Pasaba desapercibido en un lugar discreto del puerto, ocultándose entre otras embarcaciones, pero los curiosos y la prensa conocían de buena mano la historia de declive que el yate guardaba en sus tres cubiertas.
El medio citado anteriormente asegura que, en una de sus visitas a la Ciudad Condal tras hacerse públicos sus problemas con el Fisco y la Justicia, la deportista se acercó hasta Sant Adrià de Besòs para observar el barco desde la distancia, quizás para recordar aquellos tiempos mejores en los que ella y su exmarido surcaban las aguas del Mediterráneo. Aunque se desconoce la identidad de los nuevos propietarios, asiduos del puerto aseguraron entonces que una pareja se acercaba con frecuencia hasta el navío, que un capitán y un marinero cuidaban de forma diaria.
Sin embargo, pocos días después de darse a conocer la ubicación del Ra, «Vanitatis» publicó que el yate había partido del puerto hacia un destino desconocido, y, desde entonces, no se ha vuelto a saber de él.
Un halo de misterio rodea a la «desaparición» de la embarcación, que nunca ondeó la bandera de ningún país, sino la de la Unión Europea. Además, en el registro de la propiedad no se encuentra ningún navío con el nombre de Ra, aunque este fuera el único apelativo que podía leerse en el yate. Además, llama la atención que el barco partiera del Port Fórum Sant Adrià después de varios años allí amarrado, y que su marcha se produjera muy pocos días después de que el portal ya mencionado desvelara su ubicación.
Se trata de una especie de «barco fantasma» para Arantxa Sánchez Vicario, una alegoría sobre la facilidad con la que el éxito cosechado a lo largo de toda una vida puede acabar perdiéndose en el mar.