Entrevista
Naty Abascal: “Mis hijos serán siempre un motivo de orgullo para mí”
Eterna musa de los diseñadores más importantes del mundo, asegura haber sacrificado mucho por trabajo. Lo que más le pesa: renunciar a pasar tiempo con sus hijos, Rafael y Luis Medina
Cuando Naty Abascal (77) empezaba en la moda ni de lejos imaginaba fraguar una carrera como la que atesora. Apenas tenía 19 años cuando dejó su Sevilla natal para desembarcar en Nueva York y probar suerte. «Todo era una aventura para mí y el futuro, la trayectoria, era algo todavía muy lejano, sin fraguar», nos cuenta en una entrevista exclusiva para LA RAZÓN en la que repasa aquellos años y los grandes amigos que conserva desde los comienzos. Referente de estilo y elegancia –«todo lo que la rodea se ve embellecido por su presencia», palabra de Valentino–, ha recopilado en un libro las imágenes más icónicas de su trayectoria mezcladas entre más de 300 fotos inéditas elegidas cuidadosamente por ella para repasar su propia historia. Con el título de «Naty Abascal. La musa eterna inspiradora de diseñadores de moda», ya está disponible en España.
- Un libro que recorre su trayectoria internacional en el mundo de la moda. Son palabras mayores. Es usted un referente en este sentido. Pero hasta llegar a esto, hay muchísimo trabajo detrás. ¿Se marcó este objetivo cuando empezaba?
- Honestamente, no. Cuando empecé todo era una aventura para mi y el futuro, la trayectoria, algo todavía lejano, sin fraguar. Es cierto que hay mucho trabajo, pero también mucha pasión, entusiasmo, y sobre todo, amistad. Mi carrera es una mezcla de todos esos ingredientes. Y este libro es un honor y a la vez una gran lección de humildad ante los que me han ayudado a lo largo de mi vida y mi carrera. No solo los diseñadores y personas de la industria de la moda, sino otros como mi querido Eugenio Lopez, fundador del museo Jumex de arte contemporáneo, quien cedió una planta entera del museo para esta exposición o la casa Editorial Rizzoli responsable de la publicación de este libro.
- Es un mundo que le apasiona, pero muy sacrificado también. ¿El entusiasmo y su amor por la moda ha vencido las dificultades?
- Absolutamente. Pero no solo en el trabajo, en la vida, en todas las circunstancias. Entusiasmo, pasión, perseverancia… son clave para vencer cualquier adversidad.
- Hábleme de esas dificultades y sacrificios. ¿Hay algo a lo que haya tenido que renunciar en todos estos años y que pese especialmente?
- Con toda seguridad, pasar más tiempo con mis hijos. Pero siempre he necesitado trabajar, no solo porque me gusta y apasiona lo que hago, sino porque mi vida, mi casa, mis hijos, su educación, todas esas responsabilidades las he cubierto siempre fundamentalmente con mi trabajo
- La admiración que despierta va más allá de su innegable estilo y elegancia. Es una mujer fuerte y luchadora. Y lo fue en unos tiempos en los que rompió muchos moldes. Se atrevió con todo. ¿Cuál era su motor para no tirar la toalla jamás?
- Una mezcla importante de curiosidad (sin ella no se puede crecer), orgullo a no dejarme derrotar por las adversidades, y diría que fuerza de voluntad. Cuando tienes obligaciones que afrontar, no eres tan consciente de romper moldes, como de cumplir con tus metas y con los deberes que te marca la vida. También, tengo que decir, vivir en Estados Unidos en los 60 fue una experiencia única e irrepetible que me dio una perspectiva del mundo y de mi misma que quizás no hubiese encontrado de otra forma.
- ¿Es el mundo de la moda tan bonito como parece o hay luces y sombras como en todos los sectores?
- El mundo de la moda es fundamentalmente un incomprendido. La opinión general es que los trabajamos en ella, vivimos una vida regalada, llena de privilegios, saltando de fiesta en fiesta y solo rodeados de cosas caras y bajo un aura permanente de frivolidad. Nada más lejano de la realidad. Este es un trabajo duro, que no sabe de festivos, ni vacaciones, no tenemos horarios porque trabajamos en cualquier momento y lugar. No hay inclemencia climatológica que nos frene en un trabajo ni dificultad que no podamos y debamos resolver. La moda es una industria que genera un negocio extraordinario, con muchas áreas que tienen forzosamente que mejorar, la moda tiene que volverse más responsable, con su entorno, con las condiciones de trabajo, pero también es una profesión que se sustenta de la pasión, la creatividad, las ideas. Todos estos elementos son vitales para crecer, para avanzar como sociedad y como personas.
- ¿Vive con nostalgia aquellos tiempos?
- Alguien dijo que la nostalgia es un error. No miro al pasado con nostalgia, sino con alegría por haber tenido la suerte de vivirlos. Los buenos recuerdos siempre te ayudan a seguir luchando, y los menos buenos a seguir aprendiendo. No, definitivamente, la nostalgia no es parte de mi vida.
- Ha hecho grandes amigos en la moda. ¿Quiénes son los mejores y qué le han aportado que jamás olvidará?
- Valentino, Óscar de la Renta… Oscar era un hermano para mi. No hay día que no le recuerde. Fue la primera persona que me ayudó cuando llegué a Nueva York en 1964, nos hicimos cómplices y amigos al instante y fuimos inseparables hasta el día que nos dejó. A Valentino también le conocí en Nueva York un año más tarde. Coincidimos en una cena y empezamos a ir juntos a museos, exposiciones… enseguida estaba trabajando para los dos. De ellos en particular he aprendido a tener paciencia, a observar como se hace el trabajo bien hecho, he aprendido a mirar. A disfrutar con el arte, la cultura, lo desconocido. A vivir la vida como una aventura fascinante, en la que todo es un aprendizaje continuo. Me han enseñado la importancia de la amistad, el valor de la constancia, el premio de la fidelidad. Han sido, y son, mis maestros, gurús y sobre todo, amigos.
- Valentino ha sido determinante en su vida. ¿Qué supone su amistad para usted?
- Valentino es infatigable. El mayor perfeccionista que jamás he conocido. Todo a su alrededor tiene la armonía, la serenidad de la perfección. Desde la mesa, o lo que comes, sus casas, sus colecciones de arte, su moda. Es difícil describir qué se siente cuando se lleva uno de sus trajes, sobre todo si es una pieza de Alta Costura, que se ha hecho sobre tu cuerpo, a medida, pensando solo en ti. Es algo indescriptible. Pero además, Valentino en estos más de 50 años juntos, siempre ha estado ahí, a mi lado, y yo al suyo, porque nuestra amistad también está basada en la complicidad, en como nos complementamos, a veces, desde posturas radicalmente opuestas.
- También ha trabajado con los mejores fotógrafos. Cuénteme alguna anécdota sobre su trabajo con alguno de ellos. O con varios…
- Quizás mencionaría a Avedon. No es solo uno de los grandes fotógrafos de la Historia, fue la persona con la queme inicié en el mundo de la moda. Cuando pienso en esos momentos, hoy, me pongo a temblar. Con Dick (Richard Avedon) nunca sabías que iba a pasar en el estudio. Recuerdo que nos escogió a mi hermana Ana María y a mi para nuestra primera sesión fotográfica, un reportaje en el que también estaba Elizabeth Taylor y la bailarina Maya Pliseskaya. Nosotras éramos dos perfectas desconocidas que habían llamado su atención, gracias a un artículo que leyó en el New York Times en el que hablaban de una modelo española que cuando desfilaba, siempre estaba en la pasarela… nadie se explicaba como me podía cambiar de look tan rápido. Lo que no sabían es que éramos dos, mi hermana gemela y yo!!! Poco después decidió venir con nosotras a Ibiza y realizó la que probablemente es una de las imágenes más icónicas de mi carrera: mi hermana y yo, en la playa, fumando con una boquilla, jugando a las cartas, junto a un enigmático hombre (guapísimo por cierto!!!). Sofisticadas y exóticas, glamourosas y remotas al mismo tiempo. Avedon era capaz de “inventar” un estilo de vida, una forma de vestir, con cada una de sus fotos. En realidad no eran fotos. Eran cuadros, trozos de vida congelados en celuloide. En otra ocasión me vistió con un traje de astronauta (y un cigarrillo en las manos!!! Eso sí que es un buen contraste). Llevaba el casco en la mano y me estaba cocinando por dentro. A él eso le daba lo mismo. Lo que quería una pose provocadora, sensual, y a la vez llena de seguridad. La foto es maravillosa, y obviamente, no transmite nada de la penuria que pasé para hacerla. Pero esa coraza no la olvidaré nunca!
- ¿Hay alguna mujer a la que admire especialmente por su estilo actualmente? Me refiero a las nuevas generaciones.
- No me gusta dar nombres, no quiero crear agravio comparativo, pero veo estilo en la calle, veo gente anónima, que con poco presupuesto y mucha imaginación tienen un estilo increíble.
- Naty solo hay una, permítame el halago. ¿En qué anda profesionalmente además de en este libro?
- En muchos proyectos. Sigo con mi trabajo cotidiano, lancé hace poco más de un año una línea de ropa “leisurewear”, originalmente para estar en casa, pero que con un mínimo de imaginación se puede llevar en cualquier momento y por supuesto por la calle. Hay más cosas en ciernes, pero no puedo aún contarlas.
- No son buenos tiempos para el sector. ¿Cómo lo ve? ¿Cree que se recuperará de esta crisis tan devastadora?
- Se recuperará porque es parte de nuestra naturaleza, adaptarnos a los cambios, pero está claro que todo será diferente. Y un cambio no le viene mal a la industria. Probablemente seremos más cautos en el consumo, nos fijaremos en donde está fabricado, si es un producto sostenible, compraremos menos y me gustaría pensar que la calidad, el respeto por lo bien hecho, volverán a ser apreciados, tras décadas de moda de usar y tirar y consumo desenfrenado.
- ¿Quién es fuente de inspiración para usted?
- Si hablamos de personajes dentro del mundo de la moda, las mujeres que desde hace más de un siglo, han pensado en la mujer y sus necesidades a la hora de vestir, de vivir. Chanel, Madame Vionet, Schiaparelli, Claire McCardell, Donna Karan, Stella MacCartney… todas ellas (y más que no nombro para no hacer la lista infinita) han tenido siempre a la mujer como prioridad en sus creaciones. Todas ellas han sido valientes, arriesgadas y coherentes con sus ideas y han luchado por ellas, aunque no siempre fueran comprendidas en su tiempo. Eso es siempre muy inspirador.
- Recientemente se ha celebrado el Día de la Mujer. ¿Queda mucho por hacer?
- Las mujeres tenemos un rol fundamental en la Historia, y siempre formaremos parte de cualquier logro, progreso, evolución en la sociedad. Pero por supuesto que queda mucho por hacer, en la ciencia, con la cultura, con los derechos humanos, y las mujeres somos un motor esencial en todos esos procesos.
- ¿Son necesarias las manifestaciones?
- Es un derecho, que siempre debe ser pacífico y respetuoso, pero es innegablemente una forma contundente de hacerse oír. Lo importante es tener claro el objetivo. Saber porqué se lucha.
- Un mundo liderado por mujeres… ¿Se lo imagina? ¿Otro gallo cantaría o esa visión le parece absurda?
- El mundo ya tiene lideres femeninos. Y creo que la sociedad avanza claramente en la dirección de la igualdad de derechos. Queda mucho por conseguir, pero con perseverancia, ideas claras, trabajo en equipo, todo es posible. Creo en el ser humano, como algo bueno por naturaleza.
- Hay quien quiere generar un debate sobre la posible incorrección política de los piropos. ¿Qué opina?
- Que un piropo siempre ha sido una forma muy española de halagar a una mujer. Quien se empeñe en ver sexismo e incorrección en un halago, es libre de pensar lo que quiera. Creo que hay formas más graves de faltar al respeto que con un piropo.
- Tiene en sus hijos un legado innegable de su estilo y elegancia. Algunas mujeres nos peleamos con nuestras hijas adolescentes para que se quiten el chándal. ¿Algún consejo?
- Son tiempos raros en cuestiones estéticas, no me lo puede negar… yo creo que los hijos somos el reflejo de lo que hemos aprendido de nuestros padres, de lo que hemos vivido en nuestras casas. Mis hijos ya no son adolescentes, pero lo han sido como todos. Y han tenido sus inclinaciones a vestir de una u otra manera, a adoptar lo que su entorno y época marcaban como códigos de identidad. Yo creo que los niños de hoy en día viven inmersos en un mundo dominado por la tecnología, sus ídolos son muchas veces personajes del mundo virtual, su visión de la estética se inspira en el Street style… supongo que como en todos los casos, hay gente que sabe llevar la moda de su tiempo y otros… menos. Mis hijos han aprendido a desarrollar su propio estilo, quizás han aprendido de mi a tomar riesgos, a no sentir miedo ante las mezclas, a no tomarse demasiado en serio la moda…
- ¿Cómo está viviendo usted la pandemia?
- Con calma, intentando llevar una vida normal, con enormes precauciones, eso sí, y como todo el mundo, con enorme paciencia, apreciando cada minuto, cada día, entendiendo el regalo que es la vida.
- ¿Ve luz al final del túnel o prefiere no pensarlo?
- Por supuesto que hay luz. Siempre la hay al final de todos los túneles que atravesamos en nuestra vida. Y cuando el túnel es largo… ¡siempre hay que saber llevar una linterna a mano! La esperanza nunca hay que perderla.
- Tiempos políticos muy convulsos también. ¿Hay algo que le enerve mucho de nuestros políticos?
- Hablar de ellos. Hablar de política. En política como en todo, hay muchas lecturas. Pero todo pasa por el respeto, la tolerancia, el aprender a vivir y dejar vivir. Y esto aplica a la política y a la vida. Las fake news, la crispación, la posibilidad de que todo el mundo pueda opinar, no ayuda. En estos tiempos lo que hay que tener es unidad, sentido de la convivencia, hay que apoyarse y ayudarse. Si eso es política… entonces acabo de hablar de ella.
- ¿Se salva alguna de nuestras políticas en cuanto a estilo o el panorama le resulta gris?
- Yo no espero de un político que se comporte o vista como una top model. Creo que hay unos códigos de vestimenta que aplican a según que puestos de carácter público, pero como en todo, no hay un canon escrito. La imagen de una persona, sea publica o anónima, tiene que ser es coherente con su personalidad. Tenemos que saber llevarnos bien con nuestra propia imagen, siendo quienes somos, y no quienes nos gustaría ser a la hora de vestir.
- ¿Se iría a comer con alguna de ellas para charlar en una sobremesa interminable o cada uno en su casa y Dios en la de todos?
- Me encanta comer con mis amigos, que son un pilar fundamental en mi vida. Si entre ellos hubiese un político… sería antes amigo que político.
- ¿Qué echa más de menos de tiempos pasados?
- Nada. En serio. En el pasado se vivía de una forma, hoy de otra, acorde con los tiempos. Lo que viví en el pasado me ha servido para disfrutar del presente, y lo que vivo hoy, que mañana será ya el pasado, me ayudará seguro a afrontar el futuro con más experiencia. Hay que mirar siempre hacia delante.
- ¿En quién se ha apoyado en estos tiempos de confinamiento?
- En mi misma. En mis amigos, en los libros, en el trabajo, en el cuidado de mi mente y de mi cuerpo. Son tiempos difíciles, pero también una oportunidad para recobrar el sentido del… tiempo.
- Cuénteme algo de sus rutinas de belleza… Lo que no se salta jamás.
- Dormir. Beber mucha agua. La alimentación es fundamental. Comida sana, hay que saber qué comemos. Nada de conservantes, ni colorantes, ni químicos. Mucha actividad que siempre es una forma magnífica de mantenerte en forma. Y los serums de ultima generación para nutrir la piel, ¡que tenemos una para toda la vida!
- ¿Hemos enloquecido en lo que se refiere a nuestro culto al cuerpo y a lo estético o es que realmente somos lo que proyectamos en ese sentido?
- Creo que hay un poco de todo. La obsesión por estar bien, tener un buen cuerpo, mantenerse joven, no es nuevo, son aspiraciones que de una forma u otra siempre han estado ahí. Obviamente, siempre hay extremos, pero creo que lo que cada vez valoramos más es el equilibrio, la salud interna y externa, los productos naturales, la comida sana, el ejercicio, la vida al aire libre, en una palabra sentirnos bien y en equilibrio. Pero lo que sí es cierto es que hay que saber informarse, no dejarse llevar por la ultima dieta, la ultima moda, es importante conocer lo que vamos a usar o comer antes de comprar nada, hay que informarse, y aprender a crear tus propias reglas, lo que de verdad le sirve a cada uno.
- Es usted una mujer enormemente vital. ¿Echa de menos la vida social o por el contrario no le ha venido mal este descanso en la actividad frenética en la que estábamos sumidos?
- Creo que hay una imagen errónea de mi vida!!! Yo no tengo tanta vida social como la gente piensa. Soy una persona enormemente privada, y realmente salgo poco y mi vida social es bastante reducida. Escojo donde quiero ir y con quien quiero estar, eso sí. Y la pandemia ha hecho que cambiemos algunas prioridades, y redirijamos la energía hacia otras cosas.
- Tiene en Portugal un rincón secreto que le da mucha paz y donde recarga pilas siempre que puede. De todas las ciudades que conoce tan bien, ¿con cuál se queda para vivir y por qué?
- Soy una ciudadana del mundo y he vivido y viajado por todo el planeta, pero mi casa siempre estará en Sevilla.
- ¿Se cansará de trabajar en algún momento o prefiere mantenerse activa siempre?
- Creo que la actividad se puede transformar… lo importante es sentirse vivo, lleno de ideas, proyectos, planes. No todos se pueden realizar, pero si hay ilusión, energía, curiosidad… ¡siempre habrá algo que hacer!
- No la imagino tejiendo rebequitas para sus nietos… ¿o sí?
- Pues no se si haciendo punto, aunque se tejer y no lo hago mal, pero cocinar… a cualquier hora y en cualquier lugar. Adoro cocinar y todo lo que pasa alrededor de una cocina. Es un lugar lleno de vida, lleno de energía, las mejores fiestas siempre empiezan o acaban en una cocina.
- Tiene en sus hijos a sus mayores admiradores. Se sentirá muy orgullosa de ellos. Rafa comienza proyecto profesional nuevo y Luis también está muy centrado en sus negocios. Además, estrena en breve un título nobiliario que le ha cedido su hermano. Imagino que eso significará algo para usted, aunque sea solo por él…
- Mis hijos han sido y serán siempre un motivo de orgullo para mi. Han sabido afrontar la vida con discreción, coraje y optimismo. Se apoyan el uno al otro como los mejores cómplices y eso para mi es motivo de enorme felicidad. Creo que a medida que van creciendo, se van haciendo cada vez más maduros, su personalidad se va forjando y definiendo, y como madre, nada me puede hacer sentir más orgullosa que unos hijos felices. ¿No le parece?
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