El escándalo de las mascarillas creó una cierta tensión entre Luis Medina, uno de los implicados en la trama, y su madre, la socialité Naty Abascal, quien, dicen, tuvo una fuerte discusión con su vástago en cuanto el asunto salió a la luz y se descubrió que, al parecer, Luis se habría llevado un millón de euros por haber actuado como intermediario.

A Naty le molestó muchísimo que su hijo estuviera involucrado en un tema tan peliagudo y hubo un cierto distanciamiento entre ambos, pero la llegada de la Semana Santa y el acoso mediático, puso fin al desenfado, y Abascal propuso a Medina que se fueran juntos a la casa que ella tiene en el paradisíaco destino de la isla portuguesa de Tavira. Dicho y hecho.

Pero se fueron buscando la tranquilidad y el sosiego, y los paparazzi les pillaron in fraganti en una de sus escasas salidas. Con esas imágenes se desmiente que Luis eligiera la costa marroquí para pasar su “penitencia” y afrontar con ánimos renovados el encuentro judicial que tendrá que afrontar el próximo lunes 25 en Madrid.

Luis, aparentemente, se muestra tranquilo, desde su entorno nos hacen llegar su convicción de que es inocente y de que está deseando defenderse ante el juez que lleva el caso.